La próxima vez que estés en un avión, pensá en cuánto dinero gastaste en tu boleto y luego imagina cuánto gastó la persona que está sentada al lado tuyo. Probablemente, si se lo preguntases, el precio variaría mucho, si tuviste suerte, quizás hayas pagado menos, pero también está la posibilidad de que te amargues todo el viaje con sólo saber lo poco que le costó a otro pasajero.
Esto sucede porque los precios de los tickets aéreos son “excepcionalmente volátiles”, según sostiene Scott Keyes, fundador y director ejecutivo de Scott’s Cheap Flights, boletín informativo con base en Portland, Estados Unidos, que envía ofertas diarias de pasajes aéreos a más de 2 millones de suscriptores. Encontrar los mejores precios para los vuelos se ha convertido en una forma de arte en sí misma, afirma Keyes.
“La tarifa de los aéreos no se parece a ningún otro bien que compramos”, dijo Keyes en diálogo con CNBC Make It. “Tiene un precio único, no se comporta como ninguna otra cosa y como resultado, nos enfrentamos a la incertidumbre a la hora de comprar”.
Puede ocurrir de todo, quizás compraste un boleto de ida y vuelta a $90.000 pesos argentinos, y que al otro día al entrar al mismo sitio, para el mismo vuelo, el precio esté a $45.000. También puede suceder que elijas no comprar el pasaje a $90.000, con la esperanza de que baje su precio en unos días, y que termine escalando a $120.000 pesos o más.
“Nadie compra vuelos caros a propósito -sostiene Keyes, sin embargo- muchas veces terminamos pagando precios muy elevados”.
Según él, el motivo es que casi siempre las personas evitan hacer compras en contra de su mejor juicio o permiten que pensamientos irracionales se apoderen de ellos. El experto, analiza aquí algunos prejuicios psicológicos y mentales que se aprovechan de los compradores que buscan pasajes aéreos:
Posponer la compra e ilusionarse
Una de las peores cosas que puede hacer un comprador que está en búsqueda de un ticket aéreo es esperar hasta último momento para comprar sus asientos con la esperanza de que estos bajen su precio. Esto, a la par de otras tácticas como eliminar el historial de cookies del navegador de internet, o buscar vuelos en una pestaña privada -de incógnito- es lo que Keyes denomina “ilusiones”.
“Esperar hasta último minuto, con la esperanza de que haya una oferta, no va a hacer nada para que los vuelos sean más baratos”, sostiene Keyes. “No tiene ninguna relación con la realidad sobre los vuelos, que probablemente se volverán más caros en ese tiempo de espera y como resultado, podrías terminar pagando más”.
Según él, si bien esperar de manera realista que las tarifas sean más económicas -cuando se busca un vuelo con el suficiente tiempo- puede ser una buena idea, aferrarse a la ilusión de que el precio baje una vez que se acerca la fecha de salida, no tiene ningún sentido.
“Los vuelos baratos de última hora pertenecen a una era pasada y no existen desde hace mucho tiempo”, dice Keyes. “Esperar es la receta perfecta para el desastre”.
Es cierto que buscar un pasaje aéreo puede provocar ansiedad -sobre todo cuando estamos por realizar un viaje que llevamos mucho tiempo masticando en la cabeza- y la necesidad de posponer puede ser tentadora. Keyes recomienda buscar en el momento exacto, este sería el período en el cual el viaje no está muy lejano en el tiempo ni tampoco tan cerca. Según sostiene, este es el mejor momento para encontrar los precios más competitivos.
Explica que para los vuelos domésticos, o de cabotaje, este momento se ubica entre un mes y tres meses antes de la fecha del vuelo. Mientras que para los viajes internacionales, el período es más extenso y comprende de dos meses hasta ocho meses previos.
“La gran mayoría de las aerolíneas comienzan a vender sus vuelos 12 meses antes de la fecha -dice Keyes- pero si compramos con tanta anticipación, seguramente no paguemos los precios más bajos.
No piense en lo que pagó en el pasado
Muchos viajeros basan sus decisiones de compra en los precios que pagaron en el pasado por su último viaje. A riesgo de parecer obvio, Keyes sostiene que los compradores deberían centrarse en los mejores precios de la actualidad.
Por ejemplo, una persona voló ida y vuelta a París por $150.000 pesos. Ahora, desea hacer el mismo viaje, y los precios que encuentran rondan los $180.000. Puede pensar que está bien, que es un precio similar al que pagó la última vez y decidir comprar ese boleto. Sin embargo, dice Keyes, puede pasar por alto que todo el tiempo pueden parecer vuelos más baratos. Y agrega que con paciencia y tiempo, debería poder encontrar un vuelo de ida y vuelta hacia París por $110.000 pesos aproximadamente.
Del mismo modo, es posible que se encuentre con una tarifa aérea que se mantiene igual durante varias semanas, y piense que es la más baja que podría encontrar. Esto, dice Keyes, es un error: “El precio de un boleto puede mantenerse mucho tiempo igual hasta que de repente baja de la nada”.
En ocasiones, sostiene el experto, las personas están dispuestas a comprar un vuelo caro por miedo a que el precio aumente aún más. Hay motivos psicológicos que explican esto: según una investigación del economista Richard Thaler, nominado al Premio Nobel, las personas obtienen el doble de emoción negativa de las pérdidas que la emoción positiva de las ganancias.
En el mundo de los pasajes aéreos, esto significa que los viajeros pueden perderse las mejores ofertas si sienten que al menos están evitando aumentos en los precios.
Supongamos que se está buscando un vuelo a Roma por un valor de $230.000. Es un precio elevado, pero puede ser que se reserve por el miedo de que este aumente. En otras palabras: no hay que tomar el viaje más reciente como punto de referencia. Es mejor considerar y analizar si se está dentro del mejor período de compra -entre un mes y tres antes de viaje para vuelos de cabotaje, y entre dos meses y ocho previos al vuelo si se trata de destinos internacionales- y permítase esperar un poco a encontrar un mejor precio.
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