El avance de las viviendas industrializadas es producto de la pandemia, promovida por la apuesta de decenas de familias jóvenes que se mudan a barrios privados y abiertos, privilegiando la cercanía al verde y plazos breves para tener sus hogares. La construcción en seco mantiene una proyección que se consolidó en los últimos tiempos y entre los casos que llaman la atención está el de Ecosan, una empresa nacional que se inició con el alquiler de baños químicos y cuyo creador, Juan Pablo Rudoni, jamás pensó en incursionar en otros negocios.
“La demanda y las ganas de crecer nos fueron llevando hacia otros rumbos, y fuimos ordenados para desempeñarnos en cada actividad, siempre vinculadas con la construcción”, dijo a Infobae el titular de Ecosan, que en virtud de la labor en la edificación de casas industrializadas llamó la atención de uno de los magos globales de inversión, el norteamericano Warren Buffet, quien a través de MiTek, empresa propiedad de Berkshire Hathaway, la compañía de inversión de Buffet, que tiene participaciones en General Motors y Amazon, entre otros gigantes de lustre.
“La demanda y las ganas de crecer nos fueron llevando hacia otros rumbos, y fuimos ordenados para poder desempeñarnos en cada actividad, siempre vinculadas con la construcción” (Rudoni)
“Nos contactaron del estudio de Danny Forster, donde invierte uno de los grupos de Buffet. Fue hace poco e intercambiamos experiencias de la industria en nuestro país, las tendencias en tipologías de construcción en los últimos tiempos, las soluciones que brinda Ecosan y cómo se viene desarrollando este sector a nivel global. Fue un encuentro inicial, pero quedó un claro interés mutuo de trabajar juntos en caso de que se presente la oportunidad en nuestra región”, contó Rudoni a Infobae.
El posicionamiento de la edificación en seco
En los últimos dos años Ecosan tuvo una facturación cercana a los USD 50 millones. La empresa no sólo hace viviendas; en 2020, al inicio de la pandemia, por pedido del Gobierno nacional, llevó adelante la construcción en sólo dos meses de 11 hospitales que se prepararon para extender la capacidad sanitaria para enfrentar al COVID-19. También ampliaron otros establecimientos de salud con estructuras, tras utilizarse para internación o estudios, cuando el virus pase podrán emplearse para otros destinos, incluso como oficinas.
En el Hospital Garrahan, donde circulan más de 1.500 chicos por día, Ecosan amplió el Hall de 3.000 m2, para facilitar la circulación hacia las distintas áreas. “Allí se hizo la ampliación y modernización de las oficinas de atención a pacientes, orientadores médicos, central de turnos, y servicios sociales e incluyó la remodelación integral del hall de ingreso principal, áreas públicas y circulaciones”, recordó Rudoni. También se generaron nuevos espacios de uso en primer piso: oficinas, salas de reuniones y sectores de estar.
En cuanto a las viviendas modulares, en la actualidad Ecosan trabaja en la edificación de 25.000 m2 de unidades en diferentes puntos del Gran Buenos Aires y el interior de la provincia, con distintos equipos y cuadrillas de instalación. En total, incluyendo la planta donde realizan la prefabricación de piezas y estructuras de las casas, tiene más de 300 empleados.
“La construcción modular creció porque durante la pandemia hubo una necesidad enorme, sobre todo en infraestructura hospitalaria, de velocidad de ejecución en obras, que el sistema tradicional no brinda. Hay una mayor valoración de la característica técnica, que si bien difiere a la costumbre del ladrillo, brinda mejor eficiencia energética para los hogares y tiene la misma durabilidad que la construcción tradicional, con menor costo de mantenimiento”, explicó el empresario.
Todo esto era impensado hace 5 años y en Ecosan creen que el sistema edilicio se mantendrá en alza. Al respecto, recomiendan que cuando una familia se decide sobre este tipo de casas, lo primero es ver lo constructivo, para entender perfectamente de qué se trata, qué es lo que está comprando.
Ecosan hace casas llave en mano. “Entregamos todos los planos conforme a obra, con un manual de mantenimiento preventivo de toda la casa. Este manual contiene absolutamente toda la información de la casa con todas las garantías y permite que el día de mañana puedan tener una facilidad para hacer refacciones o ampliaciones, así como menores costos en mantenimiento de lo que es habitualmente con el sistema tradicional”, dijo su titular.
Las viviendas tienen las mismas terminaciones que cualquier casa que se haya realizado bajo la modalidad de construcción tradicional. Como por ejemplo con piedra, revestimiento plástico o de cemento, madera y en el interior siempre va un revestimiento de placa de yeso y panelería con pintura interior, cerámicos, entre otros.
La empresa ofrece varios tipos de vivienda, cuya estructura está conformada por columnas y vigas metálicas abulonadas y de fácil montaje. Son las que están en obras en distintas urbanizaciones, la tipo Country, parte de un valor por m2 de 600 dólares. En una propiedad de 100 m2, el costo final oscila en unos 65.000 dólares. También está la vivienda social, un 30% más barata, en la que trabajan cuadrillas de 6 personas durante entre 4 y 6 meses.
Otra opción son las construcciones evolutivas, que se edifican con un kit y de manera modular, de 44, 65 y 76 m2, bajo estándares de procesos de construcción sustentable y prestaciones de calidad y eficiencia. Estas viviendas pueden ampliarse, anexando módulos. Se puede hacer desde un monoambiente hasta una vivienda de 3 dormitorios con local comercial.
“La construcción modular es una tendencia que se vino a instalar en la región, siendo un escalón más en soluciones habitacionales. Quienes apuesten por el sistema deben tener un terreno o levantarlas sobre el espacio aéreo de una propiedad o de un edificio, siempre que se pueda”, concluye Rudoni.
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