Con un fuerte apoyo de los sindicatos al Gobierno y algunos reclamos de los empresarios para que el país exporte más y bajen los impuestos, se realizó un congreso de “diálogo” en el que se dejó explícitamente afuera a ciertas cámaras grandes del sector privado.
En la Casa de Gobierno, varios ministros del gabinete nacional protagonizaron un encuentro organizado por cámaras representativas de las pymes, con un fuerte tono electoral en el que predominaron las críticas a los malos resultados económicos del gobierno de Mauricio Macri, a pocos días de las elecciones primarias de septiembre.
Los participantes del “Congreso de la Producción y el Trabajo” coincidieron en destacar la necesidad de mantener el ámbito de debate entre el Estado, las empresas y los gremios, aunque llamó la atención la exclusión de la Unión Industrial Argentina (UIA) y de otras entidades empresariales.
Mientras que con la entidad que conduce Daniel Funes de Rioja hay una clara tensión, sí estuvieron algunas de buena relación con el Ejecutivo, como CGERA, Adefa, Adimra, IPA, Protejer y CAIJ, entre otras. Por el lado del agro, invitaron al presidente de la Bolsa de Cereales, José Martins, pero no a las entidades más representativas del sector, nucleadas en la Mesa de Enlace, que tiempo atrás realizó una protesta contra el Gobierno por el cierre de las exportaciones.
La apertura, demorada 45 minutos, fue del jefe de gabinete, Santiago Cafiero, quien marcó el registro del encuentro de cuatro horas: explicar que la crisis actual se debe a las malas políticas del gobierno anterior y a la pandemia.
“Las riqueza y oportunidades se tienen que distribuir para poder resolver asignaturas pendientes, como reducir la pobreza en nuestro país a partir de oportunidades y empleo, bien remunerado y en blanco”, señaló Cafiero en el Museo del Bicentenario.
“La Argentina venia de una crisis de balanza de pagos y recesión en 2018-2019 y luego se montó una crisis global por este virus que puso de rodillas al mundo”.
“Cuando llegamos este era un país en default, con una enorme deuda, con la industria y los acreedores, porque fue el país que más se desindustrializó entre 2015 y 2019 y con los trabajadores porque el salario cayó 20% y la pobreza subió 8,5%”, señaló el funcionario.
“Con ese gobierno a un grupo selecto le fue bien, bastante bien. Ahora vemos que la Argentina pudo soportar el impacto de la pandemia, pero veníamos de una crisis previa; hoy las pymes pueden pensar en proyectos de ampliación”. En este sentido, destacó que “la industria es el sector que más rápido se puso de pie, y superó lo que es el 2020”.
“La primera recuperación es la de la pandemia y la segunda es recuperarnos del 2018-2019, que fueron muy malos para Argentina: para lograr la doble recuperación, estamos transitando un camino de recuperación económica, salvo por algunas actividades que todavía están rezagadas”. En particular, indicó que “ya se recuperó el 94% del empleo que destruyó la pandemia”.
“Si acompañamos el crecimiento de este año para que sea sostenido y redistribuido vamos a recuperar un modelo de desarrollo con justicia social”.
Luego, el asesor presidencial Gustavo Beliz, titular del Consejo Económico y Social, destacó que no se puede ver “al mundo del trabajo como hace 50 años”, aunque citó una frase de Eva Perón para guiar el “modelo de desarrollo” y de diálogo entre “cuatro partes”, ya que fue el único del encuentro que hizo referencia a los movimientos sociales.
“No es el momento de diálogo de mesas de café; no podemos conformarnos con dialogar con los que están en la mesa sin atender a los que están afuera”, sostuvo.
Luego, el gremialista Antonio Caló de la UOM subió la apuesta al apuntar directo contra el ex presidente: “Que no nos engañen, como Macri que dijo que el único problema que teníamos era el impuesto a las ganancias; no hay que seguir el canto de sirenas de los medios de comunicación”. Su par Ricardo Pignanelli de Smata disparó en el mismo sentido, al aclarar que “apoyamos al gobierno porque es peronista” y Julio Speroni del gremio Naval dino que “hay sectores interesados que, por las armas o en democracia hicieron el peor de los desastres de la historia argentina”.
Más moderado, el titular de la UOCRA, Gerardo Martínez, se focalizó en la necesidad de acoplar el cambio tecnológico global con la realidad del mercado laboral local. “No le tenemos miedo a la innovación, pero reclamamos un proceso de transición, con reglas de juego claras. No vemos destrucción de empleo por el avance de la robótica y el cambio tecnológico aumenta la productividad”, afirmó el gremialista, cuya actividad tiene un modelo de contratación diferente a otros.
No vemos destrucción de empleo por el avance de la robótica y el cambio tecnológico aumenta la productividad”, afirmó el gremialista, cuya actividad tiene un modelo de contratación diferente a otros (Gerardo Mártínez, de la Uocra)
En tanto, Marcelo Fernández de CGERA destacó las medidas de desarrollo del país desde el cambio de gobierno, a tono con los otros dirigentes empresariales que formaron parte de los paneles con los ministros Claudio Moroni, Martín Guzmán y Matías Kulfas, respectivamente.
