Hoy volvió a caer el precio internacional de la soja en el Mercado de Chicago. Los contratos con vencimiento en septiembre próximo registraron una baja de USD 10,75 y cotizaron a USD 475,37 la tonelada. En una semana la oleaginosa perdió USD 29,13, o casi un 6 por ciento. También hubo pérdidas en los valores del maíz y el trigo.
Las bajas en la soja fueron como consecuencia de las lluvias registradas en algunas regiones del medio-oeste de Estados Unidos, que beneficiaron al desarrollo del cultivo. Por otro lado, hubo un impacto de la caída del precio del aceite de soja, en medio de los rumores de que la Agencia de Protección Ambiental recomendaría una reducción en la tasa de corte de los biocombustibles, lo cual derivaría en una menor demanda de aceite.
“A partir de mediados de agosto la liquidación de soja empieza a ser mucho menor, porque, en general, los productores ya no necesitan tanto dinero hasta la cosecha fina” (Spotorno)
Un actual contexto de precios internacionales a la baja y su impacto en el mercado local, en pleno momento de toma de decisiones de los productores para la próxima campaña de granos gruesos, es también algo que se sigue de cerca puertas hacia adentro en el Gobierno, teniendo en cuenta la importancia que ha tenido el campo y la agroindustria en los últimos meses en lo relacionado al ingreso de dólares por las exportaciones.
Al respecto, el economista Fausto Spotorno señaló que “una baja del precio de la soja no es una buena noticia”. Sin embargo aclaró: “Ya sabemos que a partir de mediados de agosto la liquidación de soja empieza a ser mucho menor, porque, en general, los productores ya no necesitan tanto dinero hasta la cosecha fina. A partir del 15 de agosto no es tan necesaria la liquidación, por lo tanto el impacto va a ser menor. En el primer semestre los productores entendieron que los precios eran excelentes y lograron una liquidación récord”.
En ese sentido también opinó Agustín Tejeda Rodríguez, economista jefe de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, quien reconoció que los precios se mantienen en niveles históricamente altos, que generan una contribución de dólares récord del sector en lo que va del año a la economía y gran parte de la cosecha 2020/2021 ya se encuentra comercializada con precios capturados por los productores. Y agregó: “El mayor impacto puede estar en la nueva cosecha 2021/22 y la decisión del productor, pero por el momento estos precios siguen dando incentivos para aumentar el área sembrada. El límite lo pondrá el clima, en donde comienza a crecer la preocupación de año La Niña”.
La posibilidad de que la falta de precipitaciones se profundice en los próximos meses es algo que empieza a preocupar a los productores. Hay que recordar que los expertos de la Oficina Nacional de Administración Atmosférica advirtieron que por segundo año consecutivo se prevé el acercamiento del fenómeno de La Niña. La probabilidad para el próximo verano subió de un 67 a un 70 por ciento.
“El mayor impacto puede estar en la nueva cosecha 2021/22 y la decisión del productor, pero por el momento estos precios siguen dando incentivos para aumentar el área sembrada” (Tejera Rodríguez)
De acuerdo con un informe emitido por la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), los malos antecedentes del fenómeno traen aparejados consecuencias catastróficas para la campaña gruesa. “Lo que resta ahora es responder cuál será la intensidad del evento. En los años Niña las regiones agrícolas de Argentina reciben entre un 20% a un 30% menos de lluvias que las normales dependiendo de la intensidad del evento”, señalaron los especialistas de la entidad.
Impacto
Mientras los pronósticos climáticos para el mediano y largo plazo no son alentadores de cara a la próxima campaña de soja y maíz, en el mercado de granos sostienen que los productores están temerosos de vender por la alta probabilidad del desarrollo de La Niña por segundo año consecutivo. Así lo señaló el analista Enrique Sarthes en declaraciones a este medio: “Tal vez los productores frenen la venta hasta que no sientan que tienen humedad como para tener algo adecuado. Además del impacto del tipo de cambio y la inflación al momento de decidir si se vende o no”.
Sarthes sostuvo que “la soja que quede sin vender es soja que está en manos fuertes, y esos productores van a defender el precio y pueden esperar. Ahí va a jugar la necesidad que tengan las fábricas para originar mercadería si esperan o se acomodan a lo que quiere el mercado”.
Por último, las proyecciones sobre ingreso de dólares se mantienen sin modificaciones a pesar de la caída del precio internacional de la soja de los últimos días. Esta semana, un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario reflejó que este año las exportaciones de los principales granos y sus derivados podrían ascender a los USD 35.111 millones, de los cuales el compelo sojero aportaría USD 22.294 millones. Todo un récord.
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