Mientras la deuda emitida por el Tesoro de los Estados Unidos se acercaba al límite impuesto por el debt ceiling fijado por la ley, la principal economía del mundo se enfrentó a la posibilidad real de caer en default al no tener fondos para pagar sus obligaciones y, según temen especialistas. Hoy el Congreso acordó elevar el techo de deuda. Pero, según expertos, el Tesoro de los EEUU contaba con un arma secreta para evitar el colapso en el último minuto: acuñar la moneda más valiosa que se haya conocido.
El problema no era económico sino político. En lo que va de la administración de Joe Biden el Congreso de los EEUU aprobó montos récord de gasto en un intento por paliar los efectos de la pandemia de coronavirus. Esas enormes desembolsos ya tuvieron el visto bueno de parlamentarios de los dos principales partidos políticos. Pero a medida que la cuenta fuerza a emitir deuda para cubrir esos desembolsos ya aprobados, la cifra se acerca al techo de la deuda. Una norma que obliga a una segunda aprobación: la de los recursos para esos gastos.
La mayoría demócrata en el Capitolio bien podría haber hecho desaparecer el problema al elevar ese techo a la deuda, como se ha hecho repetidas veces en el pasado. Pero los legisladores del partido de Biden no parecían dispuestos a votar solos y querían que sus pares republicanos aprueben los recursos para gastos que ya aprobaron. Era un juego de gallina -chicken game-, como aquél en que dos autos aceleran cada uno en dirección al otro y el que dobla primero pierde. Sólo que en este caso la colisión implicaría chocar a la economía de los EEUU. Y cuando hay un choque, todos pierden en el chicken game.
Una idea alocada
A medida que los economistas, ciudadanos e interesados en el día a día de la política norteamericana miraban azorados la posibilidad de un default estadounidense, en las redes sociales y en publicaciones especializadas se discute una posibilidad para salir del atolladero. Que, si bien no resuelve el problema político, le permitiría a la secretaria del Tesoro Janet Yellen evitar el default en el último minuto.
Dicho de otro modo, sería como equipar a los autos del chicken game con un asiento eyector.
La propuesta, incluso, se difundió en redes bajo el hashtag #MintTheCoin. ¿En qué consiste?
La solución propuesta era acuñar una moneda de USD 1 billón (en inglés, 1 trillion). Algo que, según una entrevista al ex director de la Casa de la Moneda de Estados Unidos, Philip Diehl, publicada en Axios se puede resolver a nivel técnico en apenas unas pocas horas.
Esto es porque el US Mint, la casa de la moneda estadounidense, ya acuña regularmente una moneda de USD 100 hecha de platino y conocida como Platinum American Eagle de una onza de peso. La moneda, si bien es considerada de curso legal, sería muy poco útil para hacer un pago: su valor nominal es simbólico. Su valor de mercado está bien por encima de los USD 1.000 en el mercado de coleccionistas e inversores.
Según explica Diehl, cambiar la denominación de la moneda de USD 100 a USD 1 trillion es algo sencillísimo. Cuestión de minutos. Y esto es porque, por algún motivo, la ley le da un enorme margen de acción al Tesoro para acuñar esas monedas de platino en particular.
Cómo funciona la propuesta
Ahora, ¿por qué una simple monedita podía resolver el problema?
Hubiera sido, en caso de haber sido aplicada, una solución puramente contable. De recurrir a ese salvataje de último momento, el Tesoro tendría que llegar con esa moneda a la Reserva Federal y hacer un depósito. Luego, con ese billón de dólares, cancelar deuda del Tesoro con la propia Fed y, así, abrir una brecha entre la cantidad de deuda existente y el techo que los congresistas no logran elevar.
Listo. Yellen cuenta con su margen para seguir emitiendo deuda que financie los gastos en marcha y evita el default.
Antecedentes: los Simpsons lo predijeron
La idea, por alocada, generó excitación entre quienes la analizan. Sería la moneda de dólar más valiosa alguna vez acuñada y, su existencia, un desafío a cualquier intento de dimensionar valores y riqueza.
Y una idea prácticamente robada de un episodio de la serie animada Los Simpsons. En “El problema de los billones”, emitido en abril de 1998, el que el multimillonario Montgomery Burns escapa de los Estados Unidos a Cuba con un billete de USD 1 trillion de dinero de impuestos que no pagó sólo para perderlo a manos de Fidel Castro.
Superaría al billete de dólar de más alta denominación alguna vez haya circulado, de USD 10.000. Emitido en 1918 y retirado en 1969, fue el de mayor valor nominal que haya sido impreso. Pero no el de mayor valor nominal a secas.
El billete de dólar de mayor denominación alguna vez emitido es el de USD 100.000. Claro que no circuló ni fue creado para uso público.
“La mayor denominación de moneda jamás impresa por la Oficina de Grabado e Impresión (BEP) fue el Certificado de Oro de 100.000 dólares de la serie de 1934 con el retrato del presidente Wilson. Estos billetes se imprimieron desde el 18 de diciembre de 1934 hasta el 9 de enero de 1935 y fueron emitidos por el Tesorero de los Estados Unidos a los Bancos de la Reserva Federal sólo contra una cantidad igual de lingotes de oro en poder del Departamento del Tesoro”, explica la web oficial del Departamento del Tesoro de los EEUU.
“Los billetes se utilizaron únicamente para las transacciones oficiales entre los Bancos de la Reserva Federal y no circularon entre el público en general”, aclara.
¿Y la inflación?
La gran pregunta, en este caso, es si acaso semejante maniobra contable generaría inflación. El debate está abierto, y es apasionado. Hay argumentos en favor de las dos visiones ya que si la estrategia se volviera costumbre, ¿cuál seria el sentido de que el Tesoro de EEU se financie con deuda o, más aún, con impuestos?
En épocas de relativa resonancia de la Modern Monetary Theory, que en sus versiones más extremas llega a asegurar que la capacidad de emisión monetaria es infinita, la idea suena riesgosa. Pero, a modo de ejemplo, para el caso de la moneda que podría trabar la crisis por el techo a la deuda se puede tomar como ejemplo un argumento: el de que, en este caso, es apenas un movimiento contable sin efecto sobre la oferta de dinero.
Lo esgrime uno de los entusiastas de la moneda de USD 1 billón, el editor y presentador de Bloomberg, Joe Weisenthal, quien argumentó que el efecto sobre la inflación -ya causado por la inyección de liquidez que se realizó en 2020 y 2021- sería prácticamente nulo.
El debate está lejos de ser saldado, pero al menos para conocer los argumentos de los impulsores, citamos su mirada a continuación-
“Por supuesto, hacer dinero a través de la acuñación de monedas de alta denominación. suena raro e inflacionario. Pero sólo suena inflacionario por la misma razón que la gente pensó que el alivió cuantitativo sería inflacionario en 2009″, escribió.
“Se puede pensar en la moneda como una especie de alivio cuantitativo del Tesoro. Sería simplemente un intercambio de activos. La Fed recibe una moneda para mantenerla en su balance. El Tesoro recupera deuda retirada. El efecto en la economía real es marginal en el mejor de los casos. No hay nuevo gasto. No hay dinero nuevo persiguiendo bienes. Sólo diferentes brazos del gobierno haciendo cambios contables”, concluyó.
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