Por su parte, la vicejefe de gabinete, Cecilia Todesca, afirmó que “solo con política industrial podremos resolver los problemas de la restricción externa y el mercado laboral dual que tenemos”.
“Necesitamos de los sindicatos, que son la garantía para que las discusiones en torno de la calidad y la productividad se hagan para que los trabajadores queden adentro”, expresó.
Luego, en referencia a una de las frases más cuestionadas del gobierno anterior, indicó: “No va a llover la inversión, que se asienta sobre una economía pujante”.
Luego de los elogios del resto de los empresarios, la voz levemente disonante fue del presidente de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, José Martins, quien, si bien destacó las medidas adoptadas para disminuir el impacto de la pandemia, afirmó que el sector privado necesita reglas de juego claras, lo cual en el caso de la agroindustria significa “no cortar las exportaciones, sin desatender al mercado doméstico”.
Además, el dirigente de la bolsa afirmó que el sector, que aporta el 67% de las exportaciones y el 22% del trabajo registrado del país, necesita una “baja de impuestos”, para seguir promoviendo mayor empleo e ingreso de divisas al país, clave para sostener el gasto público y la estabilidad cambiaria.
“Este año cayó la exportación, pero subieron los precios y esto permitió una contribución récord: de cada 10 dólares que entraron a la economía, 8 son del sector que permitió mejorar la economía y sostener el empleo”, indicó.
“Tenemos una excelente oportunidad: el mundo demanda alimentos y servicios: podemos y debemos ser capaces de abastecer esta demanda sin descuidar el mercado doméstico. Podemos con ciertos estímulos de llegar a 200 millones toneladas de granos, versus 118 actuales”.
“La agroindustria necesita el compromiso del gobierno para mantener reglas de juego claras. Cuesta horrores lograr un cliente y ,mantenerlo es más difícil. Además de una macroeconomía estable”.
“Hay que ser capaces en no restringir los productos de exportación; hay que preservar el mercado doméstico, pero con medidas que preserven la mesa de los argentinos y a la vez el flujo de divisas tan importante”.
Hay que ser capaces en no restringir los productos de exportación; hay que preservar el mercado doméstico, pero con medidas que preserven la mesa de los argentinos y a la vez el flujo de divisas tan importante (José Martins, Bolsa de Cereales)
“También hay que reducir la carga tributaria: sin nuevos tributos por lo pronto, sobre todo por las economías regionales”. Además, reclamó “mejorar la infraestructura vial, terrestre y de salud, para que la agroindustria derrame en el interior”. Y concluyó con una frase poco aplaudida en el auditorio: “Hay que evitar los extremos ideológicos”.
Disparos a Cambiemos
En tanto, Guzmán reiteró algunos de los conceptos que utilizó en el Council y sus críticas al endeudamiento del gobierno de Cambiemos, frente a la polémica acerca de qué gobierno endeudó más y peor al país. Pero, antes que nada, tuvo un gesto con la funcionaria que algunos señalan como su eventual sucesora, Cecilia Todesca: “Pido un aplauso para Cecilia; le haces muy bien a la Argentina”. Además, anticipó que la inflación de agosto será menos que el 3% de julio.
“La economía crecerá 8% como resultado de políticas públicas en un contexto de doble crisis: la que empezó en abril de 2018 y la pandemia”.
“Hay una fuerza política que busca deslindar responsabilidades del problema de deuda que hipotecó el futuro, pero los números son claros”.
El ministro enumeró las mejoras en la actividad económica, la inversión, el empleo y el descenso continuo de la inflación en términos mensuales, ya que hasta ahora la tasa interanual viene en alza y acumuló un 52% en el último año.
Tanto Guzmán como Kulfas destacaron la importancia de la presencia del presidente de la Bolsa de Cereales. “La agroindustria y el campo tienen un valor fundamental para nuestro gobierno y buscamos trabajar bajo principios económicos sanos”, señaló el ministro de Economía. En tanto, Moroni dijo que el país “debería hacer lo que hacen todos: un proyecto de desarrollo, no podemos cambiar de rumbo cada cuatro años”.
Además, Moroni reconoció que “tenemos una larga deserción del colegio secundario, mayor al 30%, que se va a acentuar después de la pandemia, y hay que enfrentarlo para bajar el desempleo”, mientras el presidente de Toyota y de Adefa, Daniel Herrero, asentía en silencio.
A su vez, Kulfas destacó la capacidad de adaptación de la industria, que “atravesó siete crisis en cuatro décadas” y enfatizó que es “falsa” la dicotomía entre la actividad fabril y el campo, que cada vez están más entrelazadas.
Al final, pese a que varios de los asistentes esperaban un mensaje del presidente Alberto Fernández -y así figuraba en la agenda- el encuentro cerró con la palabra del ministro de Desarrollo Productivo y un clima de cordialidad, tanto por los que fueron por los que no fueron invitados.
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