El Gobierno se distancia más de la UIA y la excluye de una reunión de empresarios con el gabinete

La primera plana del gabinete participará el jueves de un congreso sectorial en el que no habrá presencia de la Unión Industrial. Cómo fueron los cruces, encuentros y reproches con la nueva conducción de la entidad

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La relación entre la nueva
La relación entre la nueva conducción de la UIA y el Gobierno comenzó con tensiones

Este jueves el Gobierno celebrará una reunión con directivos industriales de distintos sectores a la que le dará un perfil alto con la presencia de algunos de los ministros más importantes del gabinete e incluso una invitación al presidente Alberto Fernández, pero que contará con una ausencia de primera línea: la Unión Industrial Argentina.

La relación con la principal central fabril del país quedó dañada tras el recambio de autoridades que tuvo lugar en junio y, más allá de contactos formales y protocolares que se sostienen incluso hasta hace algunos días, entre los despachos oficiales permanece cierta desconfianza hacia la nueva conducción de la UIA que encabeza el titular de la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (Copal) Daniel Funes de Rioja, a la que atribuyen intenciones más políticas que sectoriales, según la lectura que eligió hacer una fuente oficial consultada por Infobae.

El encuentro industrial de este jueves es organizado por la Confederación General Empresaria (Cgera), una cámara pyme con buena relación con el Poder Ejecutivo y por la Confederación de Sindicatos Industriales de la República Argentina. Además, participará la Confederación General Económica (CGE) y la Fundación Internacional para el Desarrollo Local (Findel). Banco Nación, BICE, Garantizar y Fogaba.

La relación con la principal central fabril del país quedó dañada tras el recambio de autoridades que tuvo lugar en junio y, más allá de contactos formales y protocolares que se sostienen incluso hasta hace algunos días

El escenario lo pondrá el propio Gobierno, con lo que buscará darle una relevancia particular al evento fabril, ya que el encuentro tendrá lugar en el Museo del Bicentenario. Entre las filas oficiales está confirmada la presencia de los ministros de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas; de Trabajo, Claudio Moroni; de Economía, Martín Guzmán, y la vicejefa de Gabinete, Cecilia Todesca.

Y entre los ejecutivos presentes estarán representantes de las principales cámaras empresarias industriales, como la Asociación de Fábricas de Automotores (Adefa), la Asociación de Industriales Metalúrgicos (Adimra) y las nucleadas en el Consejo Agroindustrial.

El Gobierno busca privilegiar la
El Gobierno busca privilegiar la discusión con las cámaras sectoriales y deja en un segundo plano a la UIA. REUTERS/Agustin Marcarian

Por otra parte, entre los oradores se encuentran la senadora nacional Anabel Fernández Sagasti, cercana a Cristina Kirchner, el titular de Toyota, Daniel Herrero; el presidente de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires y vocero del Consejo Agroindustrial Argentino (CAA), José Martins; el titular de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), Antonio Caló; el secretario General de Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor (Smata), Ricardo Pignanelli; el secretario General de la Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina (Uocra), Gerardo Martínez; y el presidente de Cgera, Marcelo Fernández.

En la lista no figura invitado ningún miembro de la Unión Industrial. La intención del Gobierno es dar con estos sectores y con esos ejecutivos la discusión sobre cuestiones de política fabril y dejar para ese debate en un segundo plano a la central empresaria, y que la relación con el Poder Ejecutivo en todo caso sea más política como mantiene con la Asociación Empresaria Argentina (AEA), por caso.

El congreso industrial del jueves fue promocionado incluso por el propio Kulfas: “Queremos empezar a salir de la pandemia, de los temas de reactivación a corto plazo y empezar a clarificar la Argentina de toda la década. Qué queremos para cada sector, para el sector automotriz, que queremos para la industria textil e indumentaria, que esperamos para la economía del conocimiento”, opinó.

