El gigante de Wall Street Morgan Stanley considera que las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) que se celebrarán este domingo 12 de septiembre tienen el potencial de generar movimientos de consideración en los precios de activos argentinos. Y que, junto con las elecciones de noviembre, también van a tener una influencia importante en las políticas económicas de los años por venir. Más allá de eso, superada las PASO, los analistas del banco de inversión sostienen que en 2022 habrá una suba del dólar, ya sea gradual o escalonada.
A través de un informe distribuido entre sus clientes a pocas horas de las PASO, el fondo de inversión recomendó apostar por bonos en dólares Ley Nueva York más que por acciones argentinas, todavía muy afectadas por el entorno macroeconómico complicado.
La hipótesis del banco de inversión es que independientemente del resultado, las condiciones macro y el nivel de apoyo que tiene el Gobierno van a hacer imposible sostener la estrategia de muddle-through -expresión en inglés que podría traducirse como “aguantar” o ir emparchando la economía para llegar, en este caso, a las elecciones- dos años más. Y que, superada la visita a las urnas, el margen para políticas heterodoxas se va a ver limitado.
Continuidad o cambio
“Las PASO primero, y luego las elecciones de medio término de noviembre, arrojarán luz sobre el nivel de apoyo popular a la actual combinación de políticas”, sostuvo el informe elaborado por el economista Fernando Sedano y el equipo de research del fondo.
“Habíamos anticipado la estrategia de muddle-through del Gobierno -evitar un reordenamiento macro antes de las elecciones- mucho antes de la mejora significativa de los precios de la soja y de las noticias sobre la asignación de los derechos especiales de giro del FMI. Estos dos factores exógenos han reforzado la justificación de la estrategia, que creemos que debería durar al menos hasta las elecciones de noviembre y probablemente incluso hasta finales de año”, sostuvo el análisis.
“Y aunque los ajustes no se han hecho (y probablemente no se harán) antes de las elecciones, la caída del 10% del PIB del año pasado y la difícil dinámica de Covid -en términos de casos, muertes por millón y progreso de la vacunación- deberían limitar el apoyo a la actual combinación de políticas”, agregó.
Más allá de que su escenario base es de un resultado entre pobre y modesto para el oficialismo, Morgan Stanley admite que la polarización puede darle un piso alto al resultado electoral del Gobierno, primero. Y segundo, si bien las encuestas parecen mostrar un electorado favorable a un cambio de políticas, no está claro qué reformas aceptaría ese mismo electorado.
En ese sentido, no creen que una eventual derrota del oficialismo desencadene políticas más heterodoxas aunque sí algunos cambios en el gabinete. Y un buen resultado, en todo caso, le daría al Gobierno más aire para encarar correcciones difíciles.
“Los resultados de las elecciones y la composición del Congreso a partir del 10 de diciembre de 2021 tendrán importantes implicaciones para las perspectivas políticas y normativas. En primer lugar, los partidos y los líderes de esos partidos que obtienen buenos resultados en las elecciones de mitad de mandato tienden a ver aumentar su poder político, y con ello las posibilidades de conseguir apoyo para sus puntos de vista en el Congreso o para la elaboración de políticas en general (si forman parte de la coalición gobernante)”, sostuvo el informe.
“No estamos de acuerdo con los que esperan que una eventual derrota de la coalición gobernante (si se produce) sea el desencadenante potencial de una profundización significativa de la combinación de políticas poco ortodoxas”
“Los que obtienen buenos resultado también podrían posicionarse como aspirantes a la presidencia de cara a las elecciones de 2023. Los que lo hagan peor en las elecciones intermedias tienden a tener dificultades en los años siguientes. En cuanto a las perspectivas políticas, creemos que las elecciones pueden no ser el factor determinante como muchos piensan. En particular, no estamos de acuerdo con los que esperan que una eventual derrota de la coalición gobernante (si se produce) sea el desencadenante potencial de una profundización significativa de la combinación de políticas poco ortodoxas. Aunque los cambios de gabinete en ese escenario son muy probables, seguimos pensando que los desequilibrios macroeconómicos harían muy difícil un giro significativo hacia políticas menos ortodoxas”, agregó.
Hasta ahora, sostienen Sedano y compañía, la política dictó las medidas económicas. Al dar vuelta a la página de las PASO, esas prioridades necesariamente se van a revertir.
Dólar
“En nuestra opinión, es improbable que la solución sea aguantar otros dos años hasta las elecciones presidenciales de 2023, ya que requiere un aumento constante de las restricciones a la importación y al capital, lo que podría ahogar la actividad y limitar el capital político. También podría limitar aún más la financiación del mercado, lo que llevaría a una monetización persistente del déficit y a presiones inflacionarias y cambiarias cada vez mayores. Por lo tanto, creemos que es probable que se firme un acuerdo de facilidades extendida del FMI a finales del primer trimestre de 2021 o a principios del segundo”, sostuvo Morgan Stanley.
Para adelante, mientras tanto, el escenario más probable entonces sería un acuerdo con el FMI que si bien no atacaría reformas estructurales -laborales, jubilatorias, por ejemplo- se debería enfocar en reducir los desequilibrios macro. Y en esa lista aparecen primero una suba del dólar oficial y un límite a la emisión monetaria del Banco Central.
Una suba del dólar oficial es vista como inevitable: “Queda por ver si esto se consigue mediante un ajuste puntual del tipo de cambio oficial (eventualmente en enero o febrero de 2022) o mediante un mayor ritmo de ajuste gradual. No se puede descartar una combinación de ambos”.
Recomendaciones de inversión
En ese sentido, la recomendación de Sedano y equipo a la hora de invertir se focaliza sobre bonos soberanos en dólares regidos por la Ley de Nueva York y no tanto en acciones de empresas argentinas.
“De todas las clases de activos, preferimos los bonos externos y los de largo plazo.”
“De todas las clases de activos, preferimos los bonos externos y los de largo plazo. Está claro que se enfrentan a los mismos vientos en contra que la renta variable, en particular los los desequilibrios macroeconómicos y la necesidad de reequilibrar los impuestos. Sin embargo (...) con un precio medio de 40, el la relación entre riesgo y recompensa sigue siendo positiva, en particular de cara a las próximas elecciones, con nuestras hipótesis de que 1) no hay espacio para que la combinación de políticas poco ortodoxas empeore y 2) se acordará un programa del FMI a principios de 2022″, analizaron.
Entre esos bonos, el Global 35 y el Global 38 son los títulos de deuda elegidos.
En cuanto a las acciones, mientras tanto, los analistas del banco de inversión creen que la continuidad de un contexto inflacionario y de restricciones a precios, entre otras regulaciones, conspira lo suficiente contra los balances de las empresas como para mantener mínima la inversión en ellas.
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