Las elecciones primarias del 14 de septiembre fueron un punto de inflexión para las cotizaciones de los activos argentinos. Y así como la contundente derrota del oficialismo en las PASO fue un resultado inesperado, la evolución de las acciones y los bonos también resultó muy diferente a como estaba previsto.
El cambio en el mapa político tuvo una lectura inicial en la que se estimó que las medidas intervencionistas y regulatorias de la administración de Alberto Fernández iban a encontrar un férreo límite impuesto por las urnas, para dar espacio a iniciativas más afines al desarrollo de los mercados.
Pero el cambio de Gabinete con impronta kirchnerista, tras una cruenta disputa interna dentro de la coalición de Gobierno, y una serie de anuncios destinados a potenciar el consumo por vía de la expansión monetaria cambiaron la percepción, ahondaron el escepticismo y desataron las ventas en la Bolsa tanto como y la búsqueda de cobertura en dólares, de cara a las elecciones de medio término de noviembre.
El S&P Merval, referente de acciones líderes de la Bolsa porteña, arañó una leve ganancia de 1,2% en pesos a lo largo de septiembre. Pero si se toma en cuenta una estimación de inflación cercana a 3% en el mes, las cuentas cerraron en rojo.
Medido en dólares, el S&P Merval registró una pérdida de 8,2%, en concordancia con el retroceso de los ADR en Wall Street, relacionada con la suba del dólar implícito en acciones, de más de 9% en el último mes.
Entre los ADR y acciones se destacó la baja de Ternium (-22,2%) y Cresud (-16,7%). YPF descendió un 10,6% y los títulos de los bancos cayeron en un rango del 7% al 11% a lo largo del mes.
Después de las PASO, el lunes 13 de septiembre, se esperaba el inicio de una fuerte corrección alcista de corto plazo, pero más allá de la reacción de aquella rueda, se sucedieron las ventas y salidas de fondos. El Merval registró una marca récord histórica nominal de 83.923 puntos al promediar la sesión, para ceder 7,8% en pesos, y 10,7% en dólares.
Los dólares libres negociados a través de bonos y acciones treparon un 10% en el mes y se acercaron a los 200 pesos
Así, al finalizar septiembre, el índice líder de la Bolsa de Buenos Aires recortó a 9% la ganancia en dólares del 2021, mientras que conserva una mejora del 51% en pesos.
Es cierto que a los activos argentinos les faltó el impulso del exterior. Septiembre suele ser un mes negativo para el desempeño de Wall Street y ahora no hubo excepción, con una pérdida promedio del 5% mensual en sus principales índices. Y el índice Bovespa de la Bolsa de San Pablo resignó un fuerte 7% en septiembre.
Para los bonos soberanos, la radicalización del Gobierno también fue devastadora, pues un abultado déficit fiscal, financiado con emisión monetaria en medio de una economía con elevada inflación, enciende señales de alarma sobre la futura capacidad de pago de la deuda pública, más aún sin un claro horizonte para las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional.
Los bonos Globales perdieron 5,3% promedio en el mes, mientras que el riesgo país de JP Morgan subió casi 100 puntos (+6,5%) para la Argentina, a 1.612 puntos básicos.
En cuanto al dólar, el tipo de cambio oficial rubricó su pasividad por el estricto cepo, que obligó a ventas netas por parte del BCRA de 950 millones de dólares. A $98,74, el dólar mayorista registro un alza de un peso en el mes, un 1%, para seguir rezagado respecto de la inflación.
Algo más se movió el dólar libre, a $186, con una ganancia de 4,50 pesos o 2,5% mensual. No obstante, desde las PASO ganó apenas un peso o 0,5 por ciento. Durante la rueda del miércoles 29, el dólar “blue” llegó a negociarse a $187,50, un máximo en 2021.
Evidente fue el avance de los dólares implícitos en activos bursátiles, en aquellos mercados que no son intervenidos por organismos públicos. El dólar Senebi (Segmento de Negociación Bilateral) de ByMA (Bolsas y Mercados Argentinos) llegó a pactarse entre privados a $195 a través del bonos GD30 y las Ledes. Y el contado con liquidación por acciones anotó los $198 con los títulos de YPF. En ambos casos, se trató de máximos históricos por encima de los registros de octubre del año pasado.
El dólar Senebi ganó 10,7% en septiembre, a $191,22 este jueves, mientras que el “contado con liqui” por acciones avanzó un 10,3%, a un promedio de $194,40 en la última jornada del mes.
“Más allá del alivio de corto plazo, la escasez de dólares y la limitada recuperación del poder de compra continuarán condicionando el margen de expansión del consumo y la producción, anticipando más cepo y la necesidad de mayores controles a las importaciones”, señaló Abeceb.
Un análisis realizado por Brian Torchia y Mariano González, de PGK Consultores, refirió que “una aceleración del gasto público puede generar expectativas inflacionarias al alza o una reducción más pausada de la misma y tensiones en el tipo de cambio real -atraso cambiario- en medio del cierre de las negociaciones con el FMI. Esto puede interpretarse como una posible dilación del acuerdo o incluso un aumento en las probabilidades de incluso no alcanzarlo, lo cual incrementaría las tensiones en aspectos más de índole financiero como ser riesgo país y probabilidad de repago de títulos públicos”.
Un informe de la Bolsa de Comercio de Córdoba puntualizó que “la apuesta del oficialismo de apelar a la ilusión monetaria fruto de una expansión del gasto público electoral, financiado con emisión monetaria, para intentar revertir la derrota del oficialismo en las PASO, puede no solamente tener un impacto limitado en la actividad económica sino también no guardar relación alguna con las preferencias electorales”.
“En cambio, ese aumento del gasto público en los próximos meses generará presiones sobre el tipo de cambio y la inflación, que complicarán las perspectivas económicas para 2022. Entre las medidas anunciadas, el fuerte incremento del salario mínimo, que habrá aumentado en más de 48% entre marzo y octubre, puede ser un arma de doble filo”, añadió el informe.
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