Los altos niveles de inflación que la Argentina arrastra durante los últimos años permiten comparaciones insólitas: por el precio que tenían los autos 0 kilómetro en 2011 en pesos hoy apenas se puede comprar dos pares de zapatillas de alta gama. Aunque la comparación sea solo solo sobre los valores nominales de los productos, es un ejemplo de la depreciación del peso en tan solo una década.
En 2011, con $46.000 se podía acceder a un auto Chevrolet modelo Celta 0 Km, uno de los más baratos en esa época. Es el mismo valor que hoy tienen, por ejemplo, dos pares de zapatillas Nike (modelo Court Air Zoom), que cuestan $22.999 cada uno.
¿Otras comparaciones? En las publicidades de hace diez años se puede ver que un auto Volkswagen Gol Trend (4 puertas) 0 Km costaba $62.940. Hoy, esa suma permite adquirir un un paquete con vuelo y alojamiento en hotel 2 estrellas por 7 días en San Martín de los Andes.
El precio de un Televisor Smart TV Led 52″ de hace diez años equivale a una cartera de cuero. O el precio de una heladera con freezer a una remera de algodón. Un teléfono celular estándar se comercializaban en 2011 al mismo precio que hoy cuesta un kilo de yerba. Y un lavarropas a dos kilos de bife de chorizo.
“En el terreno de los precios de los autos es particularmente llamativo el salto que se verifica durante la última década, y pone sobre la mesa la magnitud del desequilibrio macro. Un auto de los más económicos se podía adquirir por alrededor de $45.000 durante el último tramo de 2011. Hoy en la Argentina se necesita cerca de $1,8 millones para comprar un vehículo de similar segmento y características. Para graficar, por la misma plata que diez años atrás se podía comprar un auto económico, hoy se pueden comprar y con lo justo tan solo tres cubiertas”, destacó el economista Pablo Besmedrisnik, director de la consultora Invenómica.
“Una inflación como la que experimenta la Argentina, junto con otros tópicos como el control de precios, restricciones extremas al movimiento de fondos con el exterior, tipos de cambio abruptamente desdoblados e incluso el debate alrededor del FMI, pertenecen al pasado lejano para la amplísima mayoría de los países del mundo. Mientras que son conceptos que se refugian en museos o libros de historia económica en el concierto de las naciones, son notas de tapa en las páginas web de la Argentina de 2021″, se lamentó el economista.
Entre septiembre de 2021 y el mismo mes de 2011 la base monetaria argentina se multiplicó por casi 15 veces
Durante el último cuarto del siglo XX, salvo durante la convertibilidad, la Argentina era uno de los 45 países que tenía una inflación superior al 20% anual. En los últimos diez años tan solo cinco economías en el mundo tienen tasas de inflación superiores al 20%, entre ellas la Argentina. “Países como Chile, Brasil, Uruguay y México sufrían el problema inflacionario, pero lo afrontaron con decisión política y lo solucionaron. La situación cambió con fuerza para casi todos”, agregó Besmedrisnik.
Entre septiembre de 2021 y el mismo mes de 2011 la base monetaria argentina se multiplicó por casi 15 veces. En el mismo lapso, la población creció un 11%. Por lo tanto, la base monetaria per capita se multiplicó por 13. En 2011 por cada argentino en promedio había $4.600 entre billetes, monedas y reservas de los bancos en el Banco Central. Hoy ese número es de $64.200, según datos analizados por Invenómica.
“Con estos niveles de emisión monetaria, está más que claro que políticas de congelamiento de precios tienen una efectividad más que limitada. Cuando la referencia es el tamaño de la economía el indicador es más crudo aún, recordemos que el nivel de actividad del 2021 es inferior al del 2011″, remarcó el economista.
El tamaño de la economía en 2021 es inferior al del 2011 (Besmedrisnik)
Damián Di Pace, director de la consultora Focus Market, hizo otras comparaciones contundentes que reflejan el efecto de la inflación: en 2011 con $1.000 un argentino compraba 90 frascos de café, hoy se redujo a 7. De 120 botellas de aceite a solo diez; de 350 botellas de agua a 30 botellas. “Si los controles de precios funcionaran o hubiesen sido eficientes, la Argentina no hubiese tenido inflación acumulada de 2011 a 2021 de 2006%. Argentina tiene 18 programas de supervisión, control o regulación de precios que no dan resultado. El problema de la inflación está la pérdida de valor del peso argentino debido a su fuerte emisión monetaria”, detalló.
Para el economista Mariano Otálora, la carrera contra la inflación es interminable y nunca se gana. “Es como una batalla desigual, cuando lo recuperás, lo volvés a a perder en los meses subsiguientes. Siempre quedás atrás. En los últimos diez años, perdiste en términos reales invirtiendo en pesos en las opciones conservadoras, como un plazo fijo. Perdiste tu capital si no lo invertiste y perdiste también en términos reales si lo invertiste. El gran negocio de la inflación fue haber tenido préstamos en pesos a tasa fija, porque todo se licua”, concluyó.
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