“A los mercados del mundo les pegaron una paliza y la Argentina cobró el doble, como sucede siempre”. La definición del operador fue la síntesis del derrumbe de bonos y acciones locales que fueron exagerados, comparados con lo que pasó en el resto del planeta ante la crisis de la empresa inmobiliaria china Evergrande, que tiene activos de inversores por USD 300.000 millones. En la bolsa de Hong Kong, sus acciones cayeron 19% e hizo recordar a la explosión de la burbuja inmobiliaria de 2008 que arrastró al cuarto banco más grande de Estados Unidos, Lehman Brothers, con USD 680.000 millones en activos.
El VIX, un indicador que se confecciona en el mercado de Chicago para medir la volatilidad del mercado y se lo conoce como el “índice del miedo”, después del cierre quedó 24% arriba en 25,71 puntos. Sobrepasó en 5 puntos y está en alerta naranja. Si llega a 30 puntos comienzan a encenderse luces rojas.
Por supuesto, se alteraron todos los parámetros de inversión tras las caídas de 1,70% del S&P 500, de 1,78% del Dow Jones y de 2,19% del Nasdaq, y los inversores se refugiaron en el oro que subió casi 1% y en los bonos del Tesoro norteamericano cuya tasa a 10 años, por la suba de sus precios, bajó a 1,30% anual.
Esto significó una huida de fondos de los países emergentes que le pegó muy fuerte a Brasil y contagió a la Argentina. Por eso el impacto se sintió en el mercado más libre de los dólares contado con liquidación, que es el que se utiliza para fugar divisas. En el Senebi, donde las operaciones se hacen de manera directa, este dólar, que no figura en las pantallas, se operó al contado en $184, el mismo valor que el “blue”. Cabe acotar que el billete marginal perdió $2 para cerrar a $184. En ese mercado, el dólar MEP cotizó a $176. El precio del cable, cambiar dólar MEP por contado con liquidación, subió a 4,5%. En otras palabras, ese es el costo de colocar dólares en cuentas del exterior.
Pero en este movimiento no solo intervino el temor por lo que sucedió en el mundo, sino por las medidas que se avecinan para reactivar la economía local que en este escenario pueden tener efectos indeseados. No era lo mismo pensar en la emisión de billetes el viernes que el lunes tras la caída de Evergrande.
En la plaza oficial de los dólares financieros, donde el Banco Central interviene con el bono AL30D, tuvo que colocar poco más de USD 23 millones para que el contado con liquidación cierre a $172,81 (+34 centavos) y el MEP a $172,81 (+33 centavos).
Pero no fue la única intervención. En la plaza mayorista donde el dólar aumentó 10 centavos a $98,46 tuvo que vender 90 millones que hicieron caer las reservas en USD 105 millones a USD 45.229 millones.
Este ritmo de intervención es imposible de mantener hasta las elecciones de noviembre y el mercado lo sabe. Es por eso que, si bien no apostó a las compras de dólar futuro, se jugó por los dollar linked, títulos que ajustan por el valor del dólar. El más buscado fue el TV22 que vence en abril próximo que subió 0,79%.
Pero no es la única inquietud. El mercado está muy distorsionado y si bien los bonos que ajustan por el costo vida han resurgido, los bancos prefieren canjearlos por Leliq, títulos del Banco Central, que dan una tasa levemente superior a 45% anual y mantienen más limpia su cartera.
Los bonos de la deuda con legislación extranjera tuvieron caídas superiores a 3% y el riesgo país subió nada menos que 64 unidades (+4%) a 1.577 puntos básicos.
La Bolsa también tuvo que pagar el costo de la crisis. Se operaron $1.876 millones, un monto que indica que no son pocos los que estuvieron dispuestos a salir de las acciones, y el S&P Merval, el índice de las líderes, se desplomó 6,21% y cerró en el mínimo del día. Las bajas más importantes -no hubo ninguna alza- correspondieron a Central Puerto con 10,86% y a BBVA y Transener con 9,79%.
Los ADR’s -certificados de tenencias de acciones que cotizan en las Bolsas de Nueva York- negociaron un escaso volumen de $2.616 millones. La caída fue abrumadora. Central Puerto perdió 13,4%; BBVA, 12,3% y Banco Macro, 12%. La única suba fue la de Despegar con 0,8%.
Lo que pueda suceder hoy es impredecible. Tal vez se produzca el efecto del “gato muerto” y reboten las acciones. Lo cierto es que la crisis hará que los planes del Gobierno para ganar las elecciones de noviembre se compliquen porque se encarecerá el dinero en el mundo y se acelerará la salida de dólares de los mercados emergentes, en particular de la Argentina. Las reservas van a padecer el movimiento y los niveles de intervención para que el dólar no suba serán más elevados y el Central no está en condiciones de afrontar estos mayores costos. “Recalculando”, fue la sabia sentencia de un operador.
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