El cultivo de maní está de moda en Córdoba. Las exportaciones rondan los USD 1.000 millones, hecho que consolida un proceso de incremento en el área de siembra y también de inversión en el cultivo. El principal destino del cacahuete, como lo llaman en Europa, es Holanda, que recibe el 70% de las ventas externas de Argentina. La industria en los Países Bajos los transforma en queso y/o crema de maní para untar. Allí, desde 1783 se consume con pasión el saboreado “Pinda Kase”, a base de maní. Entre otros destinos externos se anotan China y Brasil.
Un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), plantea el acelerado proceso de crecimiento del complejo del maní, principalmente en Córdoba, desde hace varias campañas agrícolas. El estudio consigna que más allá de los masivos envíos al puerto de Rotterdam, el maní argentino tiene más de 106 destinos comerciales. Holanda es la puerta de entrada a Europa.
En el año 2018, los maníes sin ninguna transformación representaban el 60% del volumen exportado. En 2021, este viene siendo un 9% con un fuerte ascenso en su exportación para el maní sin cáscara, que hoy representa el 82% de la exportación del sector. Otro 7% es aceite de maní y otro 2% sale en concepto de harina.
¿Que 20 años no es nada?
En los últimos 20 años, el cultivo del maní creció de manera sostenida y se asentó como una economía regional importante para Córdoba y el interior del país. Su desarrollo se nota no solo en el área destinada al cultivo sino también en su rendimiento y volumen de producción, impulsados por nueva tecnología que acelera los procesos de obtención del cultivo y una infraestructura de especialización regional, señalan los expertos de la bolsa rosarina.
El cultivo del maní crece de manera sostenida y se asienta como una economía regional importante para Córdoba. Su desarrollo se nota no solo en el área sino también en su rendimiento y volumen de producción y el desarrollo de una infraestructura de especialización regional,
A comienzos de los ‘90, la producción de maní solo sumaba 334.000 toneladas, con un rinde promedio de 1.600 kilos por hectárea. Una década después, se obtenían 450 mil toneladas, con un rendimiento de 2.100 kg/ha. y en 2010 superó el millón de toneladas, alcanzando un rinde de 2.800 kilos por hectárea.
Con un crecimiento espectacular, así se llegó a la campaña 2019-2020 donde el rendimiento por hectárea fue de 3.500 kilos por hectárea, muy por encima de los 3.050 kilos que aportaba la soja en los mismos lotes. Y hasta logró competir con el maíz.
Precio internacional
Atento a los valores internacionales, el valor promedio obtenido de una hectárea de maní en el ciclo 2020/21 tocó los USD 4.518, un resultado formidable para el agricultor respecto de los USD 1.311 de la soja y los USD 1.524 para el caso del maíz en la misma región. Sin embargo, el área manicera resulta muy inferior a la superficie destinada a los granos gruesos en el mismo territorio. También los costos de producción resultan mucho “más elevados” para el caso de esta oleaginosa.
Para la campaña 2021/22 las estimaciones están en un rango de área de entre 1,2 y 1,4 millones de toneladas y la consolidación de exportaciones en torno del millón de toneladas, que permitiría romper el récord de comercio exterior.
Informes del Ministerio de Desarrollo Productivo refieren la necesidad de aumentar aún más la producción primaria para impulsar el procesamiento de maní. El mayor interés radicaría en la obtención de maní sin cáscara y aceite en bruto, para sumar mayores ingresos por vía del valor agregado. Al mismo tiempo que el desperdicio industrial del sector podría ser empleado en otras actividades, como generación de energía.
Desde la Cámara Argentina del Maní se insiste en el aprovechamiento de la situación internacional a partir de la necesidad de reducir los derechos de exportación que gravan al maní. El 90% de la exportación es maní sin cáscara o plancheado y el maní confitero, que cuentan con alícuotas del 7 y 4,5% respectivamente.
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