Tras la polémica por el congelamiento de precios que estableció el Gobierno a través de una resolución publicada en el Boletín Oficial luego de la falta de acuerdo con el sector privado, el ex ministro de Economía Domingo Cavallo cuestionó la medida oficial y en ese contexto, advirtió: “Con una inflación del 50% y emisión descontrolada, no puede terminar bien”.
El ex funcionario disertó ante empresarios en un evento organizado por la Bolsa de Comercio de Córdoba. Empezó la exposición definiendo la situación actual como “estancamiento con inflación, pobreza y falta absoluta de inversión” y aseguró que “los controles de precios siempre terminaron mal”.
“El congelamiento de precios cuando tenemos una inflación del orden del 50% anual y cuando hay una emisión descontrolada y un enorme déficit fiscal, es una medida que no puede terminar bien. Yo no quiero decir que el día 91 va a haber una explosión inflacionaria. Pero esta medida no va a producir ningún resultado beneficioso”, aseguró Cavallo ante un auditorio colmado.
“Lo único que este gobierno puede hacer es modificar el régimen cambiario. No pueden eliminar de forma completa el cepo pero si pueden dejar que funcione un mercado financiero y turístico totalmente libre sin que intervenga el Banco Central”
En ese orden, remarcó: “Mientras el Gobierno tenga cierto poder para inspirar cierto miedo, para amenazar con controles o con inspectores yendo a clausurar negocios, producirán algún efecto minúsculo pero nada beneficioso para el funcionamiento de la economía”.
Para Cavallo, Alberto Fernández no tiene chances de poner en marcha medidas que, a su criterio, se necesitan para impulsar la economía. “Está infectado de ideas que van a contramano de la historia y de la realidad”, dijo y apuntó que esas “ideas” están en la cabeza de la vicepresidenta Cristina Kirchner. “No sé si se las han metido con fórceps o por falta de dignidad en el Presidente, no son las que él reflejaba antes. Veo que el Presidente no tiene ninguna independencia de criterio”, enfatizó.
Consultado por el período de la historia argentina con el cual asemejaba la situación actual del país, respondió que el panorama económico actual se parece al proceso transcurrido entre 1973 y 1976 que incluyó el “Rodrigazo”, un plan de ajuste implementado en 1975 por Celestino Rodrigo, el entonces ministro de Economía de Isabel Perón.
“La economía argentina está trabada por intervenciones absurdas del Gobierno en todos los sectores. El próximo Gobierno, o éste, va a tener que tomar de entrada una gran cantidad de medidas que quiten trabas a la economía”, continuó el economista.
“Yo no quiero decir que el día 91 va a haber una explosión inflacionaria. Pero esta medida no va a producir ningún resultado beneficioso”
Respecto a las medidas que pudiera tomar este Gobierno para salir de la actual crisis, con una economía en recesión y con alta inflación, Cavallo afirmó: “Lo único que puede hacer es modificar el régimen cambiario. No pueden eliminar de forma completa el cepo pero si pueden dejar que funcione un mercado financiero y turístico totalmente libre sin que intervenga el Banco Central. También eliminar todas las retenciones al sector agropecuario”.
Acto seguido, añadió: “Liberado el sistema de precios de las interferencias que introducen ruido en el sistema y abiertas oportunidades de inversión para el sector privado, se debe introducir una reforma monetaria que estabilice el valor de la moneda. Va a tener que permitir que se utilice el dólar cualquier otra moneda en la que la gente confíe”.
Según el ex funcionario, así se puede ir preparando una eliminación del cepo que sea factible. “No se va a poder eliminar el cepo y conseguir recrear el crédito externo para el sector privado a menos que previamente funcione un mercado financiero libre. Si en este momento se fuera a una unificación del mercado de cambios desataría una especie de ´rodrigazo´ con este Gobierno, no así con el próximo gobierno que sea capaz de inspirar confianza”, analizó.
Finalmente, repasó los “logros” de la convertibilidad y reiteró que la idea final “no era tener el dólar como moneda, sino que el peso tuviera confianza y pasara a flotar libremente, tener un sistema bimonetario, que es lo único que se puede hacer en economías con alta inflación. No hay alquimia monetaria que funcione si la economía no puede enviar señales a través del sistema de precios”, concluyó.
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