La intención del Gobierno es dar con las cámaras sectoriales y con esos ejecutivos la discusión sobre cuestiones de política fabril y dejar para ese debate en un segundo plano a la UIA

Cerca del ministro de Desarrollo Productivo ejemplifican que algunos de los acuerdos sectoriales fabriles de los últimos meses tuvieron más que ver con una aproximación cámara por cámara que con la intermediación de la UIA. “El Congreso incluye más de 20 mesas previas de trabajo en donde el Estado Nacional, las cámaras empresarias y los trabajadores discutieron sobre las problemáticas estructurales para seguir impulsando la recuperación económica con una visión de largo plazo”, mencionaron.

“Uno de los ejemplos es la automotriz, que trabajó durante los últimos meses la baja a las exportaciones incrementales y el proyecto de ley de promoción de inversiones, que fue consensuado con las cámaras y los trabajadores. Entre otros sectores, se puede nombrarse el de la metalmecánica (con participación de Adimra y UOM), naval, textil, indumentaria, calzado, marroquinería, construcción, industrias de la salud”, completaron.

Más allá del cambio de cariz que pueda tener según lo que persigue el Poder Ejecutivo, la relación con la Unión Industrial no está rota. Este viernes, sin ir más lejos, Kulfas y Moroni mantuvieron una reunión con Funes de Rioja, el secretario, Miguel Ángel Rodríguez; el vicepresidente Regional, Guillermo Moretti; y el director ejecutivo, Diego Coatz.

“Hubo un cambio, las primeras semanas fueron de tensión, ha habido de parte de ellos una idea de recapacitar. En la reunión de ayer volvimos a tener una agenda más constructiva, no tanto la chicana, la crítica como veníamos viendo sino la construcción de ideas, propuestas y de poner en marcha muchas políticas y premonitorear otras nuevas, que están funcionando bien, esto lo dicen los propios industriales”, mencionó Kulfas horas después.

El Gobierno cederá el Museo
El Gobierno cederá el Museo del Bicentenario para un congreso industrial este jueves. EFE/ Enrique García/Archivo

Funes de Rioja, por su parte, adoptó un perfil más bajo desde que asumió al frente de la central fabril. Hace dos semanas anunció que la conducción de la UIA apoyaría a las empresas que, desde ahora, quieran exigir presencialidad a los empleados que elijan no ser vacunados contra el Covid, con la posibilidad incluso de dejar de cobrar su salario ante lo que el titular de Copal llamó un cese de dispensa.

“El análisis era que la dispensa que le dio la norma de no trabajar, no estoy hablando de quienes hacen teletrabajo en sus casas, sino de los que directamente no trabajaban, esa dispensa de seguir recibiendo salarios o asignaciones no remunerativas podía suspenderse por la sencilla razón de que no hay contraprestación. Pero ese no es el objetivo de la medida, el objetivo es hacer que se vacunen”, dijo Funes de Rioja.

Funes de Rioja afirmó que los trabajadores que no quieran vacunarse no deberían seguir cobrando su sueldo, lo que generó una nueva fuente de tensión con el Poder Ejecutivo

Esa iniciativa de la UIA, que de todas formas no es mandatoria para las empresas del sector sino más bien una sugerencia y una interpretación legal, abrió otro frente de tensión con la Casa Rosada. Poco después de sus declaraciones salió a cruzarlo el jefe de gabinete Santiago Cafiero. “No debería existir ninguna política sanitaria dictada desde las empresas. No corresponde, vamos a continuar con la vacunación de modo optativo. Hay una gran aceptación por parte de la población, por lo tanto, no puede haber una política de sanción, vinculada a eso, si la vacuna es optativa”, cuestionó.

Por otra parte, Funes de Rioja fue uno de los representantes empresarios más críticos con las medidas de prohibición de los despidos y suspensiones, y de la doble indemnización, medidas que fueron bautizadas por el ejecutivo como “triple cepo” laboral, y que el Gobierno analizará extender durante 2022 de acuerdo a la situación sanitaria que deje la pandemia.

Además, suele ser crítico de la implementación de programas sociales que puedan frenar la inserción laboral formal. “Nos encontramos en las fábricas con gente que quiere trabajar, pero en negro, no formal, para no perder el subsidio. El problema es ‘me cuelgo del subsidio y no busco la oportunidad de empleo en el mundo formal´”, dijo hace algunos meses.

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