El 31 de agosto del año pasado, el presidente Alberto Fernández y el ministro de Economía, Martín Guzmán, anunciaron la reestructuración de deuda soberana que estaba en su mayoría en manos de acreedores privados, por más de USD 100.000 millones. El canje alcanzó un nivel de adhesión de 93,5%, que se elevó al 99% del total de los bonos elegibles por la cláusulas de acción colectivas.
Pasado un año desde aquel anuncio, la debilidad macroeconómica local, el duro trance por las restricciones a la actividad que exigió el Covid-19 y el control de capitales anularon cualquier efecto virtuoso de la regularización de la deuda y con un elevado riesgo país sigue pendiente la materia de un pronto regreso al mercado con nuevas emisiones para renovar los futuros vencimientos y apuntalar el financiamiento del sector público.
Sigue pendiente la materia de un pronto regreso al mercado con nuevas emisiones para renovar los futuros vencimientos y apuntalar el financiamiento del sector público
La cotización de los bonos Globales -en dólares con ley extranjera- que salieron al mercado en septiembre del 2020 todavía está 21% por debajo de los precios del debut, mientras que el índice de riesgo país de JP Morgan -que mide la brecha de tasas entre los bonos del Tesoro de EEUU y sus pares emergentes- subió para Argentina desde los 1.101 puntos básicos del 10 de septiembre del año pasado a casi 1.500 puntos.
Por ejemplo, el principal título argentino de referencia, el Bonar 2030 en dólares con ley extranjera (GD30) es negociado a USD 39,80, con una tasa interna de retorno del 18,3% anual, esto es 17 puntos porcentuales o 1.700 puntos básicos por encima de los Treasuries, los bonos de deuda de Estados Unidos, cuyo rendimiento es de 1,3% anual para el título a diez años.
El GD30 había debutado en el mercado internacional el 10 de septiembre a USD 50,50 y una tasa de 10,7% anual, por cuanto la corrección bajista en el último año es de 21,2% en precios, con un salto en la tasa de 760 puntos básicos.
El Bonar 2030 rinde 18,3% anual en dólares, 14 veces la renta que ofrece un bono similar del Tesoro de los EEUU
Las paridades de los bonos en dólares del canje se mantienen para los Globales en niveles promedio de USD 39,20 por cada USD 100 emitido, mientras que los rendimientos promedian el 16,3% con curvas invertidas. Esto quiere decir que los títulos a menor plazo rinden más que aquellos de más duration, lo que revela una expectativa de cesación de pagos a futuro.
El analista financiero Ruben Ullúa destacó que “es razonable que el mercado de bonos no tenga la misma dinámica alcista que las acciones, porque depende más de un acuerdo con el Fondo Monetario, con organismos internacionales. Hoy por hoy, para tomar un bono argentino que no paga nada de cupón, creo que el inversor ve con más atracción una valorización más rápida en las empresas, que están muy castigadas, que en la deuda” .
“No quita que en la medida en que el volumen comience a llegar y los fondos empiecen a tomar riesgo argentino, claramente se van a ir posicionando de a poco en el mercado de bonos, entendiendo que seguramente empiecen a descontar un potencial acuerdo con el Fondo. Es un proceso, veo con buenos ojos el movimiento actual de suba del mercado argentino”, comentó Ullúa a Infobae.
Para Maximiliano Donzelli, jefe de Research de InvertirOnline, “la historia de los bonos va por otro camino por varios factores. En primer lugar, y producto del canje, los bonos quedaron con cupones extremadamente bajos por lo cual la capacidad de materializar el rendimiento actual -de entre 15% a 22% anual dependiendo la legislación y el plazo- depende principalmente de la posibilidad de cobrar el capital de los bonos. En este sentido, dado que la mayor carga de vencimientos se produce a partir del 2025 y hasta el 2035, siendo que no bajan de los USD 7.000 millones anuales, plantean un desafío en la capacidad de recuperar el capital”.
El pago de cupones extremadamente bajos fue un desincentivo a la demanda de los títulos del canje en el mercado secundario
“Por otro lado se relaciona al tamaño del volumen para que se materialice la suba de uno u otro. En el caso de renta fija, opera un volumen de más de 20 veces del operado de acciones, por lo que cualquiera apuesta a una noticia que genere un cambio de expectativas implica la necesidad de un mayor flujo en renta fija que acciones haciendo estos ultimo como instrumentos preferibles para apuestas de los inversores de corto plazo, por ejemplo, elecciones”, agregó Donzelli a Infobae.
El esfuerzo realizado por los inversores privados logró brindarle a Argentina una ventana de 3 a 4 años de liquidez, incluyendo una gran reducción en el pago de intereses. “A pesar de que el ejercicio de reestructuración era necesario, no era una condición suficiente para la sostenibilidad de la deuda. De hecho, dado lo sucedido después de este acuerdo en términos de política macroeconómica y la falta de reformas, el objetivo de sostenibilidad está lejos de cumplirse”, resaltó Portfolio Personal Inversiones.
El volumen de negocios en renta fija multiplica por 20 al de acciones: la recuperación de precios dependerá del fuerte incremento en el flujo de fondos
“La escasa confianza de que Argentina pueda juntar los recursos o volver al mercado de capitales para afrontar los pagos a partir de 2023, castiga la probabilidad del flujo de fondos más allá de esta fecha. De hecho, el mercado descuenta con una probabilidad acumulada de 72% que el país cometa otro evento de crédito en los próximos 4 años. La teoría se impuso: la reestructuración a secas no alcanza para volver sostenible la deuda”, agregó Portfolio Personal.
“Claramente, la reestructuración fue exitosa. Sin embargo, no se logró un plan económico que despejara las incertidumbres, ni se vio un rumbo claro en todo este tiempo, por lo cual, el panorama es bastante complejo”, afirmó Santiago Abdala, director de Portfolio Personal.
“Es importante entender que además estamos hablando de activos que venían operando a precios de remate, y este conjunto de noticias hace o favorece que los inversores comiencen a tomar posiciones. Otro tema a mencionar es que recientemente, se cumplió un año de la reestructuración de la deuda y hay bonos que han caído un 25% en relación al año pasado”, acotó Abdala.
Para algunos analistas, encarar después de las elecciones legislativas un acuerdo con el Fondo Monetario para extender los vencimientos de los USD 44.000 millones desembolsados por el stand by de 2018-2019 podría motivar una mejora para la valuación de los títulos públicos.
Javier Timerman, socio de AdCap y co-fundador de Banza, apuntó que “los candidatos se pelean para saber quién fue el responsable de endeudar al país, pero no discuten cómo salir del endeudamiento que tiene la Argentina. Creo que es importante esperar a las elecciones para que haya algún tipo de plan económico en el que los inversores y los argentinos confíen en que cuenta con un consenso político necesario para mantenerse en el tiempo”.
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