Los bancos internacionales afirmaron con un tono bíblico que la Argentina deberá firmar un programa con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por su precaria situación financiera.
Y al Norte del río Bravo, se complica día a día la situación de su “amiga”, la directora gerente del Fondo, Kristalina Georgieva, quien, aunque no sea destituida en el corto plazo por las dificultades políticas que implica su reemplazo, quedó muy debilitada en el organismo multilateral.
Un informe del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF en inglés), señaló que “en Argentina, la asignación de los derechos especiales de giro (DEGs) tiene consecuencias para el calendario de un nuevo programa del FMI”.
“A pesar de los favorables precios de las materias primas, algunas entradas de IED y los estrictos controles de capital, el país sigue en una situación de financiación externa precaria” (IIF)
Sin embargo, los economistas del think tank de los bancos internacionales aclararon que el país deberá enfrentar en unos meses el “Día del Juicio Final”.
“A pesar de los favorables precios de las materias primas, algunas entradas de IED y los estrictos controles de capital, el país sigue en una situación de financiación externa precaria”, señaló el equipo del economista Robin Brooks.
Al respecto, advirtieron que “como el endeudamiento externo sigue siendo imposible, Argentina tendrá que volver a acudir al FMI para gestionar los reembolsos del programa anterior que comenzaron en septiembre”.
“Creemos que, incluso teniendo en cuenta un déficit por cuenta corriente en el cuatro trimestre del 2021 debido a las exportaciones estacionalmente bajas, las reservas líquidas no se agotarán después de devolver 3.700 millones de dólares al FMI este año”.
De inmediato, aclararon que “un nuevo programa antes de marzo de 2022 es inevitable; si no se hubiera producido la asignación de los DEG, el día del juicio final habría llegado en diciembre”.
En este sentido, dos ejecutivos del mundo financiero que estuvieron en reuniones con inversores del exterior esta semana afirmaron a Infobae que, desde la derrota del oficialismo en las elecciones primarias, hay mayor interés en los activos argentinos, aunque algunos esperan una confirmación de los resultados en noviembre para comprar a precios más convenientes.
El ciclo electoral de cara a las elecciones de noviembre estará marcado por un aumento del gasto, lo que podría traducirse en mayores desafíos para mantener bajo control los desequilibrios macroeconómicos (Torino Economics)
“Muchos con ganas de invertir y les digo que el riesgo kirchnerista que tanto los asustaba bajó mucho, por lo que los activos argentinos tienen que ser revaluados para arriba. Además, les aclaré que no hay plata para gastar y, si la imprimen, la crisis va a ser peor”, detalló el hombre de negocios, que les sugirió que “compren deuda dólares bajo ley de Nueva York y esperen”.
Su par comentó que “el ánimo es malo, pero por lo menos creció el interés; hay algunos optimistas, pero en general los inversores piensan que viene crisis y van a comprar más barato”.
En este sentido, un informe de Torino Economics indicó desde Nueva York que tras el resultado de las PASO, “la ya frágil situación económica de la Argentina sufre una turbulencia aún mayor”.
“A pesar de la crítica a la gestión económica que realizó públicamente Cristina Fernández de Kirchner, la estructura de gestión económica, que encabeza Martín Guzmán, se mantuvo intacta. Aunque resta saber si habrá un cambio en el rumbo económico”.
Y si bien el resultado representó una sorpresa para los inversionistas, el sismo político dentro del Frente de Todos, la consultora Torino Economics no descarta “un escenario en el cual la administración Fernández se radicalice antes de las elecciones de noviembre”.
Esto se daría “a través de la implementación de una serie de políticas de corte más expansivo en términos de gasto fiscal, que se traduzcan en mayores tensiones para los desequilibrios macroeconómicos, en especial del déficit fiscal y la brecha cambiaria entre el dólar paralelo (blue) y el tipo de cambio oficial”, indicó Torino en su mensaje de esta semana.
