Matías Kulfas recibe a Infobae el viernes en el límite entre la tarde y la noche, cuando el movimiento en el edificio del Ministerio de Desarrollo Productivo comienza a amainar y terminan las últimas reuniones de agenda en el segundo piso, donde tienen lugar el despacho del jefe de la cartera productiva y las oficinas de otros funcionarios de primera línea.
El ministro adoptó un perfil alto de presencia en la discusión pública durante estas semanas de campaña para defender la gestión de Gobierno y la marcha de la actividad económica, con presencia en los medios de comunicación casi diaria, combinado con giras por el interior del país y el Conurbano bonaerense a pocas semanas de las elecciones de medio término.
Durante la entrevista, el jefe de la cartera de producción hablará sobre cómo seguirá el proceso de recuperación de la economía tras el golpe histórico de la pandemia en 2020, qué pasará el año próximo, responde si la presión tributaria es un freno a la inversión en la Argentina y si es viable una baja de la inflación con tarifas congeladas y controles de precios. En su despacho, una guitarra descansa sobre un sillón negro del otro lado de su escritorio.
- Usted suele decir que la economía funciona “a dos velocidades” entre los sectores que se recuperan rápido y los que no. ¿Cuándo van a converger esas dos velocidades?
- Entendemos que pronto. Es un proceso de cambio importante que tiene que ver con la clara reversión de la segunda ola, los indicadores sanitarios son concluyentes en que ya pasó el peor momento. tuvimos un momento muy duro en mayo por contagios y por impacto económico. Ya junio y julio se vieron claras mejoras y en agosto estamos viendo que las actividades más golpeadas se están recuperando, se empieza a mostrar una recuperación muy clara. El turismo interno se empieza a movilizar, la actividad cultura va volviendo. El impacto en el comercio de proximidad va a ir generando una recuperación mucho más integral.
Kulfas adoptó un perfil alto durante estas semanas de campaña para defender la gestión de Gobierno y la marcha de la actividad económica, con presencia casi diaria en los medios de comunicación y giras por el interior del país y el Conurbano bonaerense
- ¿Por qué el empleo se está recuperando más lento que la economía en sí?
- En general las salidas de crisis generan mucho empleo informal en las actividades formalizadas como industria, por ahí en otras más pequeñas se recupera un empleo más informal y en la medida que se sostiene se van formalizando. Hay muchos sectores que ya recuperaron los empleos perdidos en pandemia y que están mejor, caso industria, construcción y sectores como servicios de informática, de economía del conocimiento donde se ve una expansión muy grande. Estuve con la gente de Mercado Libre y tuvieron un crecimiento impresionante con 2.500 empleados nuevos en doce meses. No es la única. Creemos que es un escenario de recuperación clara del empleo que se va a consolidar justamente en esos sectores golpeados que son intensivos como turismo, gastronomía, demandan mucho empleo.
- Despejando la bruma de la recuperación post pandemia, ¿por qué deberíamos creer que la economía va a volver a crecer en 2022?
- Es preliminar pero podemos decir que vemos una continuidad entre el crecimiento de la industria y la construcción. Hay un cambio importante en materia industrial. Hemos implementado una nueva política industrial y la recuperamos con nuevas herramientas de financiamiento, políticas sectoriales como el caso automotriz. Son ejemplos de política que implican expansión de producción y empleo muy superior al que vimos en el gobierno anterior en que se perdieron 180.000 puestos de trabajo industriales. Eso explica por qué a pesar de la pandemia ha podido recuperarse y produce con niveles de empleo superiores a 2019 y 2018. Ese tipo de sectores van a seguir creciendo, la economía del conocimiento también. Hoy lo que te limita el crecimiento es la capacidad de encontrar fuerza laboral capacitada, por eso el Argentina Programa apunta a generar más personas que puedan trabajar en ese sector. Esos sectores van a seguir traccionando, la construcción también. Tenemos todavía un gran incertidumbre por la pandemia, está claro que no está resuelta. Vemos un escenario mejor de convivencia con la pandemia. en la medida que el turismo se recupere completamente hay una fuente adicional, estamos muy competitivos para el turismo internacional. Esos sectores ponen un piso interesante para el 2022.
- ¿Qué características debería tener el acuerdo con el Fondo Monetario para que no frene el crecimiento?
-Me parece que en el programa con el Fondo, una buena reestructuración va a disipar un factor de incertidumbre en la macroeconomía. Es ese el principal elemento. Nuevamente, no creo que el acuerdo con el Fondo resuelva todos los problemas de la Argentina pero mejora la posición macroeconómica, disipa temores que hoy existen para poder plantear un mejor escenario para adelante.
