Los precios de ayer del dólar no valen. Fue un mercado que actuó “grogui”, porque los traders estaban aturdidos al no entender algunos puntos de la resolución de la Comisión Nacional de Valores (CNV) y decidieron no tomar operaciones hasta que se aclare. El punto que generó más dudas fue el de la retroactividad de la disposición para comprar distintos bonos. Si se hubiera aplicado, habría dejado afuera por largo tiempo a la mayoría de los clientes. Afortunadamente, antes del cierre salió la aclaración de la CNV sobre que las medidas no eran retroactivas.
La aclaración llegó tarde y los dólares financieros negociaron 15% del volumen habitual. En este marco de escasez de manos, los precios de cierre no fueron representativos.
El dólar libre abrió con fuerza y llegó a $189,50, pero sin operaciones. Cuando alguien quería vender dólares en las “cuevas” no le pagaban más de $83 aunque muchos en ese momento hablaron de “vuela el dólar”. El precio que marcaban era tentativo, a cuenta de lo que iba a suceder y no sucedió. “No hay peor nostalgia que añorar lo que no sucedió”: La frase de Joaquín Sabina fue aplicable a lo que pasó a la apertura donde los operadores imaginaron situaciones vividas en el pasado y le pusieron un precio elevado al “blue”.
Pero como los dólares financieros no acompañaron, porque no se hicieron negocios ante las dudas que planteaban las nuevas medidas, pronto se desinfló y marco un precio de venta de $185,50 (+50 centavos) que quedó inmóvil hasta el cierre.
En la plaza oficial donde el Banco Central interviene para controlar al dólar MEP con el bono AL30D, hubo escasos negocios, pero como el MEP llegó a marcar precios que superaron $178, la entidad que preside Miguel Ángel Pesce, decidió apagar el fuego con poco esfuerzo e intervino con USD 7,3 millones, la quinta parte de una rueda habitual y logró que bajara a $176,33, el precio que tenía el día anterior.
El valor del contado con liquidación en este mercado, es figurativo porque se logró casi sin operaciones y terminó en los mismos valores de la rueda del martes de $ 176,43.
En el Senebi, el mercado más importante adonde los grandes clientes negocian cara a cara con el operador y los precios no aparecen en las pantallas, los negocios fueron escasos y el contado con liquidación negoció sin cambios en $ 192, mientras el MEP lo hizo en $ 179. La brecha sigue siendo amplia, aunque los volúmenes operados impiden saber si esos precios son firmes.
En la plaza mayorista, a costa de no venderles dólares a los importadores, el dólar aumentó 2 centavos a $98,93 y le permitió a la mesa de dinero del Banco Central comprar USD 100 millones. El costo de la compra lo pagará el consumidor con el desabastecimiento porque están dejando de entrar al país insumos claves. Un espejo retrovisor de un auto nacional, por caso, es tan difícil de conseguir como otros repuestos o pelotas de tenis y envases.
La Argentina ha dejado de ser rentable y las empresas que se quedan no se endeudan para aumentar su producción. Hay quienes optaron por cambiar de rubro para no extinguirse, como le ocurrió a Adrián Mercado que, ante el estado de coma del mercado inmobiliario, se volcó a las subastas “online” porque en las crisis los precios de los remates son una oportunidad. “Desde marzo de 2020 hasta agosto pasado, las subastas online crecieron 90%”, señaló Mercado. Es que, en plena pandemia, fueron la solución para que compradores de todas partes puedan hacerse de los productos sin desplazarse.
Otros, como empresa Dow Química, que cerró su planta para concentrarse en sus actividades en Brasil enfrentan la realidad de que no pueden disponer de sus activos. El Gobierno quiere imponer otro cepo impidiéndole el desmantelamiento de sus activos. No saben que con esta medida para intentar retener a una fábrica están espantando a otras como sucede con el dólar cuando le ponen restricciones. No es casualidad que el contado con liquidación, llamado también “dólar fuga”, sea el más caro del mercado.
La Argentina ha dejado de ser rentable y las empresas que se quedan no se endeudan para aumentar su producción
Lo que ocurre en el mercado real, se refleja en el mercado financiero. Controlar al dólar con cepos cada vez más estrictos, no soluciona el problema; los posterga y los agrava.
Esto se vio en la Bolsa donde a la apertura todas las acciones estaban en baja. Poco a poco se fueron recomponiendo algunas, porque los inversores que acumulan, es decir los que piensan en mantenerlas largo tiempo hasta que recuperen sus valores reales en dólares, aprovecharon las bajas para aumentar sus carteras.
De esta manera, con negocios por $ 665 millones, la mitad de una rueda habitual, el S&P Merval, el índice de las acciones líderes. Perdió 0,95 por ciento. En el peor momento del día, a las 16.00, estaba abajo 1,83 por ciento.
Las caídas más importantes correspondieron a Pampa Energía (-3,12%), Cresud (-2,14%) y Transener (-2,06%). Los ganadores fueron Comercial del Plata (+3,48%), Edenor (+2,02%) y Central Puerto 0,90 por ciento.
Los ADR’s –certificados de tenencia de acciones que cotizan en las Bolsas de Nueva York– operaron un volumen más elevado del esperado: 3.362 millones. El rojo predominó en las pantallas de los certificados argentinos. Las caídas más importantes fueron las de IRSA (-4,9%), Tenaris (-3,3%) y Pampa energía (-2,7%).
Los bonos argentinos con legislación extranjera y de plazos más largos, tuvieron cierres positivos, al revés de lo que ocurrió con los de legislación local, que permitieron que el riesgo país caiga 15 unidades (-1,1%) a 1.591 puntos básicos. Acá hay una apuesta a que tras las elecciones de noviembre se llegue a un acuerdo con el FMI, porque después de este cepo no quedan timbres para tocar.
La realidad se verá hoy en un mercado con más negocios porque los operadores ya disiparon las dudas que dejaron las nuevas reglas del juego. Los precios serán más reales y las jugadas más audaces.
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