Un informe del Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (Ieral), de la Fundación Mediterránea, encargado por la Asociación de Bancos de la Argentina (ABA) y la Asociación de Bancos Argentinos (Adeba), dio cuenta del impacto de los impuestos sobre el costo del financiamiento en el país y destacó que en los últimos años, uno de los factores que incide sobre el encarecimiento del crédito es la suba en la presión tributaria, que resultó más notable en el caso de las entidades financieras, especialmente en lo que respecta a tributos provinciales y municipales, cuyas alícuotas se incrementaron desde 2009.
El estudio indicó que el costo del financiamiento es uno de los determinantes de la inversión, y ésta uno de los factores principales que influyen sobre el crecimiento económico. En ese sentido, se afirmó que “cualquier factor exógeno u originado en la política económica que conduzca a un aumento en el costo del crédito, afectará negativamente las posibilidades de crecimiento”.
Según Adeba y ABA, Argentina tiene el menor grado de bancarización de la región medido como porcentaje de los préstamos bancarios sobre el PBI
Asimismo, el paper destacó que en el caso de los créditos personales e hipotecarios (cuando no se trata de vivienda única), y suponiendo una tasa de interés anual sin impuestos del 40%, al incorporar los tributos que aumentan directamente el costo financiero total (CFT) –tales como IVA, impuesto a los débitos y créditos bancarios (IDCB), impuesto provincial de sellos (IS), impuesto provincial sobre los ingresos brutos (IIBB) y tasa municipal por inspección de seguridad e higiene (TISH)–, éste sube hasta un 57 por ciento. Es decir, los impuestos generan una suba de 17 puntos porcentuales, o su incremento en un 42,5 por ciento.
En tanto, remarcó que en el caso de los créditos que toman empresas (responsables inscriptos), se encuentran beneficiados con una alícuota menor en el IVA sobre los intereses (10,5%), de modo que al considerar impuestos el CFT pasaría del 40% al 52,2% (+12,2 puntos porcentuales) o al 47,3% (+7,3 pp), en este último caso cuando se supone que el IVA es utilizado como crédito fiscal por el prestatario.
“Si además de los impuestos que afectan directamente el CFT se consideran también otros tributos (especialmente nacionales) que gravan la actividad bancaria, tales como los aportes y contribuciones a la seguridad social, el impuesto a las ganancias y otros impuestos, la carga tributaria explicaría alrededor del 44% del CFT del préstamo”, amplió Ieral.
El estudio indicó que de esta manera, si una persona paga una cuota mensual de un préstamo personal que incluye $1.000 de intereses, “en realidad estará pagando $440 de impuestos y $560 de tasa de interés pura (neta de todo impuesto que grava la transacción financiera y a las entidades financieras)”.
Cualquier factor exógeno u originado en la política económica que conduzca a un aumento en el costo del crédito, afectará negativamente las posibilidades de crecimiento
Mientras que si se consideran las alícuotas legales aplicadas en ingresos brutos (y sus adicionales) por las 5 jurisdicciones más pobladas, sobre los ingresos de las entidades financieras, van desde 7% en Mendoza y Santa Fe, hasta 9% en Buenos Aires y Córdoba. En la Ciudad de Buenos Aires es un 8 por ciento.
“Dichas alícuotas de IIBB sobre el sector financiero han aumentado en forma prácticamente permanente desde el año 2009 en adelante, salvo en 2019 y 2020 (Consenso Federal), hasta alcanzar una alícuota promedio del 8% en 2021 (5 jurisdicciones más pobladas), más del doble que lo observado en el período 2005 - 2008 (3,8%)”, destacó el informe.
En ese marco, informó que en el caso de los municipios ocurrió algo similar, con una suba progresiva en las alícuotas de la TISH hasta alcanzar un promedio de 4,8% sobre los ingresos bancarios en el año 2021, para 12 municipios importantes de las provincias de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe.
De acuerdo al informe, “tal situación seguramente ha estado influida por el hecho que resultan tributos ocultos en las tasas de interés, de modo que no son percibidos como causantes del aumento del costo financiero por parte de los tomadores de préstamos, pero claramente impactan sobre las tasas de interés activas y luego sobre el crecimiento económico”.
Si se consideran las alícuotas legales aplicadas en ingresos brutos (y sus adicionales) por las 5 jurisdicciones más pobladas, sobre los ingresos de las entidades financieras, van desde 7% en Mendoza y Santa Fe, hasta 9% en Buenos Aires y Córdoba, resultando de 8% en la Ciudad de Buenos Aires
En otro orden, destacó que un problema adicional verificado primero en provincias y luego en municipios, es que paulatinamente ambos niveles de gobierno pasaron de grabar el spread bancario a aplicar sobre los ingresos totales de las entidades crediticias (en general sin ajustar de manera proporcionada las alícuotas aplicadas).
“Así, creció la carga legal en el tiempo y, en el año 2021, con crecientes regulaciones de tasas de interés, la suma de las alícuotas de IIBB y TISH (aplicadas ‘por dentro’) supera al spread promedio de los bancos (sin considerar dichos impuestos para su cálculo)”, dijo el trabajo que motorizaron las dos entidades bancarias.
Y concluyó: “Esta situación da cuenta que si ambos tributos no fueran trasladados ‘hacia adelante’ (incorporándose en las tasas de interés activas) en el año 2021 su carga conjunta hubiese superado el spread entre tasas activas y pasivas obtenidos por las entidades financieras”.
El reclamo de los bancos
Tanto desde la Asociación de Bancos Argentinos (Adeba, bancos nacionales), como de la Asociación de Bancos de la Argentina (ABA, bancos de origen extranjero), indicaron que el país tiene el menor grado de bancarización de la región medido como porcentaje de los préstamos bancarios sobre el PBI. En tal sentido, remarcaron que en Argentina esa cifra ronda el 10% y afirmaron que son múltiples las causas que explican esta situación, una de ellas es “la alta carga impositiva que debe soportar quien toma un crédito”.
A través de un comunicado conjunto, las entidades destacaron la necesidad de crecer en los volúmenes de inversión y financiación para alcanzar un desarrollo sostenido, generando empleo de calidad.
“Para ello, es fundamental contar con un sistema que facilite el acceso al financiamiento y que por otro lado no se carguen mochilas o contrapesos que muchos desconocen”, aseguraron.
“La decisión de financiarse con créditos está castigada por una alta carga impositiva. Esta fuerte carga adicional se da tanto en créditos de corto plazo como los préstamos personales y también en los de mayor plazo como hipotecarios, impactando, como se dijo, en las familias y las empresas”, cuestionaron.
Es fundamental contar con un sistema que facilite el acceso al financiamiento y que por otro lado no se carguen mochilas o contrapesos que muchos desconocen
“Nuestro logo dice ‘más ahorro, más crédito, más inversión’. Para crecer en ahorro necesitamos políticas que fortalezcan nuestra moneda. Para crecer en crédito y en inversión, es necesario que la política elimine las distorsiones que generan el sobrecosto argentino que no le permite a la actividad económica ser competitiva”, aseguró Claudio Cesario, presidente de ABA.
En tanto, Javier Bolzico, presidente de Adeba afirmó: “El crédito bancario es el instrumento idóneo para potenciar la recuperación económica y generación del empleo los próximos años; el sistema financiero está en condiciones de ser uno de los puntales del crecimiento y la inclusión financiera”.
Bolzico agregó que se requieren políticas consistentes con esos objetivos, entre ellas un esquema tributario, en todos los niveles de gobierno, que aliente el crédito a personas y empresas.
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