Más allá del sinfín de reclamos que el sector agropecuario realizó en las últimas décadas a los gobiernos de turno, hubo uno que se mantuvo constante y que en raras ocasiones fue escuchado: participar en el diseño de las políticas a aplicarse respecto a la actividad. Si bien ese pedido, en más de una circunstancia, ha caído en oídos sordos de las sucesivas administraciones que ha tenido el país, hoy continúa exigiendo ser escuchado y brega para poseer incidencia sobre las mismas y darle al campo las tan mentadas “reglas claras” para su desarrollo.
Inclusive, organizaciones como el Consejo Agroindustrial Argentino (CAA) que mantuvo sendos encuentros con funcionarios del Gobierno nacional y con el presidente Alberto Fernández, el cual eligió a este conglomerado de más de 60 entidades y asociaciones del agro como el interlocutor del sector, hoy presiente que el proyecto de Ley consensuado con el Poder Ejecutivo se encuentra inmovilizado en los despachos del Ministerio de Economía y ve lejano su tratamiento en el Congreso en el corto plazo.
Estos pedidos y sensaciones fueron explicitados por los presidentes de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Jorge Chemes; de Federación Agraria Argentina (FAA), Carlos Achetoni; de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Nicolás Pino; y de Coninagro, Elbio Laucirica, en una charla organizada por la Asociación de Productores en Siembra Directa (AAPRESID) en el marco del congreso organizado por la entidad. Asimismo, participó de la disertación el presidente de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) y vocero del CAA, José Martins.
Chemes fue uno de los dirigentes que más hincapié hizo en la necesidad de que el sector participe en el diseño de las políticas, poniendo de relieve la importancia de la articulación público-privada, aunque remarcó que esta “requiere de la determinación de ambos, donde sin dudas todas las partes puedan expresar las opiniones y, claro está, que sean tomadas en cuenta, y a la hora de tomar las políticas de estado por parte de los gobiernos, se vean reflejadas”.
En este sentido, el presidente de CRA remarcó la importancia del sector primario en esto, que debe ser medida por la “porción del PBI que representa”. En base a esto “la Mesa de Enlace, como tal, es el canal de representatividad del sector y de sus intereses. El Gobierno ha optado por generar un canal de comunicación dentro del ámbito del CAA, del cual formamos parte, pero tenemos claro que si las necesidades no son resueltas y si el diálogo constante pareciera caer en saco rato tendremos que generar nuevos ámbitos o canales distintos porque la necesidad es ser escuchados, que se nos tenga en cuenta”.
En la misma línea, planteó que “durante el año pasado se trabajó sobre un proyecto de ley de incentivos a las exportaciones, razón de ser del CAA y dicha ley no se efectiviza, no se concreta, por eso el CAA perdería sentido si esta ley no se aprueba. Los canales de diálogo siguen abiertos con el Gobierno, pero para que una conversación sea fructífera, los consensos tienen que manifestarse en hechos concretos y las señales de hoy son erróneas. Es necesario que volvamos al diálogo productivo y a largo plazo”.
Por su parte, el presidente de Federación Agraria (FAA), Carlos Achetoni, sostuvo que el campo debe articular su accionar en sus reclamos con organizaciones o entidades que no necesariamente sean del sector “para confluir en una prosperidad que no sea solo de nuestros representados, sino del conjunto del país. Estamos buscando políticas públicas, ya sea en el conjunto de la Mesa de Enlace o del CAA”.
Según la visión del dirigente rural, el sector agropecuario está “posicionado en una fracción que genera muchas divisas y trabajo para el país, pero que es un sector que tiene grandes problemas estructurales y tiene que ver con las malas políticas aplicadas que van en un contrasentido al desarrollo amplio y que deben alentar la inversión y el desarrollo productivo del interior del país. Nuestros representados necesitan políticas públicas diferenciadas, ya que es innegable la concentración y el desplazamiento al que estamos sometidos”.
Para el presidente de la SRA, Nicolás Pino, “los argentinos nos pasamos años de nuestra historia yendo de banquina a banquina, de una lado para el otro y nunca pudiendo poner las cuatros ruedas del auto sobre la ruta y ahí seguro transitar el camino que tiene que tener una Argentina mucho más potente y feliz, donde todos podamos trabajar y nada se interponga entre la miseria de los políticos o de las políticas que nos quieren implantar”.
Así, el titular de la tradicional entidad subrayó que “se viene un cambio en la forma de hacer gremialismo agropecuario, porque muchas veces en el transcurso de diferentes gobiernos se ha querido poner al campo como un enemigo, como gente que todo el tiempo estamos buscando protegernos a nosotros mismos, cuidando nuestra renta y sin importarnos lo que pasa alrededor. Entonces aparecen entidades como AAPRESID o el Movimiento CREA generando trabajos que son de fácil comunicación hacia la ciudadanía para mostrar que el campo es un sector muy importante dentro de la sociedad y generoso con toda la ciudadanía. Tenemos que hacer un corte ya, seguir trabajando y mostrar y comunicar mucho mejor las bondades que crea el campo”.
A su turno, Laucirica, de Coninagro, planteó que “falta liderazgo, que arme una política de desarrollo integral, social y económico del conjunto del país. Faltan reglas claras perdurables en el tiempo que le permita a los jóvenes, principalmente, llevar adelante sus proyectos y anhelos” y concluyó: “Tenemos un gran desafío en estas elecciones: cumplir con nuestro mandato como ciudadanos y hacer desde nuestras entidades lo necesario para tener ese liderazgo y para eso busquemos los consensos y avancemos en estos temas, porque es una gran necesidad”.
La visión del CAA
El vocero del CAA, José Martins, marcó desafíos que la agroindustria en su conjunto tiene por delante, puso de relieve la necesidad de unidad para alcanzar las metas y conseguir influir y proponer políticas públicas y mejorar, al igual que lo hizo la Mesa de Enlace, en lo que concierne a la comunicación. “El CAA viene a contribuir y a facilitar las cosas a la política. Hoy nos toca una coalición de gobierno con algunos con los que se puede conversar y otros que vamos a tener que armarnos de mucha paciencia para convencerlos, siempre dejando los extremos de lado, que nos pueden llevar a lugares impensados”.
El dirigente, también presidente de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, consideró al productor como “la piedra basal” de la agroindustria, pero que también está compuesta por otras actividades y que “lo que nos falta a nosotros para hacer el clic y dejar de ser reactivos para pasar a ser proactivos. Ese es el rol que quisimos ocupar cuando construimos esto. Es la obligación que tenemos de ir de una vez por todas nosotros con ‘esto es lo que necesitamos’ y no esperar que venga alguien que lo haga según su color político o ideología u oportunismo”.
Por último, expresó: “Cuando hablamos de comunicación, invito a todos a por qué no hacemos algún día una autocrítica, por qué la sociedad ve a la agroindustria como un lugar expoliador, de aristócratas que se llenan de plata y contaminan el medio ambiente. ¿Eso sucedió por un hecho natural o hicimos las cosas mal? Ninguna pieza de la comunicación va a funcionar si no vamos al problema. Tenemos una obligación grandes de repensarnos y eso es ir desde ser capaces nosotros mismos de unirnos, de discutir, pelearnos y enojarnos adentro, lavar los trapitos sucios adentro y mostrarnos como un bloque monolítico para afuera”.
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