El dólar oficial podría saltar 60% para mediados de 2022, según las estimaciones de una reconocida consultora

Se trata de la Fundación Mediterránea y calcula cómo el tipo de cambio se fue atrasando en relación al aumento del gasto público y las proyecciones del propio Gobierno para el año próximo

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El frente cambiario es el
El frente cambiario es el tema más sensible que debe enfrentar el Gobierno en esta etapa electoral (REUTERS/Yuriko Nakao)

El dólar oficial está en la mira de todos. Aunque las comparaciones históricas indican que un tipo de cambio de $100 no está tan atrasado, otras variables hacen temer un salto luego de las elecciones del 14 de noviembre. Un análisis realizado por el Ieral, de la Fundación Mediterránea, estimó que si no se corrige la trayectoria ascendente del gasto público, la divisa debería ubicarse en $162 para mediados del año próximo.

“Para que la política fiscal no desestabilice el frente externo, el 2022 debería corregir una de las dos variables, o el gasto público o el tipo de cambio”, aseguran en el informe que circuló en las últimas horas.

Los economistas del Ieral hacen foco en los desequilibrios que provoca el gran salto del gasto primario, que se estaría multiplicando 3,25 veces entre 2019 y 2022, considerando las metas establecidas en el proyecto de Presupuesto presentado para el año próximo. Sin embargo, en el mismo período el dólar pasaría de $50 a $116, siempre según la presentación efectuada por el ministro de Economía, Martín Guzmán. Esto implica un salto de “apenas” 2,33 veces. Para que no se profundice ese desequilibrio insostenible debería ajustar a la baja el gasto primario en relación a lo proyectado o bien aumentar mucho más rápido el tipo de cambio oficial.

El frente cambiario es el tema más sensible que debe enfrentar el Gobierno en esta etapa electoral. La decisión oficial fue salir a cuidar las reservas, a través de nuevas restricciones para acceder al mercado cambiario para importadores y también para los inversores que buscan dolarizarse a través de la compra venta de bonos vía “contado con liquidación”. El riesgo es que siga en aumento la brecha cambiaria al reprimir la demanda para dolarizarse a través del mercado bursátil formal.

El mercado descuenta que el tipo de cambio oficial deberá ajustarse significativamente en 2022, luego de haber aumentado apenas 1% por mes por lo menos en los últimos seis meses. La principal crítica es que se trata de un ajuste artificial, que sólo es posible mantener con venta de reservas o más cepo. Esta expectativa de una devaluación más acelerada se manifiesta en diferentes ámbitos. Por ejemplo, aumentó fuerte la demanda de bonos ajustados al tipo de cambio oficial. También los importadores apuran todo lo posible el giro de divisas para aprovechar la actual cotización, es decir antes que se produzca un salto. Esa especulación fue la que el BCRA decidió frenar.

Si algo tiene claro todo el mundo es que la suba artificial del dólar oficial a un ritmo de apenas 1% mensual es totalmente insostenible. El Central apuesta a aumentarlo a 2% para el 2022, pero el mercado cree que no será suficiente para despejar los temores

Tanto en el Central como en Economía aseguran que no habrá una devaluación brusca después de las elecciones ni luego de fin de año. El proyecto de Presupuesto 2022 establece que el dólar oficial aumentaría a poco más de $130 para fin de año. Se trata de un ajuste cercano a 2% mensual, es decir el doble del nivel actual.

El objetivo es mantener el actual esquema, consistente en una suerte de “tablita” de devaluación mensual, pero para muchos no sería suficiente con ese ajuste. El aumento del gasto y de la emisión monetaria es una de las explicaciones, pero también las escasas reservas netas que le quedan al Central y que complican el margen de intervención.

La caída de las reservas –sostiene el Ieral– podría llevar a un escenario en el que el Banco Central limite aún más la venta de dólares para esterilizar pesos excedentes, lo cual recargaría la tarea de retirar pesos del mercado sobre la colocación de Leliq y pases. “Esto podría dar un impulso adicional a la trayectoria ascendente de los pasivos remunerados del BCRA, consolidando así una suerte de competencia desleal que sufre el sector privado en términos de acceso al crédito bancario”.

El titular del Central, Miguel Pesce, justificó las últimas medidas adoptadas, que implican un endurecimiento del cepo cambiario. Y dio a entender que serán transitorias, hasta que en diciembre se vuelva a equilibrar el mercado cambiario por un mayor ingreso de dólares proveniente de la cosecha fina. La esperanza que tienen en la entidad es que eso les permita volver a comprar divisas en el mercado y mejorar así el volumen de reservas.

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