La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) Kristalina Georgieva, expresó hoy que se mantiene el diálogo con la Argentina para lograr un programa que permita refinanciar la deuda del país a cambio de políticas que permitan el crecimiento del empleo privado, del sector privado y el uso más eficiente del gasto público.
“Nuestros equipos están trabajando y ese trabajo se ha concentrado durante el tiempo que han participado, exactamente en eso para encontrar el camino en el que podemos apoyar a Argentina, que puede apoyarse a sí misma con políticas fuertes que van a ser útiles para el crecimiento liderado por el sector privado, crear más puestos de trabajo para la gente y focalizar el uso de los recursos públicos para dirigirse a los que más necesitan apoyo”, explicó, sin dar precisiones sobre la conclusión de las negociaciones, pese a que el Gobierno quiere tenerlo cerrado a principios de 2022.
“Tenemos aquí al Ministro de Economía. Me reuní con él anoche junto con mi equipo que trabaja en Argentina. Y lo que puedo decirles es que el compromiso de ambas partes para trabajar de forma constructiva está ahí. Seguiremos manteniendo ese diálogo. Tenemos que encontrar un buen punto en el que el programa de Argentina sea uno que veamos creíble y útil para el pueblo de Argentina y que podamos apoyar”, afirmó, para dejar en claro que no hay plazos.
“Continúa el trabajo se apoya para encontrar una senda para que Argentina pueda tener políticas firmes para inducir el crecimiento privado, generar empleo genuino y focalizar el gasto público. Me reuní con el ministro Guzmán el compromiso es trabajar de manera constructiva. Tenemos que encontrar un buen punto de acuerdo, donde el acuerdo sea creíble y útil para Argentina”, indicó la funcionaria búlgara, sin responder si el acuerdo se podrá firmar a principios de 2022, como afirmó el presidente Alberto Fernández.
En una conferencia de prensa, Georgieva comenzó con un agradecimiento al directorio “por permitirle hablar” de la controversia en torno de su gestión por un informe del Banco Mundial sobre China y por permitirle continuar al frente del organismo, aunque no evitó las advertencias del Tesoro de EE.UU. sobre la necesidad de elevar el standard de integridad.
En la conferencia, Georgieva destacó el trabajo conjunto entre el Fondo y el Banco Mundial durante la pandemia y, respecto del informe, indicó que hubo una investigación que se tradujo en la ratificación del board de principios de esta semana, pero admitió que las investigaciones seguirán su curso, tal como lo pidió el departamento que conduce Janet Yellen. “Es un proceso que apoyo de todo corazón”, dijo Georgieva, visiblemente más relajada luego de la dura batalla política que libró en las últimas semanas, que fue seguida con atención por el gobierno argentino, que sin embargo no respaldó explícitamente a la funcionaria antes de su ratificación en el board.
Luego, se refirió a la recuperación económica global, que “continúa por las medidas políticas extraordinarias y por el avance de la vacunación” -en el informe de perspectivas mundiales (WEO, según su sigla en inglés) se prevé que la Argentina crezca 7,5% este año y 2,5% en 2022-, aunque advirtió que el “camino que tenemos por delante tiene desafíos, por las perspectivas de inflación, el alto endeudamiento y una divergencia clara por el bajo acceso a las vacunas de algunos países. Creemos que en 2024 habrá 160 países que no habrán alcanzado los niveles de 2019″.
También se refirió a la “generosidad” de los países desarrollados para transferir “voluntariamente” parte de los nuevos derechos especiales de giro (DEGs) que recibieron a fines de agosto a las naciones que más lo necesitan, un grupo que, por ahora, no incluye a la Argentina, pese al pedido de Guzmán en este sentido. Además, se refirió a la constitución de un “fondo fiduciario” que permitirá un intercambio de los DEGs entre naciones centrales y en desarrollo, tal como también lo reclamaba la Argentina.
Cabe recordar que la funcionaria se reunió ayer con el ministro de Economía, Martín Guzmán, para avanzar en la negociación del acuerdo para refinanciar la deuda de USD 45.000 millones del país en un plazo de 10 años. El presidente Alberto Fernández les aseguró a importantes empresarios que este acuerdo se podrá sellar a principios del año próximo, ya que el país enfrenta vencimientos impostergables por USD 19.000 millones con el organismo en 2022.
