El ministro de Economía Martín Guzmán encabezará en los próximos días la delegación argentina que viajará a Washington para participar de la cumbre del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, en un contexto que estará marcado por la crisis institucional en el organismo financiero por los cuestionamientos a la directora gerente Kristalina Georgieva, una aliada del Gobierno en el proceso de reestructuración de la deuda.
El jefe del Palacio de Hacienda tendrá actividad desde temprano en la capital norteamericana. La agenda oficial de Guzmán incluirá reuniones técnicas con el staff del FMI, que para esta negociación con la Argentina está liderado por la directora adjunta del Departamento del Hemisferio Occidental Julie Kozack y el jefe de la misión Luis Cubbedu.
La agenda oficial de Guzmán incluirá reuniones técnicas con el staff del FMI, que para esta negociación con la Argentina está liderado por la directora adjunta del Departamento del Hemisferio Occidental Julie Kozack y el jefe de la misión Luis Cubbedu
Guzmán buscará desempolvar la mesa de negociaciones presenciales con el organismo. El último contacto cara a cara que tuvieron los funcionarios argentinos con el equipo del FMI tuvo lugar en julio. Desde ese momento, distintas cuestiones políticas alteraron la línea de conversaciones entre las dos partes: por un lado, el oficialismo perdió las elecciones primarias, lo que puso sobre la mesa de discusión interna en el Frente de Todos nuevamente la política económica que lidera el ministro y, por otro, la investigación del Banco Mundial que puso en la mira a Georgieva.
Los tiempos para alcanzar un acuerdo final con el Fondo Monetario podrían entonces verse influidos por esos dos elementos. En algunos despachos oficiales del equipo económico especulaban que la mayoría de los aspectos técnicos ya habían tenido un avance considerable, y que la traba central para un acercamiento definitivo es la falta de un acuerdo político total dentro de la coalición de Gobierno.
Los tiempos en que se macerará el eventual nuevo acuerdo no terminará con el apretón de manos entre Guzmán y Georgieva, en caso de que ambos sigan en sus puestos en los próximos meses, sino que el resultado de las negociaciones tendrá que pasar primero por el Congreso nacional, tal como aprobó el oficialismo en el Congreso.
La agenda de Guzmán en Washington no se agotará con las reuniones de alto perfil con el Fondo Monetario, sino que además enlazará con el Banco Mundial y, según fuentes oficiales, tendrá también reuniones bilaterales con delegaciones de otros países.
Guzmán buscará desempolvar la mesa de negociaciones presenciales con el organismo. El último contacto cara a cara que tuvieron los funcionarios argentinos con el equipo del FMI tuvo lugar en julio
El jefe del Palacio de Hacienda mantuvo contactos en los últimos meses con ministros y funcionarios de otros países para llevar adelante la discusión multilateral sobre los sobrecargos de interés del FMI y la posibilidad de que los países ricos repartan los DEGs que el organismo les giró este año hacia naciones de ingreso medio y bajo.
Para un consultor y ex negociador argentino con el FMI, “la negociación con el Fondo es más compleja que una discusión sobre tasas de interés, mi impresión es que antes de recomendar un programa económico, el staff pide muchos detalles en distintos aspectos de política económica y eso no está claro que ya se haya hecho”, mencionó consultado ante Infobae.
Guzmán salió a apoyar públicamente a Georgieva en la hora más difícil para la economista búlgara. El ministro le dedicó palabras elogiosas a la directora gerente al mencionar sus iniciativas para repartir los derechos especiales de giro de las economías centrales y por su postura en el análisis de sustentabilidad de la deuda con la que el FMI le hizo un primer guiño a la Argentina durante la negociación con los bonistas privados.
“En el FMI se ha logrado avanzar, bajo la conducción actual, en pasos positivos, como fue la emisión de los DEGs, como es el apoyo a la idea de que exista un fondo de resiliencia y sostenibilidad que dé préstamos a plazos más largos a los países, y la búsqueda de revisar la política de sobrecargos. Pero no vemos el mismo nivel de liderazgo en todas las esferas del poder internacional y esto es algo que hay que corregir”, dijo Guzmán.
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