La vertiginosa adopción de aplicaciones móviles para invertir en la Bolsa permitió que conductas muy lejanas a una sesuda estrategia de inversión tengan lugar a la hora de operar en el mercado de valores. Seguro, las decisiones impulsivas o poco informadas no son algo nuevo, pero con el acceso masivo a herramientas de trading estas apuestas toman una relevancia mucho mayor.
Así lo concluye un relevamiento de MagnifyMoney, un sitio especializado en finanzas, que encuestó a 1.116 usuarios de RobingHood y Charles Schwab, dos de las más grandes apps para inversores retail que son furor en los Estados Unidos.
El estudio encontró que una mayoría de los inversores minoristas admite haber realizado compras impulsivas de las que se arrepienten. Y no sólo impulsivas, también simplemente alocadas: más de 3 de cada 10 admitió haber invertido bajo la influencia del alcohol, entre ellos, casi 6 de cada 10 de los jóvenes nacidos después de 1995 (la “generación Z”).
El 66% de los inversores ha tomado una decisión de inversión impulsiva o con carga emocional de la que luego se ha arrepentido
Como resultado de todas estas decisiones afiebradas, además, casi el 40% admite haber perdido el sueño por malas decisiones de inversión y el 30% admite haber llorado por los resultados obtenidos.
Las conductas de los inversores más minoristas que operan a través de las nuevas aplicaciones móviles se han vuelto de enorme relevancia para el mercado por los enormes volúmenes que se pueden operar sumando a los millones de nuevos inversores. Más temprano en el año, un grupo de minoristas organizados puso al mercado en jaque en una pulseada alrededor de Gamestop y nació el concepto de “acciones meme”, que se relacionan con tendencias en redes sociales.
Los principales hallazgos del estudio son los siguientes:
- El 66% de los inversores ha tomado una decisión de inversión impulsiva o con carga emocional de la que luego se ha arrepentido. Esto es más común para los Gen Zers (85%) y los millennials (73%) que para los Gen Xers (60%) y los baby boomers (54%).
- El 32% de los inversores ha operado en estado de embriaguez. Esto incluye el 59% de los inversores de la Generación Z que han comprado o vendido una inversión mientras estaban ebrios, más que cualquier otro grupo de edad.
- Los consumidores que gestionan sus carteras generalmente tienen más dificultades para mantener las emociones fuera de la inversión que los que confían en un asesor financiero. Los que autogestionan sus inversiones declaran un mayor índice de pérdida de sueño y de decisiones lamentables que los que recurren a un asesor.
- La mayoría de los inversores (58%) están de acuerdo en que su cartera rinde más cuando las emociones quedan fuera de la ecuación, pero es más fácil decirlo que hacerlo. Casi la mitad (47%) afirma tener dificultades para mantener las emociones al margen de las decisiones de inversión.
El 32% de los inversores ha operado en estado de embriaguez. Esto incluye el 59% de los inversores de la Generación Z
- El 37% de los inversores ha perdido el sueño preocupándose por la bolsa, y el 30% ha llorado por invertir. Los principales motivos de las lágrimas son la pérdida de dinero en la bolsa (43%), la sensación de agobio (36%) y la venta demasiado temprana (34%).
“Especialmente en el mundo actual, un solo titular sobre el mercado de valores puede poner en vilo a inversores y consumidores. Además, la explosión de las aplicaciones de inversión minorista ha facilitado más que nunca que los operadores cotidianos realicen movimientos en el mercado con rapidez”, analizó un reporte referido a la encuesta publicado en el portal financiero.
“Esta tormenta perfecta ha ayudado probablemente al 66% de los inversores que dicen haber tomado una decisión de inversión impulsiva o con carga emocional de la que luego se han arrepentido”, agregó.
La introducción de órdenes de compraventa en celulares facilitó la negociación de acciones mientras se realizan otras tareas, incluida una salida de cpas, pero, ¿por qué parece afectar más a los inversores jóvenes?
Según el Centro de Adicciones de los EEUU, una organización orientada para personas que luchan contra los trastornos por consumo de sustancias, la interfaz de gamificación -es decir, el entorno similar a un videojuego- de las aplicaciones de negociación como Robinhood podría ser un factor.
“La explosión de las aplicaciones de inversión minorista ha facilitado más que nunca que los operadores cotidianos realicen movimientos en el mercado con rapidez”
“La simplicidad y el diseño gráfico de la aplicación hacen que las operaciones se sientan como un juego. La plataforma ha atraído a los jóvenes inversores presentando instrumentos financieros complejos como un juego divertido”, escribió la organización en un post citado por MarketWatch.
“Desgraciadamente, los expertos financieros creen que, en lugar de ayudar a los usuarios, la aplicación está minimizando a propósito los riesgos de las operaciones. Sospechan que es un método para enganchar a los usuarios a su plataforma”, agregó.
El Centro de Adicciones compara el uso de algunas cuentas de corretaje con los problemas del juego.
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