“Tenemos todavía un gran incertidumbre por la pandemia, está claro que no está resuelta aunque vemos un escenario mejor de convivencia con ella”
- Una recuperación económica implica demandar más dólares para insumos y otros gastos, ¿la economía está actualmente en condiciones de afrontar esa demanda?
- Está en condiciones porque hemos puesto en marcha buena parte de muchas políticas que apuntan a atacar ese problema desde la economía real. Un ejemplo concreto: el sector automotriz es un sector que en 2017 tenía un déficit de 8.100 millones de dólares, porque al no tener una política específica para el sector teníamos un alto contenido de importaciones. De cada 100 autos patentados en Argentina 73 eran importados, se estaba perdiendo contenido nacional en los autos. Eran más importaciones de vehículos terminados y piezas y partes importadas. Esto lo revertimos completamente con una política acordada con la cadena, con autopartistas y sindicatos. Hoy tenemos, de cada 100 autos que se fabrican en Argentina, casi 50 son de fabricación nacional, es decir, revertimos ese proceso. Entonces tenemos más autos fabricados en Argentina y con más contenido nacional. Este es un sector que de generar 8.000 millones de dólares de déficit de divisas, hoy está por debajo de los 2.000 millones y apuntamos a déficit cero de divisas en 2023. Otro de los factores que en algún momento nos desequilibró en el sector externo que era la falta de oferta de gas que es un insumo clave para Argentina. Esto lo hemos modificado de cuajo con el Plan Gas.
- Usted mencionó que en los próximos meses la inflación debería ir hacia el 2% mensual, ¿es viable ese objetivo teniendo tarifas congeladas y controles de precios vigentes?
- Nosotros tenemos un problema importante con la inflación que no es nuevo, no empezó ahora. De hecho empezamos el gobierno a fines de 2019 con inflación de 55% que fue la más alta desde 1991 es decir, realmente es un problema. Cuando empezó Mauricio Macri su gobierno dijo creo que era muy fácil de resolver, el más fácil de todos, creo que fruto de esa banalidad y de verlo de esa manera entregó el Gobierno con el doble de inflación de la que había recibido. Estamos convencidos de que es un problema complejo resolver por la inercia que tiene este proceso inflacionario, por los problemas macro que tenemos con lo cual, la fortaleza macro que se necesita para afrontar diferentes shocks no está presente. Nos tocó absorber un shock internacional de materias primas. Obviamente muchos dicen pero el shock impactó en todos lo países y no tienen la inflación de la Argentina. Pero otros países no tienen los desequilibrios que tiene Argentina en materia sector externo, endeudamiento , problemas fiscales. Estamos trabajando en construir un contexto macroeconómico que permita afrontar de otra manera esos esos shocks. Por eso insistimos en que el camino es este, equilibrar una macroeconomía que es el trabajo que está haciendo Martín Guzmán, tener un mejor escenario fiscal, monetario y de endeudamiento y luego están las políticas de coordinación. Está claro que en materia salarial los sindicatos actuaron con muchísima responsabilidad y estamos trabajando para que el salario le gane a la inflación este año y que empiece a recuperar el terreno perdido y luego están los programas de apoyo en materia de consumo protegido como puede ser Precios Cuidados o Súper Cerca, que son políticas de apoyo no son las políticas que controlan la inflación, son para generar esquemas de referencia.
- ¿Qué pesó más con el aumento de los precios internacionales, el efecto negativo por la inflación o el positivo por el ingreso de divisas?
- Pesaron los dos, han sido muy importantes. Uno en términos negativos, porque la verdad que aspirábamos este año a continuar un sendero de descenso de la inflación, pasamos de 53% a 36% en 2020, la idea este año era seguir bajando, lamentablemente este shock impidió esa continuidad en la reducción de la inflación. Pero también es cierto que generó un efecto muy positivo en materia de ingreso divisas al Banco Central que nos permite afrontar un escenario un poquito mejor en materia de desequilibrio en el mercado de cambios.
- ¿Cuánto pesó el aumento de la emisión monetaria desde el año pasado en la aceleración inflacionaria?
- Creemos que influye, pero no es el único motivo. Nosotros no somos dogmáticos, ni pensamos que cualquier incremento de la emisión monetaria genera inflación y tampoco pensamos que la inflación se desentiende por completo de la emisora monetaria. Está claro que cierto niveles de emisión generan presiones en el mercado de cambio, o en el caso de la brecha puede tener algún tipo de incidencia; pero, nuevamente, la emisión monetaria fue el resultado del tremendo desequilibrio fiscal con el que arrancamos el Gobierno y la necesidad de afrontar la situación muy complicada por la pandemia, donde había que generar una respuesta desde el punto de vista fiscal al impacto tremendamente negativo que generó la pandemia aquí y en todo el mundo. Otros países por ahí tenían otra fortaleza en materia fiscal que Argentina claramente no tenía. Esa emisión se va compensando también con un incremento de la actividad económica, donde había gastos que se financiaban con emisión aparece un aumento en la recaudación que compensa, este es el camino, ir generando los senderos para ir equilibrando las cuentas públicas de manera sostenible con crecimiento no con las medidas de austeridad que han demostrado su fracaso en la historia nuestro país y de muchos países del mundo.
