En algunos despachos oficiales directamente relacionados con el día a día de la economía comenzaron a mostrar preocupación en las últimas semanas por la coyuntura. El seguimiento de precios habitual que hacen desde el Gobierno y que les anticipa lo que terminará por mostrar después el Indec les revela una aceleración de precios que, si bien estaba en sus previsiones, tuvo una velocidad y persistencia más pronunciada de l que esperaban.
En ese contexto es que algunos funcionarios leyeron la decisión que apuró el secretario de Comercio Interior Roberto Feletti apenas llegado a su cargo de sentar a las empresas para informarles lo que se venía: un programa de control de precios ad hoc que congele la mayor cantidad posible de productos de consumo masivo en supermercados hasta fin de año.
Para las empresas se trató de un baldazo de agua fría: hasta pocas horas antes estaban en negociaciones avanzadas con Paula Español para aumentar en torno del 5% los 650 productos incluidos en la canasta de Precios Cuidados. Esas conversaciones quedaron en la nada y el Gobierno decidió avanzar hacia un congelamiento total que no solo alcanzaría a ese listado sino también a los bienes incluidos en el menos promocionado Súper Cerca y, lo que levantó mayor polémica, en otra buena parte de los productos a la venta de las principales empresas.
El Gobierno justificó el cambio repentino de política de precios al ver que la inflación venía a un ritmo superior a 3,5% en octubre
Desde un escritorio oficial con alta incidencia en las decisiones económicas atribuían el cambio repentino de política de precios del Poder Ejecutivo al dato de inflación que se venía encima: el 3,5% del Índice de Precios al Consumidor (IPC), un punto porcentual más alto que el mes anterior, encendió las alarmas en un sector del Gobierno que consideró que necesitaba golpear la mesa para mostrar una señal de otro tipo.
Y eso tiene que ver con una premisa que la Casa Rosada viene repitiendo en los últimos meses como un mantra y que busca poder sostener en lo que resta del año: que el salario debería ganarle en 2021 la carrera a la inflación, algo que no sucede desde 2017. El funcionario del equipo económico en cuestión repetía en los últimos días en privado que esa compulsa entre ingresos de los hogares y la suba de precios “está muy finita”.
“En la primera parte del año los salarios le ganaron a la inflación, pero con los últimos datos se complicó”, sostiene ese funcionario. Desde otro despacho de otro Ministerio económico aseguran que los aumentos de precios de septiembre y de la primera parte de octubre fueron mucho más altos de lo que esperaba e incluso arriesgaron que en buena parte se trató de “comportamientos especulativos”.
En ese sentido, explicaban que “en ese contexto tiene sentido ajustar un poco más los controles”, resaltaron. Un relevamiento de opinión que circula entre los funcionarios nacionales muestra que una parte casi total del votante del Frente de Todos no duda en atribuir a “las empresas” la responsabilidad de sobre los precios, y que es un pensamiento incluso con el que coincide una parte -menor- del votante opositor. Con ese dato intentó respaldarse el Gobierno para decidir el congelamiento de precios.
“Nos preocupa el dato de inflación. El 90% de las paritarias le viene ganando pero si hay que reabrir paritarias se hará” (Moroni)
De acuerdo a los dato del Indec, en los primeros siete meses del año -último dato oficial- los trabajadores registrados tenían una leve ventaja sobre la evolución de la inflación, aunque no incluye la última aceleración de precios. Los empleados privados tuvieron entre enero y julio un avance nominal de sus ingresos de 31,9% y los estatales de 31,8%, mientras el IPC se había movido 29,1% en ese tramo. Los trabajadores no registrados, como suele ser la regla, quedaron mucho más atrás y hasta julio perdían casi 13 puntos porcentuales, ya que sus salarios crecieron 16,5 por ciento.
Después de conocido el salto inflacionario de septiembre, Claudio Moroni de todas formas aseguró que “aún con este mes, los salarios le están ganando a la inflación”, anticipó. “Nos preocupa el dato de inflación. El 90% de las paritarias le viene ganando pero si hay que reabrir paritarias se hará”, concluyó.
Salarios versus inflación: qué esperan los economistas
Para Nadín Argañaraz, presidente del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), “la inflación de los últimos años se fue comiendo gradualmente el poder adquisitivo de los trabajadores. Es decir que mermó su capacidad de consumo. Los asalariados privados registrados perdieron entre agosto de 2017 y agosto de 2021 (4 años) el equivalente a 6,3 salarios mensuales de agosto 2017, los empleados públicos 7,5 salarios y los trabajadores informales 9,1 salarios”, mencionó a Infobae.
