Metalfor es una empresa agroindustrial fabricante de maquinaria agrícola con 50 años de trayectoria. Es oriunda de la localidad cordobesa de Marcos Juárez y, de la mano del sector agropecuario, viene creciendo considerablemente en los últimos años. Comenzó como Pyme, se mantuvo en ese rango la mayor parte de su vida, y en abril de este año recibió la noticia de que perdía esa categoría y, por ende, todos los beneficios que hoy reciben las pequeñas y medianas empresas en la Argentina. Comenzaba a sufrir las consecuencias del crecimiento.
Si bien hoy la mayoría de las compañías en el país son Pyme (90%), este ejemplo -e incluso las que siguen siéndolo pero se encuentran dentro de la categoría de Mediana Tramo II, están al borde de caerse de la categoría- invita a analizar qué es lo que les pasa a las empresas cuando comienzan a incrementar su producción, tener una planta mayor de trabajadores y facturar nominalmente más que los parámetros regulados. Se acaban los créditos a tasas subsidiadas y empiezan a pagar más impuestos.
Se acaban los créditos a tasas subsidiadas y empiezan a pagar más impuestos cuando superan los umbrales regulados de facturación y nómina de personal
“En la Argentina, más del 90% de la empresas son Pyme, con lo cual es importante que tengan un impulso para potenciar la actividad económica. Sin embargo, el resto de las empresas, que invierten y generan empleo, deben tener un tratamiento acorde con los sistemas tributarios modernos que incentivan la radicación de empresas a través de impuestos razonables”, opinó el tributarista César Litvin.
Recordó además el especialista que la Argentina está en el penúltimo escalón, según un informe reciente del Banco Mundial, entre los países que más impuestos cobran a las empresas, el 106% en relación con las utilidades, cuando el promedio de los países de la OCDE es 45% y de Brasil, el 65% por ciento.
“Encontramos muchos beneficios que pueden ser utilizados exclusivamente por las micro, pequeñas y medianas empresas (Mipyme) y que los van perdiendo a medida que van creciendo. Esto implica un incremento de costos para las empresas que incrementan su facturación dentro del mundo Mipyme, pero sobre todo cuando pasan a ser empresas grandes”, coincidió el contador Sebastián Domínguez.
¿Cuáles son esos mayores costos que deben afrontar las firmas cuando pasan de chicas a medianas o, peor aún, a grandes?
Financieros:
Se trata de una de las principales desventajas de convertirse en gran empresa, ya que perder el Certificado Pyme se traduce en un fuerte incremento de tasas de interés en todos los plazos. Según repasó el CEO de Metalfor, José Luis Dessie, en el corto plazo se incrementa la tasa del 35% al 42% anual (lo que aplica también a la cesión de cheques de pago diferidos), mientras que en el largo plazo, la diferencia es aún mayor. “Las líneas de inversión productiva son al 30% (y en algunos casos con subsidios adicionales que la llevan al 22%), mientras que las tasas para empresas no pymes rondan el 50% anual”, dijo el industrial.
En cuanto al mercado de capitales, existen fondos que solamente pueden ser invertidos en instrumentos considerados Pyme, los que permite acceder a tasas más bajas y ser aplicados a proyectos productivos de corto y largo plazo. Para las grandes compañías, el financiamiento a través del mercado resulta más costoso. Instrumentos que puedan ser avalados por medio de una SGR, o la Emisión de Obligaciones Negociables Pymes Garantizadas, son exclusivamente para empresas Pyme.
Las grandes empresas tampoco acceden a los programas como PAC Empresas que implican Aportes No reembolsables.
Existen fondos que solamente pueden ser invertidos en instrumentos considerados Pyme
En el caso de las productoras de bienes de capital, el régimen del bono que les reintegra un porcentaje de la facturación de la compañía, si bien se fue modificando en los últimos años, para las Pyme la reducción del beneficio fue menor.
Impositivos:
- En el caso de las contribuciones patronales, las empresas de los sectores de comercio y servicios pierden la alícuota reducida del 18% y pasan a tributar el 20,4% bajo este concepto una vez que dejan de ser Pyme.
