En medio de una de las peores crisis económicas de su historia moderna, el pueblo libanés se vio afectado por la decisión del banco central de dicho país de bloquear el acceso a sus cuentas en moneda extranjera en un contexto en el que la moneda local se desplomó más de un 90% desde 2019. En ese marco, los ahorristas se manifestaron en la puertas de los bancos de Beirut en reclamo por el dinero que tienen depositado y que no pueden extraer.
De esta manera, aquellos ahorristas que mantuvieron sus depósitos en liras vieron desaparecer los ahorros de toda su vida. Desde el comienzo de esta crisis económica, la moneda del Líbano sufrió una fuerte devaluación y los bancos locales impusieron controles de capital.
En el video que publicó el portal TRT World se pueden ver a las fuerzas de seguridad libanesas impidiendo que los depositantes asalten el banco de Beirut después de que se les impidiera retirar su dinero.
Los ahorristas con cuentas en dólares solo han podido hacer retiros en libras libanesas a un tipo de cambio de 3.900 libras por dólar. En el mercado paralelo, el dólar vale 17.000 libras
Las imágenes no pueden dejar de compararse con el “corralito” argentino decretado el 3 de diciembre de 2001 por el entonces presidente Fernando de la Rúa. El exministro de economía, Domingo Cavallo, anunció entonces las restricciones para retirar el dinero que los ciudadanos tenían depositados en cuentas corrientes y cajas de ahorro, es decir, el cierre bancario. La medida de emergencia comenzó con la limitación a 250 dólares de retiro de efectivo por semana, aunque terminó con la restricción total para retirar los depósitos.
Actualmente, según la agencia de noticias Reuters, el banco central libanés rechaza cualquier modificación en el tipo de cambio utilizado para retirar efectivo en libras libanesas de cuentas en dólares estadounidenses en ausencia de un plan integral para la economía, que se encuentra en una profunda crisis financiera.
La moneda fuerte se derrumbó en el Líbano desde que se hundió en una importante crisis financiera en 2019, y los ahorristas con cuentas en dólares estadounidenses solo han podido hacer retiros en libras libanesas a un tipo de cambio de 3.900 libras por dólar. Esto implica un recorte de hecho de alrededor del 80% en el valor de sus ahorros, con dólares cambiando de manos en alrededor de 17.000 libras en el mercado paralelo.
Los parlamentarios vienen pidiendo que se aumente la tasa aplicada a los retiros de efectivo. Pero en un comunicado, el banco central dijo que cualquier cambio en la tasa en ausencia de un plan financiero integral tendría “grandes consecuencias” en la oferta monetaria “y el tipo de cambio del dólar”.
El banco central afirmó que estaba extendiendo las reglas actuales que determinan el tipo de cambio utilizado para los retiros de efectivo de las cuentas en moneda fuerte hasta el 31 de enero de 2022, “para darle tiempo al gobierno para presentar su plan de reforma”.
En tanto, el primer ministro Najib Mikati, que asumió el cargo en septiembre, prometió reactivar las conversaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) e implementar reformas para remediar la crisis.
Líbano atraviesa una de las peores crisis de su historia. El presidente Michel Aoun firmó el mes pasado con el primer ministro del país, Najib Mikati, un decreto para formar un nuevo Gobierno, tras 13 meses de negociaciones políticas que agravaron una de las peores crisis económicas de la historia del país. El país llevaba sin un nuevo Gobierno desde la dimisión del gabinete de Hasan Diab, pocos días después de la explosión en el puerto de Beirut el 4 de agosto de 2020, un incidente que causó más de 200 muertos y devastó barrios enteros de la capital.
La reconstrucción apenas comenzó un año después y, además, desde entonces la situación económica no ha parado de agravarse. Desde octubre de 2019 se encuentra paralizado todo el sistema bancario, se congelaron todos los depósitos de los ciudadanos en divisas extranjeras y se prohibió la transferencia de ese dinero al exterior. También se declararon en quiebra muchas empresas pequeñas y medianas.
Con una inflación galopante y despidos masivos, el 78% de la población libanesa vive por debajo del umbral de pobreza, según la ONU. En agosto pasado el Fondo de la ONU para la Infancia (Unicef) alertó que debido a la complicada situación económica del país, ya que más de 4 millones de sus habitantes corren el riesgo de quedarse sin acceso al agua potable.
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