“Si bien va a llevar un tiempo recuperar el valor real de los salarios de agosto de 2017, es prioritario que el salario no vuelva a perder contra la inflación este año 2021. Si no se baja sostenidamente la inflación, no hay recuperación posible del poder adquisitivo. De acá a fin de año, el congelamiento de precios de productos básicos puede evitar que el salario real siga cayendo, pero el desafío de mediano plazo es el más significativo”, continuó el economista.
“La consistencia de la política macroeconómica es clave para intentar bajar la inflación, con adecuados precios relativos. El menor poder de negociación que tiene un trabajador informal deriva en una pérdida de poder adquisitivo mayor, como lo reflejan los datos oficiales. Esa realidad no va a cambiar en el corto plazo. Cuando la economía consolide su reactivación y la baja de la tasa de inflación , la mayor demanda de empleo contribuirá a achicar la brecha actual entre los tres segmentos laborales dependientes existentes”, concluyó.
María Castiglioni Cotter, directora de C&T Asesores Económicos, apuntó en diálogo con Infobae que “la situación salarial es dispar, incluso dentro del sector privado formal. En líneas generales, estos son los que estan logrando sostener los salarios reales, mientras que los empleados públicos están mejorando recientemente, pero se ubican muy por debajo de la inflación todavia. Los informales son los más perjudicados y por eso, buena parte de los anuncios de subsidios o bonos en estos meses apuntan a este segmento. Igualmente, estas mejoras no compensan la caida de ingresos”, consideró.
“Los informales son los más perjudicados y por eso, buena parte de los anuncios de subsidios o bonos en estos meses apuntan a este segmento” (Castiglioni Cotter)
En ese sentido, estimó Castiglioni Cotter que lo que se viene en las próximas semanas será una nueva reapertura de algunas de las negociaciones paritarias clave. “Las reaperturas de paritarias se hicieron para recomponer la caída de salarios reales por la aceleración de la inflación, y apuntaban a mejorar al menos transitoriamente el salario real, pero la aceleración de la inflación erosiona esto. Probablemente se reabran algunas paritarias, y las que comiencen a revisarse más cerca de fin de año incorporen la aceleración de la inflación. Especialmente, en la medida en la que no cambien las expectativas de que la inflación seguirá alta”, concluyó.
Luis Campos, director del Observatorio del Derecho Social de la CTA Autónoma, dijo a Infobae que “en cuanto al resultado a fin de año es increíble, pero todavía no se puede saber, básicamente porque es muy difícil prever qué inflación vamos a tener en el último trimestre”, dijo sobre la carrera entre precios y salarios.
“De todas maneras, hay dos formas de hacer el análisis. Si tomás diciembre de 2021 contra diciembre 2020, todavía es pronto para arriesgar. No sabemos cuál va a ser la inflación del último trimestre y tampoco habría que descartar algún tipo de aumento de emergencia decidido por el Gobierno que te haga subir fuerte el salario en diciembre (como sucedió con los $4.000 en enero de 2020). Por el contrario, si tomás el promedio del 2020 contra el promedio del 2021, el año ya está perdido y pase lo que pase en los próximos meses vamos a volver a tener una caída real”, agregó Campos.
Por otra parte, agregó que la renegociación de pautas de aumento salarial “va a ser ineludible”, en algunos gremios en particular, entre los que nombró bancarios, camioneros, sanidad, aceiteros y ferroviarios. “Cito solo algunas que tienen capacidad de conflicto y que no van a querer quedarse atrás de la inflación. En otros casos va a ser más difícil, pero ahí depende mucho de cada negociación puntual”, mencionó.
“Si tomás el promedio del 2020 contra el promedio del 2021, el año ya está perdido y pase lo que pase en los próximos meses vamos a volver a tener una caída real” (Campos)
La economista jefa de Equilibra, Lorena Giorgio, contó a Infobae que la consultora estima que “los salarios reales permanecerán prácticamente invariantes en el promedio del año en relación a 2020. Previo a la aceleración de los precios en septiembre, que nos llevó a modificar nuestra proyección de inflación del año desde 48% hasta 50%, contemplábamos una suba de medio punto”, afirmó.
“Creemos que la mayor presión vendrá en el primer trimestre del año próximo, en el cual vemos una aceleración de la inflación por cuestiones cambiarias” (Giorgio)
“En particular, prevemos que en el último trimestre los salarios reales caerán 1,7% punta a punta y se mantendrán invariantes en el promedio. Si bien nuestros números contemplan reapertura de paritarias en algunos gremios, creemos que la mayor presión vendrá en el primer trimestre del año próximo, en el cual también vemos una aceleración de la inflación por cuestiones cambiarias”, cerró.
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