¿Aumentará el impuesto a los Bienes Personales?: advierten por más presión para los contribuyentes en 2022

El proyecto de Presupuesto incluyó un artículo donde se extiende la facultad del Poder Ejecutivo para fijar alícuotas superiores a los bienes que los contribuyentes tienen en el exterior

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Tributaristas prevén más presión sobre
Tributaristas prevén más presión sobre los contribuyentes que pagan Bienes Personales (Foto: AFIP)

El proyecto de Ley de Presupuesto enviado al Congreso incluyó un artículo donde se extiende la facultad del Poder Ejecutivo de fijar alícuotas superiores para gravar los bienes que los contribuyentes tienen en el exterior. Esta facultad vencía el 31 de diciembre de 2020, por lo tanto, se extenderá para los próximos períodos fiscales. Por eso, los tributaristas advierten que durante el año próximo habrá más presión para los contribuyentes que tributan este impuesto.

En diciembre de 2019, una de las primeras medidas del Gobierno de Alberto Fernández —con la Ley 27.541 de Solidaridad Social y Reactivación Productiva— fue delegar en el Poder Ejecutivo, hasta el 31 de diciembre de 2020, la facultad para fijar alícuotas diferenciales superiores (hasta en un 100%) para gravar los bienes en el exterior. Luego, a través del Decreto 99/2019, se aumentó la alícuota del impuesto sobre los Bienes Personales, que llegó hasta el 2,25% (para bienes en el exterior que superen los $18 millones).

El proyecto de Presupuesto incluyó un artículo donde se extiende la facultad del Poder Ejecutivo para fijar alícuotas superiores a los bienes que los contribuyentes tienen en el exterior

“Como se extiende la facultad, se podría incrementar la carga tributaria por los bienes en el exterior. Además, hoy se puede disminuir esa alícuota en el caso de repatriar el 5% de los bienes en el exterior pero ahora puede que se aumente también ese porcentaje. Y como consecuencia difícilmente alguien decida repatriar y termina aumentando la carga tributaria”, señaló el tributarista Sebastián Domínguez, socio de SDC Asesores Tributarios.

Por otro lado, como es probable que no haya una nueva versión del impuesto a la riqueza, el Gobierno apuntaría a aumentar la presión sobre Bienes Personales. De ahora a fin de año puede enviar un proyecto de ley para establecer más escalas con alícuotas más altas hasta llegar al 2,5%. Si es así, después se puede duplicar para el que tiene bienes en el exterior”, agregó Domínguez.

De ser así, el cambio de las alícuotas se debería hacer, por ley, antes de fin de año. El cambio de la composición del Congreso luego del resultado de las elecciones de noviembre podría acelerar esa decisión, que debería votarse antes del 10 de diciembre y del recambio legislativo. También resta saber su habrá nuevas condiciones para la repatriación, lo que también debe establecerse antes de fin de año.

Según el proyecto de Ley de Presupuesto enviado al Congreso, se estima que la recaudación del Impuesto sobre los Bienes Personales alcanzará más de $411.663 millones, un aumento de 56,7 por ciento. De acuerdo con el texto oficial, los principales factores que explican esta suba son los aumentos de la base imponible sobre la cual se aplica el impuesto, el mayor tipo de cambio y la prórroga de la vigencia de las alícuotas diferenciales aplicables por los bienes situados en el exterior.

La AFIP quiere seguir cobrando los anticipos con la alícuota incrementada para los bienes fuera del país. Eso no tiene sustento legal porque terminaba en 2020. Ahora con el proyecto de Ley de Presupuesto le da permanencia a las sobrealícuotas

Para el tributarista César Litvin, el aumento de la presión sobre el Impuesto a los Bienes Personales afecta la igualdad de los contribuyentes ante la ley. Y recordó que se trata de un impuesto “transitorio” que ya lleva tres décadas y que seguramente se seguirá extendiendo su vigencia. “Se estableció por nueve ejercicios en 1991 y su vigencia se fue renovando, la última vez se renovó hasta el 31 de diciembre de 2022″, detalló.

“La AFIP quiere seguir cobrando los anticipos con la alícuota incrementada para los bienes fuera del país. Eso no tiene sustento legal porque terminaba en 2020. Ahora con el proyecto de Ley de Presupuesto le da permanencia a las sobrealícuotas”, precisó.

Iván Sasovsky, socio fundador y CEO de Sasovsky & Asociados, también advirtió que al no contemplar un ajuste en los parámetros de Bienes Personales, el Presupuesto 2022 incrementa la presión del impuesto sobre todos los que lo pagan. “Suponiendo que el incremento del dólar sea efectivamente el planteado, hablamos de un aumento superior al 20% en todas las tenencias en moneda extranjera, mientras el mínimo sigue siendo de $2 millones. O sea que una persona que hoy tiene 15.300 dólares y los mantiene fuera del circuito bancario, en una caja de seguridad por ejemplo, terminará en la órbita del impuesto”, aseguró.

El cambio de la composición del Congreso luego del resultado de las elecciones de noviembre podría acelerar la decisión

“Es verdaderamente ridículo pensar que una persona con un ahorro tan bajo pueda ser considerado con capacidad contributiva suficiente para abonar Bienes Personales”, señaló. Según el tributarista, luego de dos años sin actualización, el mínimo no imponible debería estar multiplicado por diez.

“Los impuestos al patrimonio no pueden alcanzar a quién no manifieste capacidad contributiva. Pero sobre este tema no hay oposición, todos los partidos terminan votando u omitiendo actualizar siempre en contra del contribuyente. Será muy interesante ver cómo queda conformado el congreso para ver qué acuerdos terminan aprobando antes del 31 de diciembre”, anticipó.

Otro impuesto “transitorio” establecido en la Ley 27.541 de Solidaridad Social y Reactivación Productiva de 2019 es el impuesto PAIS, pero en este caso tiene una vigencia de cinco períodos fiscales. Es decir, hasta fines de 2024.

La recaudación prevista por el Presupuesto 2022 para este impuesto es de $173.188,3 millones, un 79% más que en 2021 (y un crecimiento de 0,07 puntos porcentuales en términos del PBI), impulsado por el incremento del tipo de cambio y la reapertura de las fronteras (más ventas de pasajes al exterior y más uso de las tarjetas de crédito y débito).

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