En las últimas semanas hay cuatro variables financieras que viene evolucionando de manera negativa para la Argentina, complican el frente externo y acotan el margen de maniobra para mantener estabilizado al dólar en el plano local.
1) EXPECTATIVA POR ALZA DE TASAS EN EEUU. El dólar operaba en zona de máximos de un año frente a otras monedas de referencia, después de conocerse en los Estados Unidos una inflación por encima de lo esperado en septiembre.
El índice de precios al consumo aumentó un 0,4% respecto a agosto, según datos del Departamento de Trabajo norteamericano. En comparación con hace un año, el IPC subió un 5,4%, igualando la mayor suba anual desde 2008. Esta tendencia incrementa las expectativas de que la Reserva Federal anuncie una reducción del estímulo el mes próximo, seguida probablemente por alzas de las tasas de interés a mediados de 2022.
2) FUERTE AJUSTE DE PRECIOS DE LA SOJA. La tonelada de soja era operada este miércoles por debajo de los USD 440 en el mercado de Chicago, su valor mínimo de 2021, que también se traslada a otros productos derivados -harinas, aceites, pellets- que son el pilar de las exportaciones de Argentina. Precios más bajos significan menos ingresos de divisas por exportaciones.
El precio de la soja disminuyó un 27% desde los máximos alcanzados en mayo de este año
Basta recordar que en mayo de este año el precio de la soja superó la barrera de los USD 600 la tonelada, algo que no sucedía desde agosto y septiembre de 2012, cuando la oleaginosa alcanzó precios récord históricos. Desde el máximo reciente acumula un retroceso de 27% en cinco meses.
3) SUBEN LOS PRECIOS DE LA ENERGÍA. En el exterior, el aumento de los precios de la energía está elevando la preocupación sobre la inflación y las apuestas de que la Fed podría tener que actuar más rápidamente para normalizar su política de lo que algunas autoridades habían proyectado. El crudo Brent llegó a tocar un máximo de USD 84 por barril y el gas está en USD 5,45 por BTU, el valor más alto de los últimos 8 años.
Mientras aumentan las expectativas por una suba de tasas en EEUU, el dólar se fortalece frente a otras divisas
En el plano interno, esta escalada de las cotizaciones de la energía, que se escinde de lo que ocurre con otras materias primas, tiene un mayor impacto negativo. Según el último balance cambiario del Banco Central, correspondiente a agosto, Argentina profundizó su déficit en materia energética, mientras que incrementó su dependencia del superávit comercial del agro para equilibrar su cuenta corriente.
En los doce meses transcurridos entre septiembre de 2020 y agosto de 2021, el déficit energético acumulado en la balanza comercial totalizó los USD 4.593 millones, al sumar los conceptos de electricidad (generación, transporte, distribución: -USD 1.395 millones), gas (extracción, transporte, distribución: -USD 286 millones) y petróleo (-USD 2.912 millones).
El índice de tipo de cambio real multilateral, que mide la competitividad de Argentina, descendió a su nivel más bajo en tres años
En el mismo lapso, el superávit comercial del agro (por ventas de productos oleaginosos y cereales) fue de USD 30.284 millones, por eso, la relevancia de un retroceso de sus precios como el observado recientemente.
4) DEVALUACIÓN EN BRASIL. El dólar en Brasil alcanzaba este miércoles los 5,55 reales. Aunque la divisa de EEUU llegó a superar los 5,70 reales en marzo, desde entonces tomó un sendero de brusca baja hasta negociarse debajo de los 5 reales en junio, lo que benefició notablemente la competitividad exportadora de la Argentina, dado que Brasil es el principal destino de las exportaciones.
La tendencia de apreciación del real se revirtió en los últimos cuatro meses, ante las perspectivas de una recuperación económica que luce menos robusta que lo esperado para el gigante sudamericano. Mientras que Argentina “pisó” el dólar oficial (que rige en las operaciones del comercio exterior) para habilitar una suba de 1% mensual (y negativa en términos reales por una inflación del 3% mensual), el dólar en Brasil trepó un 11 por ciento.
Esta dinámica contrapuesta entre lo que ocurrió con el real y el peso quedó en evidencia por el descenso del índice de tipo de cambio real bilateral entre la Argentina y Brasil, medido por el BCRA, en su nivel más bajo desde mayo de 2020. También deterioró el índice de tipo de cambio multilateral -que incluye dólar, euro y yuan-, que descendió a su menor nivel en más de tres años.
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