Inflación y emisión sin freno: advierten que el salario en dólares está en su nivel más bajo de los últimos 18 años

En una comparación entre sueldos registrados y el tipo de cambio libre, se encuentra en niveles cercanos a los del 2003, tras el final del estallido de la convertibilidad

El peso, cada vez más devaluado

El salario en dólares se ubica en su nivel más bajo desde fines del 2003 y lograr que repunte implicará una reducción sostenida de la inflación, que se refleje en estabilidad cambiaria.

El economista Nery Persichini indicó que este declive “es el producto de que el salario nominal perdió contra la inflación en los últimos años y de que, además, el dólar libre se movió más rápido que el nivel de precios”, aunque en varios períodos -como este año- el Gobierno haya buscado frenar la inflación oficial devaluando menos el tipo de cambio oficial.

Un gráfico del economista muestra que los salarios en dólares actualmente se ubican en los niveles de fines del 2003, cuando la Argentina comenzaba a dejar atrás la crisis que comenzó en 1998 y explotó a fines del 2001; la solución que buscó entonces el gobierno de Néstor Kirchner fue manipular los datos oficiales en 2007 en lugar de combatir el problema.

La medición de Persichini resulta especialmente relevante en un país altamente dolarizado en las últimas décadas, tanto para las empresas como para los individuos.

En este caso, el jefe de estrategia de GMA Capital cruzó la evolución del salario registrado con el dólar CCL en términos constantes operado con acciones “para comparar períodos muy lejanos”, ya que en los últimos 20 años el país atravesó diferentes etapas de control de capitales -y por lo tanto de tipos de cambio múltiples- con la efímera excepción del 2016-2019.

Evolución del salario registrado en Argentina en dólares Fuente: Nery Persichini en base a cifras oficiales

Para revertir este declive del salario en dólares, explicó, “se necesitan mejores salarios en pesos, o sea menor inflación y estabilidad cambiaria; para que mejoren los salarios reales necesitamos crecer y que la productividad aumente de corto plazo”.

El economista y experto en inversiones aclaró a Infobae que “corregido por inflación y tipos de cambio de socios comerciales, el dólar CCL actual es un 7% más alto que el ‘dólar a $ 4′ de Duhalde del 2002″.

Por su parte, Gabriel Zelpo dijo que “una mejora rápida de los salarios se puede dar si dejan de lado la represión financiera; es decir: menores, controles de capitales que achiquen la brecha del oficial con el paralelo; obviamente el plan debe incluir un ajuste fiscal, porque, de lo contrario, no van a poder levantar los controles de capitales”.

Esto implica “no solo bajar la inflación; es trabajar para bajar el déficit fiscal y reabrir la economía, sin olvidarse de que en 2017 y 2018 teníamos un déficit de cuenta corriente de 3% del PBI al menos, porque el país se podía financiar; pero es difícil que vuelvan a creernos de esa forma”.

“Para recuperar los salarios hay que tomar decisiones que actualmente están un poco fuera del alcance de cualquier funcionario, por lo menos en el corto plazo” (Jorge Neyro)

En tanto, el economista Jorge Neyro dijo que el repunte salarial “requiere una avalancha de dólares hacia la economía argentina, que pueden venir por el lado comercial, que fue la causa de toda la recuperación luego de la crisis de la convertibilidad, o de un financiamiento del déficit de cuenta corriente, como ocurrió con Macri en 2016 y 2017″. Sin embargo, como Zelpo, Neyro opinó que “es difícil que vuelva esa clase de financiamiento en el corto plazo”.

“Para que aumenten en forma sostenida los salarios en dólares por la cuenta comercial se requiere una soja a otros precios y un tipo de cambio comercial un poco distinto al que tenemos; es decir, básicamente menor brecha cambiaria”, indicó Neyro.

“La deuda no va a venir en cantidades suficientes en el corto ni en el mediano plazo y la avalancha de dólares comerciales tampoco. Por lo tanto, para recuperar los salarios hay que tomar decisiones que actualmente están un poco fuera del alcance de cualquier funcionario, por lo menos en el corto plazo. En el largo plazo puede haber un milagro; no sé si demandará el tiempo que llevó construir el milagro asiático, o sea varias décadas, pero sí mucho tiempo”, concluyó, con la certeza de que la desorientación interna del Gobierno no contribuye a tener demasiadas esperanzas.

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