Para hoy está prevista la emisión de tres letras del Tesoro, una a tasa fija y dos ajustadas por inflación, que vencen entre enero y julio del año que viene. Una promesa de pago del ministro de Economía, Martín Guzmán, a entre 4 y 11 meses de plazo que ya venía complicada por las condiciones de mercado más la reticencia del Gobierno a pagar más tasa y, ahora, se lleva adelante con un Gabinete en el cuál todos los cargos están en duda. Las colocaciones de deuda en pesos son vitales para el programa financiero de este año, ya que sin financiamiento de mercado el Tesoro se vuelve más dependiente de la emisión monetaria del Banco Central.
Para Guzmán el calendario, al menos, es benévolo en este preciso momento. La colocación de deuda no tiene vencimientos inmediatos por renovar, con lo cual cada peso que consiga hoy el Tesoro será financiamiento neto. Pero las intrigas políticas que llevaron a los funcionarios que responden a Cristina Fernández de Kirchner a presentar su renuncia en una movida orientada a generar cambios en el Gabinete nacional pusieron en duda hasta la propia continuidad del ministro de Economía y no agregan certidumbre a las ya de por si complicadas operaciones de deuda.
“El contexto de inestabilidad política y la incertidumbre que esto genera complican el financiamiento en el mercado del Tesoro, lo que se suma a unas últimas licitaciones donde el gobierno no ha logrado conseguir financiamiento neto positivo (incluso habiendo emitido bonos dollar-linked en la última licitación); y a un mercado secundario que no ayuda, que ya hace unas semanas viene demandando pocos bonos en pesos”, dijo Martín Przybylski de Consultatio.
El partido financiero que juega hoy Guzmán es el siguiente. A lo largo de septiembre el Tesoro tiene que hacer pagos de deuda en pesos por algo más de $578.000 millones. Sin embargo, casi 132.000 millones son adelantos transitorios del Banco Central y otros $157.000 millones corresponden a un vencimiento con el Banco Nación que ya fue refinanciado.
Entonces, la cuenta de almacenero de septiembre para Guzmán se reduce a algo más de $260.500 millones en vencimientos a pagar durante el mes. Si a lo largo de las distintas colocaciones del mes consigue que le presten ese momento, terminará empatado.
Pero ahí no se termina el problema: en todo el año, Economía necesita conseguir unos $900.000 millones por encima de los vencimientos para cubrir las necesidades de financiamiento sin pedir al Banco Central más emisión monetaria de los $1,2 billón previstos. Entonces, no alcanza con renovar vencimientos. Guzmán necesita dinero extra. Por ahora, ha colocado casi $390.000 millones más de lo que vencía.
La de hoy es una más de las pruebas que enfrenta ese objetivo de financiar tanto como sea posible con deuda para evitar mayor emisión monetaria. Y aunque no sea la más dura, es parte de una seguidilla que enciende luces de alarma.
“La verdad es que el Gobierno está teniendo paradas difíciles en cada licitación con vencimientos significativos. Si bien en la última el libro de ofertas fue 50% superior al que se convalidó finalmente, lo que muestra es que el mercado puede estar dispuesto a demandar instrumentos en pesos si el Gobierno paga más tasa. Como eso no viene sucediendo, al Gobierno le está costando conseguir financiamiento neto. De hecho, en agosto terminó por debajo. Y en octubre y noviembre vencen arriba de $350.000 millones. La verdad es que serán tres meses difíciles. Hoy tiene la oportunidad de darse cierto aire para la licitación de fin de mes, pero aun así el financiamiento de la deuda en pesos empieza a mostrar sus limitaciones”, dijo Juan Ignacio Paolicchi de Empiria Consultores.
El Tesoro ofrece hoy 3 letras. Una a descuento con vencimiento el 31 de enero y otras dos ajustadas por CER, que vencen en abril y julio del año que viene, respectivamente. Son tipos de letras que, en parte por la incertidumbre pre electoral y en parte por la desaceleración de la inflación, han ido perdiendo terreno en el mercado con bajas en sus cotizaciones y aumentos en sus tasas de rendimiento en el mercado secundario (en el que se compran y venden las letras emitidas en el pasado).
Cada mal desempeño del Tesoro en sus colocaciones de deuda tiende a traducirse en mayor emisión monetaria del Banco Central. Este mes la entidad conducida por Miguel Pesce giró $140.000 millones y, en el año, $850.000 millones.
En ese sentido, según analistas, la estrategia de Guzmán es apuntar más que nada a bancos. Dado que el mercado le ofrece más fondos pero sólo a cambio de una mayor tasa, en cada licitación queda afuera buena parte de los inversores, los que ofrecen suscribir pero sólo a cambio de mejores rendimientos. Mientras tanto, Guzmán caza en el zoológico.
“Los bonos CER de más de 180 días son para bancos, es el que mejor les calza. Rendimiento positivo asegurado y les permite la regulación colocarse en ellos. Cuando sacan esas letras en pesos a corto plazo, generalmente, es que hay alguna entidad pública con títulos para refinanciar”, dijo Gabriel Caamaño de Consultora Ledesma.
“Están saliendo a buscar pesos para salir a financiar el déficit primario. El gran objetivo es colocar contra liquidez bancaria, porque los bancos terminan haciendo negocio pero están expandiendo. Es liquidez bancaria que estaba en pases o Leliq, con lo cual es también expansión monetaria”, agregó.
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