“Ver cómo poco a poco se iba consumiendo nuestro hogar, los recuerdos y esfuerzos se iban convirtiendo en cenizas y sólo pensar que cuando despertáramos al otro día no íbamos a estar recorriendo nuestra casa, no nos íbamos a sentar a nuestra mesa a charlar o comer y que al final del día no podríamos recostarnos en nuestras camas era de una profunda tristeza. Estábamos anonadados, en shock, algo se había paralizado en nosotros”, dijo a Infobae Matías Cordero, estudiante de arquitectura, uno de los miembros de la familia que vio como las llamas consumían su casa, objetos y recuerdos personales en octubre de 2020.
La explosión de un depósito de garrafas contiguo a la construcción de la familia Cordero y el fuego había hecho añicos la construcción y quemado ilusiones.
El presente de la familia, sin embargo, es muy distinto gracias a su empuje y la ayuda del programa de Microcréditos de la Fundación Vivienda Digna (FVD), y la labor de un arquitecto solidario que están llevando adelante la reconstrucción de la vivienda ubicada en Yatasto, entre las calles Puerto Rico y República Dominicana, en Tortuguitas, partido de Malvinas Argentinas.
Aquel siniestro quemó por completo los dormitorios. A cielo abierto quedaron cocina y estar, que fue lo último en prenderse fuego y quedó un poco menos dañada. Ninguna parte de la casa se reparó enseguida. Por motivos legales, a los Cordero les convenía dejar intacta la evidencia.
“Vivienda Digna se ocupa de asignar la plata reunida voluntariamente a la familia a través de un sistema de crédito que se devuelve en cuotas. Una vez cancelado, recibe un nuevo préstamo para terminaciones” (Vivo)
Santiago Vivo, arquitecto voluntario de FVD y padrino del proyecto, se enteró del caso y quiso ayudar a resolver el tema de la vivienda. A través de su estudio y un equipo de gente reunió dinero para comenzar la construcción. “Allí es donde se suma la gestión de FVD, que se ocupa de asignar esa plata a la familia a través de un sistema de crédito que debe ir devolviendo en cuotas. Adicionalmente y como parte del programa, una vez que la familia paga su crédito, recibe un nuevo préstamo otorgado por la fundación, para dar continuidad a las mejoras de la vivienda”, explicó a Infobae.
Cómo marcha la reconstrucción
En este momento están todas las paredes levantadas con mampostería y se está terminando la instalación de la cañería y el tanque de agua.
“En la obra trabajaron vecinos, familiares y amigos, mostrando gran solidaridad. Lo más importante es que en el momento del siniestro no hubo que lamentar víctimas, porque nadie se encontraba en el hogar. Actualmente, la familia está distribuida en casas de familiares”, comentó Vivo. Los Cordero iban comprando los materiales que podían semana a semana, principalmente ladrillo hueco, cemento e hierro de obra, para levantar las paredes.
“En breve, gracias a la campaña solidaria que realizamos en conjunto desde Alpa Pisos y Estudio JAM con la fundación, la idea es comprar todos los materiales necesarios para hacer el techo y terminar una primera etapa de la obra. Anteriormente, la familia Cordero recibió $ 210.000”, dijo a Infobae Fernando Collado, director de Microcréditos de la FVD.
Una persona apadrina a través de FVD a una familia que necesita mejorar sus condiciones habitacionales. Esa familia recibe la suma de dinero donada por su padrino y la devuelve a la fundación en cuotas mientras recibe asesoramiento social y constructivo de arquitectas y arquitectos voluntarios.
Techar la nueva casa tiene un costo mayor, pero la motivación y la continua solidaridad de vecinos y donantes permitirá cumplir con el objetivo. “oy optimista que será pronto”, dijo Collado.
Antes de fin de año
La ilusión de los Cordero es volver al hogar antes que culmine 2021. Después del esfuerzo que había costado conseguir levantar la primera vivienda, ahora el destino los condujo a redoblar fuerzas para reconstruirla. Antes del incendio tenía 3 ambientes. Con la remodelación el nuevo hogar tendrá cuatro.
Allí volverán a vivir Osvaldo Cordero (de 51 años) y su esposa, Graciela Ybañez (de 47), junto a los hijos Matías (25 años), Hernán (21) y Aldana (20). Por ahora los mayores están viviendo en casa materna por parte de padre (en el mismo terreno donde esta la casa damnificada). Aldana vive a 4 cuadras con su novio, Hernán y Matías, están en casa de una tía.
“En toda oscuridad siempre hay un rayo de luz. Cada vez se fue expandiendo más gracias al abrazo del alma de toda la gente que se solidarizó con nosotros, y mucha Fe en Dios. Eso nos dio fortalezas y entendimos que no estábamos solos. Como familia nos hicimos fuertes para afrontar la desgracia e ir hacia adelante, porque una vez que tocás fondo solo queda resurgir. Nuestra ilusión es poder brindar por nuestro nuevo hogar. Lo que más anhelamos es estar reunidos bajo el mismo techo con toda la familia nuevamente”, concluyó Matías Cordero.
SEGUIR LEYENDO: