El Gobierno recibirá esta semana USD 4.355 millones que enviará el Fondo Monetario Internacional como parte del paquete de ayuda contra el Covid que definió el organismo a principios de mes y que implica un desembolso de USD 650.000 millones a todos sus países miembro. Las divisas pasarán a formar parte de las reservas del Banco Central y, luego de un debate hacia dentro del Frente de Todos, ya tienen destino predeterminado: pagarle la propia deuda al FMI.
Las arcas internacionales del BCRA se fortalecerán desde mañana con USD 4.355 millones que el FMI enviará en formato de Derechos Especiales de Giro (DEG). El directorio del Fondo Monetario propuso como medida para atenuar el impacto de la pandemia una ampliación de capital y que ese dinero sea destinado a sus países miembros en proporción a sus cuotas, en formato de DEG.
En un tuit emitido esta tarde a través de la cuenta del FMI en la red Twitter, la directora del organismo, Kristalina Georgieva, dijo que los países “deben usar los nuevos recursos responsable y sabiamente”. Se trata, señaló la funcionaria internacional, de “un recurso precioso que debe usarse para el máximo beneficio del país y de su pueblo”, cuestión por cierto debatible y que generó tironeos y presiones internas en la coalición de Gobierno acerca de cuál es el mejor uso de esos fondos.
En total se emitirán USD 650.000 millones, y a la Argentina le tocarán USD 4.355 millones, equivalente a la cuota del 0,67% que el país tiene en el organismo. Aunque el FMI hizo esta misma operación en 2009, cuando también giró DEG a sus países miembros en medio de la crisis de Lehman Brothers, se trata del paquete de asistencia a sus países socios más grande de la historia de la institución.
Las arcas internacionales del BCRA se fortalecerán desde mañana con USD 4.355 millones que el FMI enviará en formato de Derechos Especiales de Giro (DEG)
Del monto total, unos USD 275.000 millones (lo que implica alrededor de 193.000 millones de DEG) de la nueva asignación se destinarán a países de mercados emergentes y en desarrollo, incluidos países de bajos ingresos, precisó el FMI. Los DEG se pueden considerar activos de reserva internacional pero no son una moneda. Su cotización se determina sobre la base del dólar estadounidense, el euro, el renminbi chino, el yen y la libra esterlina.
“La asignación de DEG beneficiará a todos los países miembros, abordará la necesidad de reservas a escala mundial y a largo plazo, generará confianza y promoverá la resiliencia y estabilidad de la economía mundial. En particular, ayudará a los países miembros más vulnerables que están luchando contra los estragos de la crisis provocada por la Covid-19″, dijo el organismo en un comunicado el día que dio su aprobación final a esta emisión de liquidez internacional.
El reparto de DEG por parte del FMI fue una discusión sostenida durante algunos meses por los países del G7. Para la Argentina y para otros países, el debate sobre el destino de estos USD 650.000 millones sigue abierto. El ministro de Economía Martín Guzmán solicitó en distintos foros internacionales que parte de lo que recibirán como ayuda los países más desarrollados pueda ser redestinado a economías con mayores problemas, una propuesta que el Fondo Monetario admitió, aunque aún no está determinado de qué manera se concretará.
“Seguiremos trabajando activamente con los países a fin de identificar opciones viables que permitan canalizar voluntariamente DEG de los países miembros más ricos a los más pobres y vulnerables, para apoyar su recuperación de la pandemia y para que logren un crecimiento resiliente y sostenible”, dijo al respecto Kristalina Georgieva.
El monto general a repartir, unos USD 275.000 millones (lo que implica alrededor de 193.000 millones de DEG) de la nueva asignación se destinará a países de mercados emergentes y en desarrollo, incluidos países de bajo ingreso, aseguró el FMI
Para establecer ese mecanismo, el organismo cuenta con un par de opciones sobre la mesa. En primer lugar, y que podría incluir a la Argentina, sería un Fondo Fiduciario para la Resiliencia y la Sostenibilidad “para facilitar un crecimiento más resiliente y sostenible a mediano plazo”. Según explican desde el Gobierno, se trataría de una “tercera vía” a los programas estándar del FMI como el Stand-by y el de Facilidades Extendidas, como el que actualmente negocia el Poder Ejecutivo.
Ese Fondo de Resiliencia serviría, en palabras de Georgieva, para ofrecer “tasas más bajas y vencimientos más largos para crear espacio fiscal para mitigación, adaptación, transición, especialmente para países de ingresos bajos o medianos altamente vulnerables”. La propuesta de establecer un sistema que vaya en ese sentido fue una de las que menciona habitualmente el ministro de Economía Martín Guzmán en distintos foros internacionales.
Todavía no está determinada la definición de país “vulnerable” que podría ser contemplado para este Fondo de Resiliencia. La semana pasada la economista jefa del FMI Gita Gopinath había asegurado que “el impacto (positivo de la distribución de DEGs) puede magnificarse aún más si las naciones ricas canalizan voluntariamente sus DEGs a las economías de mercados emergentes y en desarrollo”.
Gran parte del monto que recibirá esta semana el Gobierno desde el FMI será destinado a afrontar dos vencimientos con el propio organismo multilateral por una suma cercana a USD 3.600 millones en lo que resta del año. Los pagos con el Fondo está previstos el 22 de septiembre y 22 de diciembre próximo, por unos USD 1.800 millones en cada caso.
Esa determinación llegó luego de un debate público entre miembros del Frente de Todos sobre qué destino darle a esos fondos. Esa disputa interna tuvo, incluso, un debate en el Congreso. El sector más cercano a la vicepresidenta Cristina Kirchner aprobó en el Senado un proyecto de declaración para que esos USD 4.355 millones no sean utilizados para pagar deuda sino para políticas contra la pandemia.
Gran parte del monto que recibirá esta semana el Gobierno desde el FMI será destinado a afrontar dos vencimientos con el propio organismo multilateral por una suma cercana a USD 3.600 millones en lo que resta del año
Incluso una semana después la secretaria del Tesoro de EEUU, Janet Yellen, afirmó públicamente, en un encuentro en el Vaticano organizado por el Papa Francisco y al que también asistió Guzmán, que “los países pueden usar su asignación para fortalecer las reservas internacionales, comprar vacunas o financiar otros gastos críticos para limitar el daño del virus sobre la vidas y sobre las condiciones de vida”.
De todas formas, al comenzar la campaña Cristina Kirchner cerró la discusión. “El FMI decidió entregarle dólares a los países por los estragos de la pandemia. Nosotros no vamos a poder porque en el 2018, después de que en el 2015 tuviéramos un país sin deuda, ahora debemos 45 mil millones de dólares al FMI, además de los USD 70.000 millones que se reestructuró la deuda el año pasado”, dijo la ex mandataria, lo que dio por terminado el debate hacia dentro del Frente de Todos.
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