El viernes 9 de septiembre de 2019 los mercados cerraron en alza previendo un resultado favorable al gobierno de Cambiemos para las elecciones PASO que se celebrarían dos días después, algo que nunca ocurrió. Ese mismo día, Tomás Mindlin volvió a la Argentina tras vivir 3 años en Londres, de donde trajo una maestría en Finanzas en la Queen Mary University, dos años de experiencia en la mesa de trading de la aseguradora ING, y el primer boceto de Tap, una billetera digital. La Argentina no recibió bien al recién llegado: tras las elecciones, el lunes 12 la Bolsa se desplomó, el peso se devaluó y la Argentina entró en una nueva crisis. Pero el proyecto Tap siguió adelante y, un año después, llegó a los celulares. Hoy, ya tiene 200.000 cuentas abiertas y 85 empleados.
Como otros emprendimientos, el disparador fue una experiencia personal negativa. Mindlin no pudo cobrar los tres primeros meses de su sueldo en ING por las complicaciones para abrir una cuenta en un banco tradicional siendo extranjero. Se inclinó por la fintech Revolut y en un día tenía su cuenta abierta y cobró sus salarios adeudados. Junto a Kevin Litvin, su amigo de la infancia que también trabajaba en el extranjero, forjaron el regreso al país y el proyecto fintech.
Los servicios de Tap apuntan tanto al individuo como a los pequeños comercios. En el primer caso, la billetera puede utilizarse para hacer y recibir transferencias, pagar con código QR, comprar a través de una tarjeta Visa prepaga y pagar las facturas de los servicios públicos. Este último puede funcionar como un factor diferencial. “Queremos ayudar al que hace una fila para retirar efectivo y otra fila para pagar una factura. Pusimos el foco ahí porque las facturas de servicios son un pago que hay que hacer todos los meses en todos los hogares,” señaló Mindlin. Tap es la única billetera para pagar en forma virtual los medidores prepagos de Edenor, la distribuidora eléctrica que Pampa Energía vendió a fin de 2020 al grupo Vila-Manzano. Pero también tiene convenios con Edesur, Naturgy, Metrogas, AYSA y otras compañías, como una vía para llegar a un mercado masivo.
“Tantos años de inestabilidad hicieron que se subinvierta en la industria de pagos, tanto en la Argentina como en la región. Y la tecnología cambió la forma de revertir eso, porque no hace falta salir a instalar sucursales bancarias. Hoy, cada teléfono celular es un sucursal” (Tomás Mindlin)
La empresa se formó mediante la asociación de la familia Mindlin y el Banco BST. Tomás es uno de los hijos de Marcelo Mindlin, el dueño de Pampa Energía, aunque aclara que la empresa energética no tiene vinculación con el emprendimiento. “Por parte de mi padre siempre tuve un apoyo total cuando decidí volver de Londres y desarrollar mi carrera y mi proyecto acá. Él siempre invirtió, generó empleo e impulsó sus empresas en la Argentina, así que en el fondo estoy haciendo lo mismo que él,” explicó, tras admitir que tiene “muchos amigos que están yéndose a vivir fuera del país”.
Si bien parte de una posición diferente al promedio del escenario fintech por tener dos socios poderosos, a Mindlin no le es ajeno el hecho de las cada vez más cuantiosas rondas de inversión que hay en el sector. Hasta ahora, el proyecto Tap requirió una inversión de USD 8 millones, incluyendo la reciente compra de Pency, una plataforma de e-commerce, y es claro que “por lo menos” en el próximo año no va a generar ganancias.
“Analizamos mucho la posibilidad de conseguir más inversores y consideramos que por ahora no es necesario. Confiamos en que el modelo que elegimos es sustentable y nos va a permitir crecer a un ritmo razonable, no nos van a ver tirando plata. El día que decidamos encarar una expansión regional, que por supuesto está en nuestro planes, tal vez sí salgamos a buscar inversores”, explicó.
Para los pequeños comerciantes, apunta al disputado terreno de solucionar los medios digitales de pago y también a ayudarlos a vender online. Para eso adquirió Pency. “Hace un año empezamos a desarrollar un sistema de fidelización a la medida del pequeño comerciante, para que puedan relacionarse con sus clientes igual o mejor que las grandes cadenas. Con Pency los queremos ayudar a conquistar otro hito: vender online. Pency derriba las barreras de costo y complejidad que esto implica y por eso lo quisimos incorporar a nuestra oferta de valor”, apuntó Mindlin.
Otra de las apuestas de Tap está en la interoperabilidad de los pagos con QR, próxima a entrar en funcionamiento según la norma del BCRA que dispone que todas los lectores de QR acepten pagos de todas las billeteras. Rescató que en el mundo fintech existe “cooperación total entre las entidades” para desarrollar ese negocio y admite que hay posibilidades de una canibalización de la actividad, en medio de una ola de nuevas empresas y servicios. “En el mercado de las billeteras digitales existe un nivel muy alto de competencia y el principal beneficiario de eso siempre es el usuario”, apuntó Mindlin.
“En la Argentina el 60% de los pagos todavía se hacen en efectivo. Antes de la pandemia, era el 70%. Tantos años de inestabilidad hicieron que se subinvierta en la industria de pagos, tanto en la Argentina como en la región. Y la tecnología cambió la forma de revertir eso, porque no hace falta salir a instalar sucursales bancarias. Hoy, cada teléfono celular es un sucursal”, agregó.
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