En mayo pasado, al momento de anunciar el cierre de las exportaciones de carne por un mes y luego al implementar un sistema de cuotificación de las ventas al exterior hasta el próximo 31 de agosto, el Gobierno justificó las medidas afirmando que las mismas tenían como objetivo hacer bajar el precio al consumidor. Los productores, a su vez, señalaron que el problema de los precios internos no estaba vinculado a la exportación sino al bajo poder adquisitivo de la población, la alta carga tributaria y, en particular, la inflación general.
Un informe privado reflejó que el principal problema que enfrenta el consumidor para acceder a la carne vacuna no es el precio de venta de la misma sino el menor poder adquisitivo de los salarios. Según el relevamiento realizado por el Mercado Ganadero S. A., un emprendimiento conjunto de la Bolsa de Comercio de Rosario y diferentes consignatarios de hacienda, en base a datos del INDEC, sostiene que el precio de la hacienda solamente creció un 9% en el primer semestre del presente año, mientras que el precio de la carne aumentó un 34% semestral y los salarios, aun con una menor brecha, solo subieron un 23%.
En medio de las restricciones dispuestas por el gobierno a las exportaciones de carne, la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (Ciccra) señaló que el precio de la carne al consumidor aumentó un 6% en mayo y un 7% en junio, y que pese a la baja del precio de la hacienda en el Mercado de Liniers, el precio bajó tan solamente un 1% el mes pasado.
“El precio de la carne tiende a copiar la evolución del precio de la hacienda, siempre que el salario permita acompañar la suba. Por el contrario, cada vez que el salario se retrasa contra inflación y el consumidor pierde poder de compra, el precio de la carne no logra convalidar las subas registradas en el valor de la materia prima”, señalaron los especialistas. Y agregaron que esto se observó muy claramente en dos momentos clave: el primero a partir de agosto de 2019, tras un salto devaluatorio de más de 30% que rápidamente se trasladó a inflación y erosionando fuertemente los salarios. El segundo, fue a partir del segundo semestre del año pasado, cuando comienza a sentirse de manera más directa la caída de la actividad, producto de la administración de la pandemia, y con ello la pérdida en nivel de ingresos.
El informe precisó que en el segundo semestre del año pasado, el precio de la hacienda subió un 79%, el de la carne un 34% y los salarios un 16%. “Es decir, perdió el consumidor y perdió también el eslabón comercial, al no poder trasladar plenamente el aumento de la materia prima al producto final. En el caso del primero -el consumidor- compensó parcialmente está perdida restringiendo el consumo, al pasar de 54 a 51kg per cápita, según datos oficiales. En tanto que, el eslabón comercial sufrió un doble efecto, por erosión de márgenes y por menor volumen de ventas”, señalaron desde el Mercado Ganadero.
Por otro lado, sostiene que “el objetivo del gobierno es mantener los precios contenidos hasta las elecciones para lo cual, la idea general es no innovar respecto a las medidas adoptadas con la exportación. Si bien el objetivo del gobierno parece estar consiguiéndose, tras una relativa estabilización de los precios de la carne tanto en julio como en lo que va de agosto, la causa no responde a una mayor oferta de carne sino a la debilidad del propio consumidor”.
Menos exportaciones
En julio pasado, según el informe mensual del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), las exportaciones de carne vacuna cayeron en volumen un 33,4% y alcanzaron las 36.113 toneladas res con hueso. Además, el ingreso de divisas cayó un 15,2% y se ubicaron en 195 millones de dólares.
Por otro lado, entre enero y julio del presente año la Argentina comercializó al mundo 334.341 toneladas res con hueso, un 1,7% de aumento al realizar la comparación interanual y con ingresos por 1.454 millones de dólares, los cuales registraron una baja del 4% interanual.
Una vez más, China resultó ser el principal destino para la carne vacuna argentina durante los primeros siete meses del año, con aproximadamente 256 mil toneladas. Le siguieron Chile con 18,7 mil toneladas, Israel con 17,1 mil toneladas y Alemania con 11,5 mil toneladas. Con respecto del valor de las divisas ingresadas desde esos mercados, el principal y más fuerte fue el país asiático que representó un 62% del valor total exportado de carne vacuna enfriada, congelada y procesada en el periodo. En ese sentido lo hizo Israel con el 8%, Chile 7,6% y Alemania un 7,5%.
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