“La acumulación de restricciones que se van introduciendo en el mercado de cambios refleja la preocupación oficial ante las dificultades de la economía para generar flujos netos positivos de divisas, pero su aplicación dificulta el crecimiento sostenido de la economía y al mismo tiempo reducir la inflación. Estos son algunos de los costos de un mercado con múltiples tipos de cambio”, dice un análisis de la consultora Quantum, fundada por el exsecretario de Finanzas, Daniel Marx, sobre las crecientes dificultades que tiene el BCRA para mantener bajo control la divisa sin perder reservas ni generar presiones recesivas sobre la economía.
El análisis se pronuncia claramente en favor de un mercado cambiario único que –dice- permitiría “terminar con arbitrajes, realinear incentivos y normalizar flujos, en particular en un contexto de alta liquidez global como el actual y donde las posibilidades de conectividad y de negocios superan las fronteras entre países”. Un consejo claramente en las antípodas de la actual conducción económica.
De un semestre a otro
Tras un primer semestre favorable, una segunda mitad con menos ingreso de divisas y elecciones a la vista acentúan la incertidumbre en un contexto “de fuerte expansión del gasto público financiado monetariamente y apreciación real del peso en el mercado oficial” que según el paper “desincentiva la oferta de dólares (en el mercado oficial) y estimula la demanda en los alternativos”.
El Central persigue dos objetivos en tensión; defender las reservas y evitar que el precio de los dólares alternativas aumenten más rápido que el oficial, ensanchando la brecha
El Central persigue dos objetivos en tensión; defender las reservas y evitar que el precio de los dólares alternativas aumenten más rápido que el oficial, ensanchando la brecha. En volumen, el mercado oficial es el más grande; ya que en los otros el BCRA interviene solo marginal y circunstancialmente comprando y vendiendo bonos, lo que afecta sus reservas. De ahí las nuevas normas del BCRA y la CNV para restringir aún más la demanda de dólares, especialmente en los “libres”.
Pero en su objetivo de controlar precios y cantidades el Central no puede evitar perder reservas. “A mayor o menor ritmo, pero pérdida al fin”, dice el análisis, que también destaca las conductas especulativas que genera y que las propias restricciones van aumentando, mediante la creación de cada vez más “variedades” de dólar (por caso, ahora el “Senebi”, todo lo cual exacerba la demanda de la divisa norteamericana al cambio más barato posible.
Poder de fuego
A corto plazo, el BCRA tiene poder de fuego, gracias a los dólares que acumuló en el primer semestre, a que no tiene exposición en el mercado de futuros y que el tipo de cambio no está tan apreciado como en escenarios de tensión anteriores, como 2015.
La cuestión es que eso llevó a que el BCRA debiera intervenir con USD 500 millones en julio y USD 189 millones en las primeras dos semanas de agosto, lo que le significó pasar de un promedio de ventas diarias de USD 8 millones en el trimestre abril-mayo-junio a USD 21/22 millones en julio agosto. “De continuar este último ritmo hasta principios de noviembre, el impacto sobre las reservas acumulado desde julio sería de USD 1.950 millones, o dos tercio de la acumulación de reservas del primer semestre (USD 3.050 millones), precisa el trabajo.
A eso deben agregarse los pagos netos al exterior. Actualmente las reservas brutas se ubican en USD 41.973 millones y las netas liquidas en USD 2.425 millones (surgen de restar a las brutas el valor del canje con China, la liquidez de depósitos en dólares “encajados” en el Central y deudas con el Banco de Basilea, la posición de DEGs en el FMI y las tenencias de oro). Por eso el BCRA y el CVN restringieron nuevamente el acceso del sector privado acceda al dólar oficial y las operaciones en los mercados “libres”, vedando el giro de dólares a cuentas “de inversión” y prohibiendo incluso el neteo de operaciones.
Causas y efectos
Las sucesivas trabas hicieron caer los flujos transados y desacoplaron los tipos de cambio en las operaciones con títulos públicos, generando un desacople adicional en los tipos de cambio implícitos en las operaciones con títulos y nuevas “brechas”, primero entre el dólar CCL en sus variedades PPT o SENEBI, y luego haciendo casi desaparecer la primera cotización.
Por ahora, estas maniobras no tuvieron mayores consecuencias, pero el sesgo –dice el análisis- es a un a una mayor depreciación del peso pues las medidas “incrementan la percepción de escasez de divisas”. Es cierto que, con tantas restricciones, la brecha “bajó marginalmente, pero se mantiene en niveles superiores al 80 por ciento”.
Otra señal de que, más allá de éxitos transitorios, el fárrago regulatorio pueda imponerse a un mundo en el que –como observa Quantum- “las posibilidades de conectividad y de negocios superan las fronteras entre países”.
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