Déficit fiscal: las retenciones y el impuesto a la riqueza le permitirán al Gobierno cumplir la meta del Presupuesto

En los primeros siete meses del año tuvo un 0,7% de déficit primario tras el ajuste en jubilaciones y salarios. La obra pública tuvo 55% más de fondos que el año pasado

Martín Guzmán podrá sobrecumplir la meta de reducción de déficit de este año

El margen de maniobra que le dio al Gobierno el aumento del precio de la soja y el ingreso mayor por retenciones y el cobro del impuesto a las grandes fortunas en lo que va del año le permitirá al Poder Ejecutivo terminar el año con un déficit menor al previsto, en lo que sería, a diferencia de la inflación, una meta que podría sobrecumplir en relación con lo que se había propuesto en el Presupuesto.

La Secretaría de Hacienda dio a conocer los números del resultado fiscal de los primeros siete meses del año, que arrojaron como conclusión que el desequilibrio de las cuentas públicas hasta julio fue menor a la que había tenido lugar en 2020, que incluyó una aceleración particular del gasto por las medidas de emergencia que tomó el Gobierno ante la crisis sanitaria.

De acuerdo a estimaciones privadas, en el acumulado de lo que va de 2021 el déficit primario ronda el 0,7% del Producto Bruto, lo que implicaría una mejora considerable en relación con 2020, cuando ya orillaba el 4%, y en línea con 2018, aunque lejos del leve superávit primario que mostraban las cuentas públicas en 2019.

El ajuste de los primeros meses del año le permitirá al Poder Ejecutivo terminar el año con un déficit menor al previsto, en lo que sería, a diferencia de la inflación, una meta que podría sobrecumplir en relación con lo que se había propuesto en el Presupuesto

La mejora en el déficit primario de los primeros meses del año estuvo explicada en recaudaciones mayores a lo esperado como los derechos de exportaciones por la suba del precio internacional de las materias primas y el aporte extraordinario para las grandes fortunas. En ese sentido, la recaudación creció entre enero y julio un 72,2 por ciento, mientras que el impuesto a la riqueza recolectó unos $190.000 millones.

El impacto positivo de esos dos factores no es menor. Según una estimación de la consultora LCG, el déficit primario treparía a niveles cercanos a $495.000 millones, lo que equivaldría a un 1,2% del PBI, en ese caso, el déficit primario hasta julio sería entonces más cercano a lo que registraron otros años como 2015, 2016 y 2017.

Por el contrario, hubo un ahorro relevante en algunas partidas de gasto. Una de ellas, y la más grande en términos presupuestarios es el de las prestaciones sociales, que cayó en términos reales -es decir, descontando el efecto de la inflación- de 17 por ciento, calculó LCG. Y específicamente en jubilaciones los fondos tuvieron una poda de 8%, lo que se puede atribuir al cambio de fórmula previsional que puso en marcha el Gobierno desde principios de este año. También hubo una caída real del presupuesto ejecutado para salarios públicos, que fue de 4 por ciento.

En los primeros siete meses del año el Gobierno ajustó gastos en jubilaciones y salarios y aceleró la obra pública. EFE/Juan Ignacio Roncoroni/Archivo

La contracara a esa tendencia fueron los fondos para obra pública. Según estimó el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), “considerando los datos como porcentaje del PIB, el acumulado entre enero y julio de 2021 suma el equivalente a 0,8% del PIB, muy por encima de los años previos, y acercándose al total anual de obra pública erogado en todo el año pasado (que probablemente se alcance con el dato de agosto)”, mencionó en un informe.

En los primeros siete meses del año, según Iaraf, los gastos de capital acumulan un equivalente a $329.000 millones, de los cuales tres cuartos son inversión real directa y el resto transferencias a provincias. “Estas cifras correspondientes a 2021 se ubican un 55% por encima de lo observado en igual lapso de 2020, mientras que sus principales componentes, la IRD y Transferencias a provincias crecieron en un 34% y 163%, respectivamente”, apuntó el centro de estudios.

