La emisión monetaria es uno de los recursos clave para el financiamiento de las necesidades del Tesoro desde la llegada de Alberto Fernández al Gobierno, en diciembre de 2019, y más aún desde que la pandemia aumentó los gastos e hizo caer los ingresos del fisco. Pero aunque emisión monetaria y producción de dinero en papel no van linealmente de la mano, la creación de nuevo dinero y la caída en el valor real de los billetes en circulación debido a la inflación si tuvieron su efecto en la cantidad de papeles que la Casa de la Moneda sacó a la calle. En lo que va del año, por ejemplo, salieron a circular 1 millón de billetes de $1.000 por día. Y desde que empezó este período de Gobierno, fueron 2,5 millones de billetes diarios de todas las denominaciones los que se sumaron al circulante.
Varios factores contribuyeron a este verdadero aluvión de papel moneda. Desde que Fernández llegó al poder la base monetaria, todo el dinero que existe -sin contar lo que se esteriliza con Leliq y pases pasivos- aumentó 74%. Pero el aumento del dinero físico en circulación fue aún mayor, del 104%. Es decir, se duplicó -medido en valores- el dinero en papel que está en manos del público y de los bancos.
A la hora de llevar a cantidad de billetes ese valor, sin embargo, el crecimiento es mucho menor. La cantidad de papeles en manos de entidades financieras y personas creció poco más del 30% en lo que va del Gobierno de Fernández. Esto es porque, debido a la pérdida de valor del peso y la reducción en la cantidad de billetes de $5 y de $10, el crecimiento de los billetes de papel se concentró, más que nada, en los de mayor denominación.
De los 1.629 millones de nuevos billetes que se crearon, 872 millones fueron billetes de $1.000 y 414 millones de $500. Son casi el 80% del total.
Con la inflación interanual corriendo por encima del 50% anual el Banco Central se concentró en encargar la producción de billetes de la más alta denominación posible. Y la negativa oficial a imprimir papel moneda de mayor valor, como el proyecto trunco de un billete de $5.000, colaboraron también a esto.
El resultado es que fue tal el ritmo de producción que la Casa de la Moneda no pudo seguir el ritmo y hubo que contratar la producción de billetes en el exterior. No sólo de $1.000, también de $500.
Este año, cada día salieron a circular 1.001.162 billetes de $1.000 hasta el 15 de septiembre, último dato oficial publicado por el Banco Central. En el mismo plazo, cada día llegaron a la calle casi 518.000 unidades de billetes de $500.
“Se te va achatando todo en el billete de mayor denominación, porque si bien es el más valioso no tiene tanto valor. La única forma eficiente de imprimir más circulante es concentrar todo en ese billete. Y eso trae problemas al sistema de pagos, no sólo al Banco Central, porque te cuesta más imprimir, te cuesta más transportar, todo por no emitir un billete de mayor denominación”, dijo un ex funcionario del Banco Central.
Y la tendencia puede traer problemas. “Emisión monetaria no es igual que impresión de billetes porque el Banco Central no le da billetes físicos al Tesoro. Pero influye. porque en el momento en que el Tesoro paga sueldos, paga el IFE u otros pagos, pasa a impactar sobre la cantidad de dinero circulante, porque son usuarios muy dependientes del efectivo los que lo reciben”, agregó.
“Eso debe ser un temor para el BCRA, porque se puede juntar con el pico de la demanda estacional de dinero de cada fin de año, y se van a necesitar muchos más billetes en los cajeros. Seguro va a haber un tipo de pico de demanda de circulante”, concluyó.
Emisión monetaria
La emisión monetaria para financiar al fisco gana una relevancia cada vez mayor en la estrategia de financiamiento del Tesoro para lo que queda del año. Las transferencias de utilidades del Banco Central al fisco suman $250.000 millones en septiembre, con datos hasta el día 24 del mes. Esa cifra sigue a $200.000 millones en agosto, $180.000 millones en julio, $90.000 millones en junio y $50.000 millones en mayo.
Son $770.000 millones en lo que va del año que se crearon para ayudar a pagar por el déficit de las cuentas públicas, sólo en concepto de “utilidades”: ganancias puramente contables que obtuvo el Banco Central el año pasado por la suba del dólar oficial, dado que la mayor parte de su activo está valuado en moneda extranjera.
Este mes, sin embargo, el financiamiento monetario al fisco tuvo una novedad. Se redujo en $427.401 millones en un sólo día por otro concepto, el de “adelantos transitorios”. Se trata de una suerte de préstamos en pesos que le da el Central al Tesoro y que implican una expansión monetaria.
Pero la reducción de los adelantos transitorios está lejos de implicar que ahora es menor la emisión monetaria para financiar al fisco. Se trató de una maniobra contable: primero, el Banco Central emitió una $405.401 millones para comprarle al Tesoro algo más de USD 4.300 millones en derechos especiales de giro (DEG), la moneda del FMI que la entidad inyectó a los países miembros para ayudarlos a enfrentar la pandemia. Y, luego, el Tesoro usó los pesos que emitió el Banco Central para cancelar esos adelantos transitorios.
En el pase de manos, hubo reducción de los préstamos del Central al fisco pero no hubo reducción del dinero en circulación. Más aún: como el tope que impone la Carta Orgánica del Central a los adelantos transitorios estaba cerca, como resultado del truco contable ahora la autoridad monetaria tiene margen para emitir $427.000 millones más de los que estaba autorizada a transferirle al Gobierno antes del pase.
¿Y los USD 4.300 millones? A pesar de haberlos “gastado” para cancelar deuda con el Banco Central, el Tesoro está gastándolos por segunda vez: colocó nueva deuda, esta vez en dólares, al propio Central y usó USD 1.888 millones para pagar un vencimiento con el FMI.
“El BCRA le compró los DEG contra pesos al Tesoro (emite), con los pesos el Tesoró canceló Adelantos Transitorio (contrae) y luego le saca los DEG con Letras para pagarle al fondo a medida que vayan cayendo los vencimientos. Cosa que ya empezó a pasar. Al final de la historia, reduce Adelantos contra una letra en dólares y la expansión monetaria adicional se produce en la medida que use el margen adicional que consiguió para financiarse con Adelantos. Margen que tenía muy acotado. Es un tema contable”, resumió Gabriel Caamaño, de Consultora Ledesma.
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