A priori, indicaron, “el ciclo electoral de cara a las elecciones de noviembre estará marcado por un aumento del gasto, lo que podría traducirse en mayores desafíos para mantener bajo control los desequilibrios macroeconómicos, en especial del déficit fiscal y la brecha cambiaria entre el dólar paralelo (blue) y el tipo de cambio oficial”.
“Los últimos cuatro gerentes del FMI tuvieron problemas con la justicia: Rato terminó preso por malversación; Strauss Kahn procesado por abuso sexual; Lagarde condenada, aunque sin pena impuesta y ahora Kristalina, turbia” (Torres)
Por otro lado, advirtió que “las liquidaciones por exportaciones desde el sector agrícola se reducirán, lo que a su vez hará más estrecho el margen de maniobra del que dispondrá el Banco Central para recuperar el nivel de reservas líquidas”.
“Las elecciones legislativas de noviembre podrían significar la ratificación de los resultados adversos para el oficialismo, lo que implicaría un ajuste de la correlación de fuerzas dentro de la Cámara de Diputados y el Senado, que haría perder al oficialismo las mayorías absolutas necesarias para aprobar, sin necesidad de acordar con la oposición temas vitales tales como el nuevo acuerdo de financiamiento que se estaría negociando con el FMI”, expresaron desde Manhattan.
Georgieva, cada vez más complicada
Del otro lado del mostrador, el creciente descontento en Washington hacia la directora gerente del Fondo, Kristalina Georgieva –reflejado en The Economist y Financial Times- complicará una rápida resolución de las negociaciones, ya que, aunque no sea desplazada, seguramente quedará debilitada y a merced de una “doble pinza” del staff técnico y de los representantes del G7.
Al respecto, los técnicos del organismo y sus principales accionistas coincidieron en señalar, con matices, en que la Argentina debe tener un programa económico claro, con reformas profundas, que le permitan volver a acumular reservas, reducir la brecha cambiaria y el déficit fiscal, para volver a crecer y poder pagar su deuda mientras no logra retomar el acceso al mercado voluntario de capitales que perdió en 2018.
En este sentido, el ex representante argentino ante el FMI, Héctor Torres, dijo que la situación de Georgieva “resulta muy comprometida, pero no sé si llegarán a destituirla”.
“Los europeos quieren conservar el cargo en manos de un europeo y para eso necesitan ponerse de acuerdo sobre un candidato suplente. Sacarla sin saber a quién van a proponer ofrecer la oportunidad para que crezca la presión para que el o la reemplazante sea elegido por mérito, con independencia de su nacionalidad)”, señaló.
Torres recordó que “los últimos cuatro gerentes del FMI tuvieron problemas con la justicia: Rato terminó preso por malversación; Strauss Kahn procesado por abuso sexual; Lagarde condenada, aunque sin pena impuesta, por mala administración de fondos públicos cuando era ministra de Sarkozy, y ahora Kristalina, turbia”.
“En palabras del Financial Times, prácticas de trabajo ‘tóxicas -presión sobre el staff para que mejoren la calificación de China en el Doing Business-. Más allá de esto, creo que sus posibilidades de ayudarnos, flexibilizando la evaluación técnica del staff se han visto disminuidas. Si sobrevive, va a tener que alinearse totalmente con la jefa del Tesoro, Janet Yellen, léase David Lipton, quien sigue siendo muy respetado por el staff”, concluyó Torres.
La suerte de Georgieva parece estar echada, aunque siga en su cargo un tiempo, dado que el directorio del Fondo iniciará una investigación similar a la que realizó el Banco Mundial, en la que, en forma categórica, se la declara culpable de profundas irregularidades.
“Georgieva se involucró en forma directa en el esfuerzo para mejorar la posición de China en el ranking”, indicó el informe de la entidad en la que la economista búlgara supo ser directora general, que concluye que ella “instruyó” a sus subordinados para manipular el índice de negocios del Banco Mundial en favor del mayor rival geopolítico de Washington.
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