La mejora en el déficit primario de los primeros meses del año estuvo explicada en recaudaciones mayores a lo esperado como los derechos de exportaciones por la suba del precio internacional de las materias primas y el aporte extraordinario para las grandes fortunas

“La comparación contra 2019 muestra que el gasto de capital acumulado en 2021 resulta superior al de aquél año en un 9%. La Inversión Directa es un 2,5% superior a la de 2019 y las Transferencias a provincias son un 31% real más altas que hace 2 años”, concluyó.

Hacia los últimos meses del año, por definición, el gasto público tiende a acelerar, pero eso no pondrá presión a la meta presupuestaria de rojo primario, según lo estiman algunos informes privados. “El resultado primario de 2021 se posicionaría en 3,6% del PBI, unos 0,6 puntos por debajo del déficit expresado en el Presupuesto 2021 (4,2%), pero 3,2 puntos porcentuales superior al observado en 2019 (sin pandemia)”, explicó Ieral, de la Fundación Mediterránea.

“Entre julio y diciembre de 2021, el Sector Público Nacional podría exhibir un déficit de 2,7% del PBI, contra 3,2% y 0,6% en igual período de 2020 y 2019, respectivamente. Así, en el segundo semestre de 2021 se estaría volviendo al déficit promedio observado en 2016 y 2017, antes de la crisis y recesión iniciada en 2018″, apuntaron.

El Banco Central deberá cubrir la mayor parte del déficit fiscal

En ese sentido, LCG coincidió en que “ya sin el grueso de los ingresos derivados del Aporte Solidario y con una aceleración del gasto de cara a las elecciones, la posición fiscal sufrirá un marcado deterioro en los próximos meses”. “Habiendo pisado la caja en la primera mitad del año y con los recursos del Aporte Solidario, la primera mitad del año mostró números mejores que los esperados, lo que le permite al Gobierno ser ‘generoso’ en términos de gasto en los próximos meses y a la vez dar una señal de compromiso fiscal al mercado de cara a las negociaciones que deberá entablar con el FMI”, mencionó la consultora.

Seguimos proyectando un déficit primario por debajo del 4% del PBI en 2021. No obstante, el principal desafío se traslada a 2022, cuando la ausencia de los ingresos extraordinarios por el aporte solidario, los DEGs aportados por el FMI, y la mejora de los precios internacionales exijan un recorte más acentuado del gasto para lograr una gradual convergencia fiscal”, explicó.

Las consultoras estiman que el 2021 terminará con un déficit primario menor al 4% del PBI, mientras en el Presupuesto 2021 el Gobierno estimaba un 4,5% aproximado como meta

El otro elemento implicado en la discusión sobre el déficit es cómo cubrirlo. Hasta esta parte del año, el Gobierno se movió levemente de su estimación presupuestaria en que preveía que el 60% de ese rojo fiscal estuviera financiado a través del Banco Central y un 40% con licitaciones de bonos del Tesoro. Actualmente esas proporciones son de 64% y 36%, según estimaron recientemente desde la Secretaría de Finanzas. De acuerdo a un cálculo de Equilibra, esos porcentajes podrían mantenerse en ese nivel hasta diciembre.

“En lo que resta del año, y para financiar el déficit primario de 3 puntos del PBI que estimamos para el segundo semestre, prevemos asistencia del BCRA por $720.000 millones, y financiamiento desde el mercado de deuda local por unos $320.000 millones. De esta manera, en todo el año la emisión del Central para financiar al fisco ascendería a $1,2 billones y el mercado local aportaría $710.800 millones. Es decir que el 37% del nuevo financiamiento en 2021 vendría desde el mercado de deuda y el 63% del BCRA”, proyectaron.

Las licitaciones de deuda en pesos que realiza habitualmente el Ministerio de Economía, en ese sentido, deberán continuar con un ratio de roll over (cobertura de vencimientos) superior al 100%, estimó LCG. “Dado que el Gobierno ya consumió buena parte del margen de asistencia del BCRA (solo cuenta con $ 800 MM en lo que queda del año en concepto de Adelantos Transitorios y transferencias de cuasifiscal), será necesario cubrir la brecha con financiamiento neto. Para esto deberá rollear $1,1 de cada $1 de vencimiento de capital e intereses”, concluyó la consultora.

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