En Washington, Guzmán se reunió, junto al representante argentino ante el Fondo, Sergio Chodos, con el staff del Departamento del Hemisferio Occidental para negociar la letra fina del acuerdo; en particular, con la vicejefa del departamento, Julie Kozack, y con el jefe del caso argentino, Luis Cubeddu. El staff ha expresado la necesidad -al igual que algunos miembros del G7- de que el Gobierno exhiba un plan económico que genere empleo privado, como condición para llegar a este acuerdo imprescindible para el Gobierno.
También, el ministro se reunió con David Lipton, ex número dos del FMI y actual mano derecha de la derecha de la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, clave para destrabar cualquier resistencia que pueda surgir en el directorio del organismo, dado que Estados Unidos tiene un 17% de los votos y ejerce poder de veto.
El Gobierno quiere que el Fondo le reduzca los sobrecargos que le aplica en el pago de la deuda por haber excedido el 187% de su cuota en el crédito excepcional otorgado en 2018 durante la gestión del presidente Mauricio Macri; por ahora, no se alcanzó una definición, ya que el directorio debe definir este cambio eventualmente para todos los países y no para uno en particular.
Sobre esta cuestión, Georgieva dijo: “No hemos tomado la decisión en un sentido u otro. Tuvimos la discusión informal con nuestro board en septiembre. Y lo que la discusión indicó fue que en ese momento, cuando tuvimos esta discusión, había reservas sobre la congelación de los recargos, sobre todo impulsadas por una genuina preocupación por la fortaleza financiera del FMI en este momento de crisis”.
Sin embargo, aclaró que “no era concluyente ni en un sentido ni en otro. También hubo apoyo para que el Fondo haga lo que hacemos periódicamente y es la revisión de las sobretasas. Así que en ese sentido, la historia probablemente tenga que definirse con para continuar”, por lo que dio a entender que no hubo ni una negativa tajante, ni una aceptación rápida, como la que pidió el Gobierno semanas atrás.
Al respecto, por la tarde el G20 expresó en un comunicado: “Agradecemos al FMI su actualización sobre la política de recargos y esperamos que se siga debatiendo en el Directorio Ejecutivo del FMI en el contexto de la revisión intermedia de los sobrecargos. El FMI agradece su actualización sobre la política de recargos y espera que se siga debatiendo en el Directorio Ejecutivo del FMI en el contexto de la revisión intermedia de los sobrecargos”.
Guzmán, quien destacó este comunicado del G20, , mantuvo un encuentro con el actual ministro de Finanzas alemán, Olaf Scholz, líder socialdemócrata y candidato más votado en las recientes elecciones de su país, principal encargado de formar gobierno.
Escepticismo del mercado
Por otra parte, Guzmán se reunirá, para acompañar al jefe de gabinete, Juan Manzur, con una docena de importantes fondos de inversión el viernes en el consulado argentino en Nueva York, donde ambos funcionarios intentarán mostrar una imagen de acción y cierta hoja de ruta para lograr revertir el fuerte escepticismo de los mercados hacia el país, que se refleja en el alto riesgo país y en el muy escaso interés en comprar activos soberanos.
Los ejecutivos de Wall Street están más preocupados actualmente por la falta de previsibilidad en materia política y, en particular, sobre el rumbo que adoptará el Gobierno luego de las elecciones del 14 de noviembre, más que en las medidas económicas. Al respecto, creen que habrá un acuerdo con el FMI por la imperiosa necesidad de postergar los vencimientos mencionados, no incluirá compromisos suficientes para recrear la confianza.
En esta cuestión, no hay muchas diferencias en el pensamiento de Wall Street y de los accionistas y el staff del Fondo. De hecho, ayer la economista jefe del organismo, Gita Gopinath, advirtió que el país no tiene un “ancla” para frenar la inflación, lo que se refleja en las altas expectativas de los analistas, que prevén una suba de precios del 48% para este año y del 46% para 2022.
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