“La inflación es un problema complejo resolver por la inercia que tiene este proceso inflacionario, por los problemas macroeconómicos que tenemos”
- Hay un listado de empresas internacionales que decidieron dejar el país, ¿hay un éxodo de compañías?
- No, la idea de éxodo de empresas la consideramos como absolutamente falsa. Ha habido algunos movimientos que son normales en economías de todo el mundo. Walmart tomó la decisión estratégica de irse de Inglaterra, de Brasil y de Argentina y se concentra en el mercado norteamericano, la empresa sigue funcionando pero cambia de dueño y la compra otro empresario con mucha experiencia. Es algo normal y habitual en el mundo que haya cambios de manos. Sí hubo salidas de muchas aerolíneas, que tiene que ver con la pandemia que redujo el movimiento de personas a nivel internacional. Obviamente esperamos que una vez que esto se supere muchas de ellas vuelvan a operar en Argentina, con lo cual también es un movimiento que nos parece lógico de acuerdo a esa situación. A veces me parece que se busca construir una noticia que no es la correcta. Desde que empezó este gobierno hubo 900 anuncios de inversión, la mayoría ya concretados otros en procesos de realización por cerca de 34.000 millones de dólares, lejos de haber un éxodo hay proceso de inversiones en un contexto muy complicado. La semana que viene está abriendo en Argentina este la cadena norteamericana Sbarro de pizzerías. El primer trimestre del año la inversión creció 14% respecto a 2019 es decir que lejos de haber un éxodo creo que hay un aumento de la inversión aún con todas las complicaciones.
- ¿Los empresarios les plantean la presión tributaria como una preocupación a la hora de invertir?
- Sí, se plantea. Es un tema que se discute como un montón de cosas. Es un gobierno de puertas abiertas donde hay un montón de mesas sectoriales, hay diálogos bilaterales con empresarios puntuales de todo tipo pequeños, medianos, grandes, nacionales y extranjeros y se discute todo. Lo que planteamos es un equilibrio. En el caso del sector automotriz planteaban que para aumentar exportaciones veían algún impedimento en los derechos de exportación. Les explicamos que podemos este disponer recursos fiscales si hay algún aumento de actividad que lo compense porque tenemos una situación fiscal complicada desde el inicio una gestión. Entonces ¿qué solución encontramos? Un esquema donde todas las exportaciones incrementales por encima de 2020 pagan derechos de exportación cero y les pareció bien. Es una muestra de que podemos después de meses de discusión, encontrar equilibrios. La Argentina no está en condiciones hoy de reducir de manera sistemática impuestos porque necesita encontrar un escenario hacia el equilibrio fiscal, pero sí podemos hacer estos acuerdos específicos. Allí donde encontramos oportunidades de invertir conjuntamente el Estado reduciendo ingresos y el sector privado aumentando inversiones que aumenten la actividad, ahí es donde encontramos un buen punto de encuentro y de equilibrio.
-¿El nivel de presión tributaria de la Argentina es compatible con la inversión?
- Yo creo que sí, de hecho está ocurriendo. Estamos teniendo un flujo de inversiones importante. Argentina hoy los problemas que tiene son macroeconómicos, la construcción de previsibilidad, algo que todo el sector privado lo piden y todos deseamos lo mismo. Nosotros estamos dispuestos a discutir un montón de cosas en material sectorial e impositiva. Las mesas sectoriales discuten convenios laborales que en muchos casos han quedado antiguos y los sindicatos están dispuestos también a actualizarlos. Tenemos que salir de estas ideas de soluciones mágicas, de que Argentina se levanta con una mega reforma tributaria que baje los impuestos o una mega reforma laboral que elimine derechos laborales. Este tipo de de enfoque ya han mostrado sus limitaciones y su fracaso. Tenemos que trabajar en mejorar todo lo que se pueda la situación de las empresas y de los trabajadores para favorecer inversiones para hacerlo con mucha responsabilidad. Porque si el resultado de esto es desfinanciar al Estado y agravar el panorama fiscal, eso nos construye previsibilidad, sino todo lo contrario.
