La prohibición de ingreso al país para turistas internacionales está haciendo estragos en el sector hotelero. El impacto lo sintió uno de los establecimientos más importantes y emblemáticos de la ciudad de Buenos Aires: el Four Seasons, uno de los hoteles cinco estrellas más lujosos no sólo de la Argentina sino de América Latina. La compañía controlante, propiedad de un fondo de inversión árabe, se presentó ante la Justicia en la última semana con el objetivo de renegociar sus pasivos y pidió la convocatoria de acreedores.
Durante más de un año el hotel estuvo prácticamente cerrado y sólo funcionó durante algunos períodos La Mansión, es decir la casona pegada a la propiedad principal que tiene sólo siete suites exclusivas. Recién hace 60 días comenzó a operar el hotel principal y los restaurantes emblemáticos que funcionan adentro. Sin embargo, apenas hay 4 habitaciones ocupadas sobre un total de 176.
La sociedad controlante de las operaciones locales del Four Seasons es Hotel Corporation Argentina y quien debe decidir si otorga el concurso preventivo que le permita renegociar pasivos es el Juzgado 14, secretaría 28, en la ciudad de Buenos Aires. La compañía garantizó la totalidad de los puestos de trabajo, alrededor de 300, que se mantuvieron a pesar del nivel prácticamente nulo de actividad desde marzo del año pasado y tiene planes para incorporar otros 100. Además, seguirán operando normalmente el hotel y los restaurantes, mientras se avanza con la renegociación de las deudas acumuladas.
La prohibición de ingreso al país de turistas extranjeros y la ausencia de convenciones y eventos es un duro golpe para un hotel cinco estrellas como el Four Seasons, que ahora se presentó ante la Justicia par renegociar sus pasivos
El grupo controlante del Four Seasons Buenos Aires aseguró ante el juzgado que las operaciones fueron muy impactadas por el público objetivo del hotel: turismo internacional y de negocios. El ingreso de extranjeros prácticamente es nulo desde el inicio de la pandemia y también fueron inexistentes los eventos y convenciones, un rubro que recién ahora empieza a reactivarse. Es decir, hubo un doble impacto del que todavía no puede recuperarse, aún cuando recibió la ayuda del Gobierno para pagar sueldos vía ATP, como también reducción de aportes patronales.
El caso es distinto al de otros hoteles en otras zonas del país que volvieron a cierta normalidad con el turismo interno, como sucedió sobre todo en destinos como Ushuaia, Bariloche, Iguazú o Córdoba.
Hay una larga lista de distintos hoteles que tuvieron serios problemas para seguir operando. Muchos decidieron cerrar sus puertas en medio de la pandemia y en algunos casos ese cierre sería definitivo. Otros decidieron suspender sus actividades hasta que la situación se normalice, especialmente aquellos que dependen del turismo internacional. Se estima que cerrarán definitivamente entre 15% y 20% del total de hoteles que funcionaban en la situación prepandemia.
El hotel fue adquirido a la cadena internacional por capitales árabes en 2009, que invirtieron desde entonces cerca de USD 150 millones: USD 65 millones en la compra de la propiedad, USD 75 millones en la reforma y USD 15 millones en los últimos 5 años. El grupo de control asegura que tiene la vocación no sólo de quedarse, sino también de seguir invirtiendo en la Argentina, pero primero requiere ordenar sus pasivos para normalizar la operatoria, a la espera de la reapertura de las fronteras.
El gobierno aseguró que analiza la posibilidad de permitir el ingreso de turistas internacionales en el último trimestre, arrancando por los países limítrofes. Será fundamental que aquellos que son autorizados a ingresar no tengan que hacer la cuarentena en caso de contar con la vacunación completa y una prueba de PCR negativo previa a la entrada al país.
La hotelería, restaurantes y comerciantes que viven del turismo internacional están a la expectativa de esta apertura. Además el alto tipo de cambio actuaría como un imán para muchos extranjeros que quieren visitar la Argentina, aprovechando el dólar alto, que abarata sustancialmente los precios medido en moneda dura.
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