El mercado financiero no tiene una reacción clara ante la crisis que se desató en el Gabinete de Alberto Fernández luego de la derrota del oficialismo en las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) del domingo pasado. Mientras que para inversores reacios a las políticas del Gobierno la interna en Casa Rosada es una variable alcista de mediano a largo plazo, la promesa de más sinsabores en el manejo del día a día de la gestión es un elemento bajista de corto plazo.
Así, bonos y acciones se debaten entre subas y bajas luego de la suba posterior a la elección. Sin embargo, hay un mercado en el que la lectura es más clara: el cambiario. Bancos, fondos e inversores están ajustando al alza sus previsiones para el futuro del dólar oficial y así lo reflejan los números de las cotizaciones de papeles en pesos. Las previsiones de suba del dólar oficial pasaron del 38% de julio al 53% actual.
“Si uno se pregunta si hay valor en las acciones argentinas en este contexto político la respuesta es que si, a mediano plazo. Claro que en el medio, y con los problemas políticos como trasfondo, lo que se puede esperar es mucha volatilidad”, dijo Norberto Sosa de Invertir en Bolsa.
Pero a diferencia de lo que pasa con acciones y bonos, la mirada del mercado respecto a Con trabas cambiarias en plena vigencia, incluso en algunos de los mercados paralelos de dólares financieros como el contado con liquidación y el dólar MEP, las tensiones cambiarias no siempre están a simple vista. Pero que existen, existen.
En particular, el cambio de humor de los inversores respecto del futuro del precio del dólar se ve en las cotizaciones de bonos en pesos y bonos en pesos atados al dólar oficial, los títulos dollar-linked. Esto es porque los rendimientos que pagan esas emisiones de deuda tienden a ajustarse a las expectativas futuras de variables como la inflación o el tipo de cambio.
Así, mirando las tasas de descuento a las que cotizan los bonos en pesos a tasa fija -es el rendimiento en pesos que se obtendría al comprar uno de esos papeles al precio al que cotiza en el mercado secundario- y comparándolas con las de los bonos atados al dólar se puede tener una idea de cómo varían las expectativas de suba del dólar en el mediano plazo. Esos rendimientos son el premio que exigen los potenciales compradores de bonos por tenerlos en su cartera. Y dan información.
“A través de los bonos a tasa fija y dollar-linked, es posible calcular de forma implícita las expectativas devaluatorias del mercado a una fecha dada” (Cohen)
¿Cómo? Los bonos en pesos a tasa fija permiten saber exactamente cuánto dinero se va a cobrar en una fecha determinada. Dejando de lado inflación, tipo de cambio, al comprar un bono a tasa fija se conoce de antemano cuando y cuántos pesos se va a cobrar (asumiendo que no hay un reperfilamiento, claro).
Con ese dato fijo, se puede calcular cuánto tendría que variar el dólar oficial para que un bono dollar-linked arroje el mismo rendimiento en el mismo plazo. El resultado es la expectativa del mercado para el dólar oficial, porque si no lo fuera los operadores correrían rápido a alinear esas dos variables comprando el activo que ven barato y vendiendo el que ven caro.
Y no es cualquier expectativa surgida de una encuesta. Es una expectativa en la que los inversores ponen su dinero. O al menos, una expectativa frente a la cual están dispuestos a cubrirse.
“A través de los bonos a tasa fija y dollar-linked, es posible calcular de forma implícita las expectativas devaluatorias del mercado a una fecha dada. Tomando como referencia abril de 2022, las expectativas devaluatorias a tal fecha estuvieron en pleno ascenso, pasando desde un 38% (alcanzado a principios de julio) hasta un 53% en la actualidad”, explicó un informe de la sociedad de Bolsa Cohen.
Para encontrar qué dólar tiene en mente el mercado, o a qué precio del dólar le teme, es necesario mirar estos indicadores alternativos porque las plazas tradicionales están totalmente intervenidas por el Banco Central (BCRA). Así sucede con el dólar contado con liquidación, con el dólar MEP y hasta con los contratos de dólar futuro.
“Mientras que la expectativa para los bonos es de 53% (valor más alto desde febrero), ROFEX -N. de la R.: el mercado de dólar futuro- muestra una historia distinta, con expectativas devaluatorias a la baja. Esto se explica porque el BCRA está interviniendo en el mercado de futuros, reduciendo artificialmente las expectativas devaluatorias. Por ello, mientras la tasa efectiva anual de ROFEX a abril de 2022 cayó hasta un 49%, en el mercado de bonos es de 53%”, agregó el análisis de Cohen.
“Si bien por ahora los gastos anunciados no distan de lo que se esperaba para esta altura del año, la línea por la que se camina es delgada: ya en agosto no se pudo siquiera renovar la totalidad de la deuda doméstica, haciendo que la totalidad del déficit deba ser financiado con emisión. Este mes la situación mejoró, aunque fue marginalmente”, dijo Ruiz.
“Otra de las preocupaciones es el acuerdo con el FMI, el cual hace unas semanas se presumía encaminado y ahora, entre la crisis política y el perfil más ortodoxo del nuevo director del Hemisferio Occidental del organismo, luce más desafiante”, concluyó.
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