Las reservas del Banco Central (BCRA) tuvieron esta semana su mayor salto en casi dos años, con la acreditación del equivalente a USD 4.355 millones en derechos especiales de giro (DEG) que le correspondieron a la Argentina de la emisión de USD 650.000 millones que repartió el FMI entre sus 190 países miembro como una forma de inyectar liquidez en un planeta todavía duramente golpeado por la pandemia de Covid-19 y sus consecuencias económicas.
El “maná del cielo” que recibió así el país en momentos de vacas flacas en materia de disponibilidad de divisas en las arcas del BCRA llevó a las reservas internacionales por encima de los USD 46.000 millones, pero dados los pesados vencimientos de deuda con los que hay que cumplir en los próximos meses, prácticamente cada dólar está marcado para cumplir con pagos en el corto plazo. Así lo admitió la propia vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, quien en un acto de lanzamiento de campaña admitió que el destino de esos fondos será devolver deuda al FMI.
Un análisis de la consultora Equilibra detalló la corta vida que tendrán los nuevos DEG cedidos por el FMI en las arcas del Tesoro y el BCRA si el Gobierno no acuerda un programa con el organismo internacional antes de que se concreten los próximos pagos.
Según el informe privado, en los cuatro meses que quedan del año y, también en enero, hay programados pagos al FMI suficientes como para agotar todos los USD 4.355 millones recientemente cedidos. Aún restan abonar en noviembre otros USD 390 millones en DEG al organismo. En tanto, las dos primeras amortizaciones de principal serán en septiembre y diciembre, ambas por un monto de USD 1.880 millones cada una.
“En síntesis, en lo que resta de 2021 Argentina deberá abonarle al FMI unos USD 4.160 millones en concepto de amortizaciones de principal e intereses. Esto es, el 86% de su stock de DEG actual. En este escenario, el Tesoro cerraría el año con un stock de DEG de 492 millones (poco menos US$ 700 millones”, detalló el informe de Equilibra.
“Este monto alcanzaría para pagar casi todo el vencimiento de principal de enero, que asciende a 513 millones de DEG (unos USD 730 millones), pero no quedará resto para afrontar el pago de intereses por 261 millones de DEG (USD 370 millones) agendado para febrero, ni la amortización de principal por USD 3.590 millones de marzo”, concluyó.
El cronograma de pagos es por demás ajustado. En mayo de este año la Argentina debía pagar USD 2.419 millones de un vencimiento con el Club de París. El ministro de Economía, Martín Guzmán, decidió no cumplir con la fecha de pago, usar los 60 días de período de gracia y conseguir un acuerdo con el grupo de países acreedores.
Antes de que el período de gracia llegue a su fin, el Club de París aceptó un acuerdo puente: un pago de USD 430 millones en julio de este año y otro similar el próximo. A cambio, se fijó como fecha límite el 31 de marzo de 2022 para una reestructuración permanente de la deuda con el Club de París, algo que queda condicionado a la adopción por parte de la Argentina de un programa acordado con el FMI.
Los DEG, entonces, apenas si servirán para postergar todo lo posible un acuerdo con el Fondo que ya tiene como fecha límite marzo del año que viene. Los pagos que se deban realizar en febrero y marzo del año próximo deberán recurrir a otra fuente de dólares, por ejemplo el stock de reservas netas del Banco Central.
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