- En cuanto a los derechos de exportación sobre ventas al exterior de servicios, las micro y pequeñas empresas tienen una desgravación por los primeros USD 600.000 cada año. Al pasar a ser medianas empresas, pierden este beneficio. Sobre los embarques de bienes, las firmas al dejar de ser Pyme pierden la desgravación que les puede aplicar hasta USD 500.000 de valor FOB o la aplicación de un 50% de la alícuota de derechos de exportación entre USD 500.000 y USD 1.000.000 de valor FOB para determinadas posiciones arancelarias, precisó Domínguez.
Las empresas de los sectores de comercio y servicios pierden la alícuota reducida del 18% y pasan a tributar el 20,4% bajo este concepto una vez que dejan de ser Pyme
- A su vez, las micro y pequeñas empresas tienen el beneficio de ingresar el IVA en la fecha de vencimiento correspondiente al segundo mes inmediato siguiente al de su vencimiento original. A esto se le llama IVA Diferido o IVA a 90 días. Ya al pasar a ser medianas empresas, pierden este beneficio.
Domínguez también precisó que las micro, pequeñas empresas y medianas empresas Tramo I tienen el beneficio de un trámite simplificado para obtener un Certificado de Exclusión de Regímenes de Retención, Percepción y/o Pago a Cuenta del IVA. Este beneficio se pierde ya cuando pasan a ser medianas tramo II.
En cuanto al Impuesto al Cheque, las micro y pequeñas empresas pueden computar el 100% del tributo como pago a cuenta de Ganancias. Las empresas medianas tramo I de la industria manufacturera pueden computar el 60%, y las restantes, incluida las grandes, el 33 por ciento. Por otra parte, las micro y pequeñas empresas -personas jurídicas- no deben pagar la duplicación de la alícuota del impuesto al débito y crédito por los retiros en efectivo de las cuentas bancarias.
“Las Mipyme tienen más flexibilidad de la AFIP: mayor cantidad de planes de pago, más cuotas y menor tasa de financiamiento. La última moratoria les permitió obtener beneficios sin la obligación de repatriar activos financieros situados en el exterior”, recordó Domínguez.
A su vez, las micro y pequeñas empresas gozan -en principio hasta el 30 de noviembre de este año- de la suspensión de inicios de juicios de ejecuciones fiscales y traba de embargos. Y tienen hasta 45 días para cancelar las deudas y evitar intimaciones.
A su vez, las Mipyme acceden a un crédito fiscal por la capacitación a su personal de hasta el 100% del costo de la misma, lo que no ocurre en el caso de las grandes empresas.
Sobre la cuestión impositiva, el CEO de Metalfor manifestó que “prácticamente no existen diferencias entre lo establecido para Medianas Tramo II (Ultima Categoría de Pyme) y Gran Empresa y que las mayores diferencias se producen en el pasaje de Pequeña a Tramo I y a Tramo II. “Es en estas dos categorías en donde se pierde hasta un 67% en el cómputo del impuesto a los Débitos y Créditos como pago a cuenta de Ganancias”, precisó José Luis Dessie, al agregar que también hay una diferencia en cuanto a los planes de facilidades de pago de la AFIP.
“Prácticamente no existen diferencias entre lo establecido para Medianas Tramo II (última Categoría de Pyme) y Gran Empresa” (Dessie)
Las empresas micro, pequeñas y medianas tramo I pueden tener hasta 10 planes de pago activos y una tasa máxima del 3% mensual, mientras que ya al pasar a ser medianas tramo II la tasa sube al 3,3% y la cantidad de planes baja a 6, beneficio que también se mantiene para las grandes.
“A medida que una empresa va creciendo, tiene menos beneficios, y si pasa a ser grandes, peor aún. Y si bien pasar a esta categoría no es conveniente desde el punto de vista tributario, los mayores costos que insume tienen que ser compensados por el beneficio del negocio en sí. Cuando una empresa deja de ser pyme, ya tiene un volumen que no puede parar su crecimiento; se encuentra con eso que tiene que resolver. Pueden diversificar actividades en distintas empresas, que los accionistas sean personas humanas para que no formen parte de un grupo económico, pero eso es mucho más difícil de administrar”, sostuvo Sebastián Domínguez.
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