Gira con pocos logros concretos para Guzmán: sin avances con el FMI y con inversores que se mantienen escépticos

El jefe de gabinete, Juan Manzur, quien se sumó al ministro en Nueva York, le garantizó a los ejecutivos con los que se reunieron que el peronismo seguirá unido en el gobierno tras las elecciones y que habrá un acuerdo con el Fondo, aunque no inmediato

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Juan Manzur y Martín Guzmán en Nueva York con inversores
Juan Manzur y Martín Guzmán en Nueva York con inversores

“La única verdad es la realidad y por eso yo estoy hablando con ustedes”. Con esta frase, el jefe de gabinete, Juan Manzur, intentó calmar a los inversores en Nueva York acerca de una posible radicalización del gobierno luego de las elecciones.

“Acá el que manda es el presidente”, dijo antes de apelar a la frase de Aristóteles que el ex presidente Juan Domingo Perón hizo suya. De todos modos, el ex gobernador tucumano esbozó una sonrisa y no respondió cuando le preguntaron si ese principio también aplicaba cuando se toma al dólar blue como valor de referencia de la “realidad del país”. Justamente, sobre la política cambiaria, Guzmán -frente a la mirada adusta de Manzur-ratificó que no “habrá una devaluación” tras los comicios del mes próximo.

El ministro afirmó que el Gobierno no se radicalizará, que acordará con el FMI y que no devaluará, ante el escepticismo de los inversores, que quieren ver hechos concretos de cambio

La promesa más concreta de Manzur y del ministro Martín Guzmán fue que el Gobierno no se radicalizará después de las elecciones de noviembre como temen los inversores y que habrá un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), aunque no se concretará rápido. Al respecto, Guzmán repitió que la idea es que haya un “compromiso” del Fondo por el cual, aunque se firme primero un programa convencional, luego se pueda cambiar por otro si finalmente se concreta la idea de crear un plab más flexible (de “resiliencia”), que todavía no avanzó demasiado en el organismo multilateral. Es por esta razón que en Washington el ministro avanzó algunos pocos casilleros con el staff del Fondo, pero todavía aparece lejos del área para poder convertir, mientras el tiempo corre, ya que en el primer trimestre de 2022 hay vencimientos por USD 6000 millones.

En tanto, Manzur, invocó principios poco simpáticos para Wall Street, como la omniprescencia del Estado, la convivencia entre el capital y el trabajo como eje del peronismo para intentar seducir a casi 20 ejecutivos del sistema financiero que escucharon con el deseo de creerles, pero con poca fe acerca del cumplimiento de lo allí se prometió. Sin embargo, los inversores sí se sintieron complacidos por la presencia del jefe de gabinete y por la “solidez” de la presentación retórica de ambos.

Juan Manzur y Martín Guzmán en Nueva York
Juan Manzur y Martín Guzmán en Nueva York

“Martín muestra buenas intenciones, lo que dice no está mal, pero nos pide a nosotros que confiemos cuando los que compran dólares son los argentinos y los empresarios no invierten porque desconfían del continuo cambio de reglas; las trabas son cada vez mayores para los que quieren invertir”, indicó a Infobae un ejecutivo extranjero que asistió al encuentro en el coqueto edificio del consulado en Nueva York. Al fin de cuentas, se lamentó, “para financiar la suba del gasto que hizo el Gobierno, el esfuerzo lo hicimos nosotros con el ahorro que lograron con el canje de bonos del 2020″, agregó, mientras terminaba de degustar una de las medialunas que les ofrecieron a los invitados.

Los inversores se sintieron a gusto con la presencia de Manzur y Guzmán, pero quieren ver acciones concretas de cambio de rumbo del Gobierno para volver a confiar en la Argentina. Además, cuando el ministro dijo que “el ajuste siempre es recesivo”, alguien le señaló el ejemplo de Grecia, que “ajustó y se convirtió en un caso exitoso”, lo que no pudo ser respondido por el funcionario.

Entre otros, estuvieron los ejecutivos Pablo Goldberg de BlackRock; Diego Ferro de M2M Capital, Javier Timerman de AdCap, Gustavo Ferraro de Gramercy, Sebastián Vargas de Barclays, Darío Lizzano de PointState Argentum, Alberto Ades de NWI Management, Claudia Castro de Invesco, Andrés Lederman de Fintech; Matias Silvani de Goldentree, Luis Simón de Goldman Sachs, Soledad López de Morgan Stanley y Fernando Grisales de Schroeders, Ruben Kliksberg de Redwood Capital Management); Martín Marron de JP Morgan y Gerardo Bernaldez de CarVal Investors.

Aunque los ejecutivos de Wall Street escucharon con atención y buena predisposición las disertaciones y las respuestas de ambos funcionarios, el encuentro no alcanzó para torcer el escepticismo predominante en el mercado. “Estuvieron bien, pero ahora la gente quiere ver hechos antes de volver a comprar bonos argentinos”, apuntó otro de los asistentes.

Kristalina Georgieva y Martin Guzmán
Kristalina Georgieva y Martin Guzmán

Las dudas se basan en tres factores, según comentó otro de los invitados:

- ”No se cansan de repetir que los problemas de la brecha cambiaria son responsabilidad de los inversores y que la culpa de todo lo que pasa en el país es responsabilidad de los gobiernos previos, como si ellos no hubieran gobernado nunca”.

- ”No se hacen cargo del ruido interno que hay en la coalición de Gobierno y afirman que responde al hecho de que están en campaña, como si se estuvieran peleando con la oposición y no entre ellos”.

- ”Ellos dicen lo que van a hacer pero no queda claro que tengan el poder para implementarlo. Manzur prometió que el PJ va acompañar al presidente y, como fue Cristina quien avaló su designación, solo cabe esperar que sea un cambio, un giro”.

En Washington el resultado no fue mucho más alentador: Guzmán ratificó esta semana que quiere avanzar hacia un acuerdo con el FMI lo antes posible tras las elecciones, pero todos los gestos y medidas oficiales van en el sentido contrario. Cabe recordar que el ministro mantuvo una agitada agenda de trabajo con la directora gerente del organismo, Kristalina Georgieva, y con el staff liderado por Julie Kozack.

La sensación predominante entre sus interlocutores es que al ministro no le faltan buenas intenciones, pero tiene dos problemas fundamentales: el Gobierno no tiene una agenda coherente que corrija la inestabilidad macroeconómica y, además, no sé sabe qué poder tiene para implementar lo que enuncia.

Es por este motivo que Georgieva reiteró, como ocurre desde fines del 2019, que la Argentina necesita mostrar un plan que promueva el crecimiento económico y el empleo privado para llegar a un acuerdo; a su vez, la economista del organismo, Gita Gopinath indicó que la inflación no tiene un ancla en la Argentina, una definición subida de tono para un organismo que suele cuidar al máximo su lenguaje cuando se refiere al país que le debe 45.000 millones de dólares.

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