“Tenemos que salir de estas ideas de soluciones mágicas, de que Argentina se levanta con una mega reforma tributaria que baje los impuestos o una mega reforma laboral que elimine derechos laborales”
- ¿Qué tan relevante es para este Gobierno el equilibrio fiscal?
- Es importante sin duda, para cualquier país es relevante trabajar un escenario fiscal que dé previsibilidad, el tema es cómo se logra. Argentina ha tenido dos experiencias de tratar de forzar un equilibrio fiscal mediante medidas de austeridad, el déficit cero del 2001 de De la Rúa y Cavallo y la política de los últimos dos años de Mauricio Macri. Las dos fracasaron y terminaron muy mal. El camino es crear las condiciones para que aumente la producción, la inversión y con una buena política fiscal lograr que los ingresos fiscales aumenten por encima de los gastos y eso permita ir equilibrando. Estamos en ese camino, no sin dificultades por la pandemia.
- Las condiciones financieras en el mundo deberían favorecer u obstaculizar a la Argentina?
- Argentina tiene un escenario internacional con un montón de oportunidades. Yo soy muy optimista para Argentina en esta década porque creo que el mundo está avanzando en una dirección donde va a demandar mucho de lo que Argentina tiene para ofrecer. ¿Qué demanda al mundo? Va a demandar alimentos, energías nuevas, transformación de la economía verde, conocimiento y nuevas manufacturas en un mundo que está cambiando aceleradamente en materia de industrialización. Argentina tiene todo eso. Yo soy profundamente optimista para Argentina en esta década, pero tenemos que salir de esta situación crítica agravada por el coronavirus y generar la previsibilidad macro que necesitamos para este escenario de inversiones.
- ¿Por qué opina que la reducción de la jornada laboral que plantean dos proyectos de ley del oficialismo no es viable en la Argentina?
- Lo que dije tiene que ver con este momento histórico. En el mundo hay un debate y es un buen debate. En la medida que avanza la robotización y nuevas tecnologías es importante que podamos en algún un sentido apropiamos todos de los frutos de ese progreso técnico, que vivamos mejor, que trabajemos menos horas. En muchos países del mundo esto se discute trabajar un poco menos pero también eso implica en muchos casos reducir proporcionalmente los salarios, pero son países donde los salarios son altos, donde es posible redistribuir horas de trabajo en la sociedad sin que eso implique reducir el nivel de vida. Argentina está en un proceso de recuperación del empleo con salarios que hoy están en niveles bajos. Entonces la primera necesidad es aumentar los salarios y aumentar el nivel de empleo. Yo creo que es inviable que Argentina reduzca la jornada laboral reduciendo los salarios. Una reducción de jornada laboral de 8 horas a 6 horas implica un aumento del salario horario del 33 por ciento. ¿Pueden las empresas hoy este asumir ese aumento del costo salarial? Tal vez algunas sí pero muchas no. Estoy seguro que un montón de pymes que si les decís que tienen que aumentar el costo laboral un 33%, no creo que puedan subirlo de golpe. Quizás de acá a cinco años es posible de asumir ese costo y a lo mejor cuando logremos bajar el desempleo por ejemplo al 6%, ese es un buen momento para debatirlo.
“La Argentina no está en condiciones hoy de reducir de manera sistemática impuestos porque necesita encontrar un escenario hacia el equilibrio fiscal, pero sí podemos hacer estos acuerdos específicos”
- A tres meses del cierre de las exportaciones de carne, ¿por qué no llegaron a un acuerdo definitivo con la cadena del sector?
- Es una cadena compleja, que tiene muchos segmentos de informalidad en la fase productiva, comercial, con métodos de comercialización arcaicos, yo preguntaría en qué ciudad del mundo se ve que entre un trabajador con una media res más de 100 kilos a una carnicería en términos de higiene, salubridad pública. Argentina tiene una oportunidad probablemente histórica que hace mucho que no se veía, que es una gran demanda internacional de carne bovina y eso es una oportunidad histórica para salir del estancamiento. Argentina está produciendo entre dos millones y medio y tres millones de toneladas de carne desde hace 40 años. ¿Cómo no va a caer el consumo interno de carne se hace 40 años éramos 25 millones de argentinos y ahora somos 45 millones y producimos la misma cantidad de carne? La única solución real este problema es aumentar la producción, pero primero hay que ordenar la cancha, con precios de referencia para evitar distorsiones con precios subfacturados y operaciones truchas o ilegales, y planteando un Plan Ganadero. Era necesario frenar esta alza desmedida en el precio y tanto en julio como en agosto, vemos una clara baja del precio de la carne. Tenemos un diálogo a veces con tensión, pero coincidimos en los objetivos de mediano y largo plazo.
Fotos: Gustavo Gavotti
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