Con el mismo capital que se necesita para comprar un departamento pequeño en Buenos Aires se puede ser dueño de 10 cajeros automáticos en Miami, recibir una renta de hasta un 10% anual en dólares y controlar online la evolución del negocio desde la Argentina. En Estados Unidos abundan los cajeros no bancarios, ubicados en pequeños comercios, desde un almacén hasta una peluquería. Son administrados por particulares y pueden volverse una oportunidad para quienes buscan rendimientos que hoy por hoy no aparecen en los mercados financieros.
RM Networks, la empresa del argentino Rodrigo Martín, salió a buscar inversores en América Latina para hacerles la siguiente oferta: invertir USD 65.000 para adquirir 10 cajeros automáticos, a instalar en el estado de Florida. A ese monto se agrega un desembolso por única vez de USD 10.000 para capital de trabajo; ese dinero es utilizado para el abastecimiento permanente de los cajeros. Al inversor se le asegura una renta del 6% anual en el primer año en forma creciente hasta llegar al 10% a partir del quinto. Y si bien no tiene injerencia en el día a día del negocio, puede ver a través de una app en su celular, en tiempo real, cada vez que se realiza una transacción en sus cajeros. La renta se puede cobrar en forma mensual o anual.
“Apuntamos a atraer clientes que busquen administrar su negocio desde el living de la casa, sin gastos extras de ningún tipo. El margen de ganancia es alto, inmediato y en dólares, con una inversión más baja que la de una propiedad y sin riesgos ocultos”, explicó Martín a Infobae. Su empresa posee 180 cajeros automáticos en funcionamiento en los estados de Florida y Georgia, de los cuales 40 pertenecen a pequeños inversores, a la vez que tiene otros 50 en proceso de instalación.
“En Estados Unidos los cajeros se pueden instalar en cualquier lado y no hay límite en la tarifa. Si cobrás mucho el cliente no vuelve a usarlo, por supuesto. Prometemos una rentabilidad creciente porque a medida que la gente ubica el cajero, empieza a generar más ganancias” (Rodrigo Martín)
Cada vez que alguien retira dinero, se cobra un cargo que va desde 2,99 hasta 5 dólares, dependiendo de la ubicación del cajero; el comercio donde se instala también se lleva una parte de esa comisión. Esa tarifa varía según la zona, en un mercado desregulado y de alta competencia. “En Estados Unidos los cajeros son de libre uso, se pueden instalar en cualquier lado y no hay límite en la tarifa. Si cobrás mucho el cliente no vuelve a usarlo, por supuesto. Prometemos una rentabilidad creciente porque a medida que la gente ubica el cajero, se empieza a utilizar más y genera más ganancias”, apuntó Martín.
A diferencia de algunos países de Europa en los que el efectivo está prácticamente en vías de extinción, superado por las tarjetas, las apps telefónicas, las transferencias y otros medios digitales de pago, en Estados Unidos todavía hacen falta billetes: “Aunque existan muchos medios de pago, en Estados Unidos el cash sigue estando presente. Hay negocios que lo prefieren, se usa para las propinas y hay un movimiento de pequeños pagos que siempre se hará en efectivo, las reglamentaciones van en ese sentido”, explicó Martín. Los cajeros son cargados con billetes de 20 dólares, para disponer de cambio. RM Networks tiene un convenio con un banco para cumplir con esa logística.
En la Argentina, el país del “solo efectivo”, los 18.000 cajeros automáticos son dominados por las dos grandes redes, Banelco y Red Link. Desde 2018, el Banco Central autorizó la instalación de cajeros no bancarios pero su participación todavía es minoritaria. Red Link armó un circuito por fuera de los bancos, en alianza con cadenas comerciales, con la marca Cajero Express y ya tiene 600 equipos instalados y otros 260 en proceso de instalación.
A la vez, la extracción de efectivo por fuera de las sucursales bancarias se expandió por otras vías: hay casi otros 18.000 puntos en los que se pueden retirar billetes, como los supermercados, estaciones de servicio y otros comercios, o bien las redes de cobranza extrabancaria (Pago Fácil, Rapipago, Provincia Net y otros) en las que el que paga un servicio se puede llevar plata de su cuenta.
Por otra parte, en la Argentina toda la normativa está orientada a reducir el uso de efectivo y gran parte de las transacciones no tienen costo para el usuario: los empleados en relación de dependencia, los jubilados y pensionados y los beneficiarios de cualquier plan social pueden extraer su dinero sin costo en cualquier cajero del país hasta el monto de sus haberes.
“Un esquema como el nuestro sería muy bueno para la Argentina, porque en muchos lugares los cajeros serían muy necesarios y es habitual que las máquinas de los bancos se queden sin plata. Pero, más allá de la inseguridad, encontrar inversores para un negocio de este tipo en la Argentina sería muy difícil”, concluyó Martín.
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