Barcelona terminó regalando a Messi después de haberle pagado más de 500 millones de euros entre 2017 y 2021, lo que generó a su vez excesivas demandas salariales de los demás jugadores del plantel que hoy tienen al club ahogado en deuda, por no haberlo tratado como un “activo”, escribió un experto en inversiones.
Michael Moritz, socio de Sequoia Capital, un fondo de inversión con casi 50 años de trayectoria, que participó, entre otras operaciones, en el desarrollo de empresas como Cisco, Oracle, Apple y Google (de hecho, financió parte de la compra de YouTube) dice que, aunque a los fanáticos del fútbol no les guste escucharlo, para un club sus jugadores son “activos” y por lo tanto deben ser tratados como tales y vendidos antes de su etapa declinante, cuando ya dieron los mejores rendimientos.
El Manchester United, ejemplifica un artículo publicado por Financial Times, vendió a David Beckman al Real Madrid en 2003 en USD 34 millones, equivalentes a más de USD 100 millones en el actual “mercado futbolístico”, cuando tenía 28 años y ya había dado sus mejores años al club inglés.
“El manejo que el Barcelona hizo de Messi debería ser caso de estudio del Harvard Business Review acerca de cómo no administrar un activo de altísimo valor”
En cambio, dice Moritz, el manejo que el Barcelona hizo de Messi debería ser caso de estudio del Harvard Business Review acerca de cómo no administrar un activo de altísimo valor. “En vez de venderlo, el club siguió pagándole cada vez más hasta que no tuvieron más opción que sacarlo de sus cuentas”. El club olvidó, señala, que los cementerios están llenos de gente indispensable.
Aunque Moritz reconoce que Messi es uno de los mejores futbolistas de todos los tiempos, leal al Club desde los 13 años, el más grande goleador de la historia de la Liga española, seis veces ganadores del Balón de Oro, tan representativo de Barcelona como Antoni Gaudí o el barrio Gótico, dice que el club catalán no debió aferrarse al pasado, sino pensar en el futuro. En vez de sacarle unas gotas más de jugo a Messi, debió haberlo vendido hace un par de años e invertir ese dinero en “activos” con más futuro que pasado.
Pero hizo lo contrario: le pagó al astro argentino cada vez más, lo cual gatilló demandas salariales más altas del resto de los jugadores del club –a las que accedió- lo que sumado a una serie de muy malas compras terminó hundiéndolo en deuda. Moritz no culpa a Messi o a su padre, que actuaron racionalmente, “respondiendo a las condiciones del mercado”. Los verdaderos culpables, dice, fueron los dirigentes, que accedieron a sus demandas.
“En vez de venderlo, el club siguió pagándole cada vez más hasta que no tuvieron más opción que sacarlo de sus cuentas” (Moritz)
Según el experto, Barcelona cometió un “hara-kiri de inversión”, pagándole cada vez más hasta tener que dejarlo ir, gratis. Ningún inversor, recuerda, está obligado a “comprar” un activo. Una alternativa, muy ajena a la cultura futbolística tradicional, hubiera sido haber hecho participar a Messi de la incertidumbre sobre su futuro valor.
Si los datos que se han difundido son ciertos, precisa, el club catalán le pagó unos 555 millones de euros entre 2017 y 2021. He ahí algo que choca a un inversor o a la cultura corporativa del mundo de los negocios: cómo los clubes pagan tanto salario cash (más ciertos premios por títulos ganados). Si en cambio Barcelona le hubiera dado a Messi participación en el valor del Club, ambos hubieran ganado.
Claro que para eso los dirigentes del fútbol deberían manejarse menos como dueños de una fábrica textil del siglo XIX y más como un inversor moderno y hacer que los futbolistas acepten la incertidumbre sobre su valor futuro. Si Barcelona le hubiera pagado a Messi 50% en cash y 50% en participaciones en el Club, ambos estarían mejor, dice Moritz, quien recuerda que en 2001 dos años antes del arribo de Messi, los ingresos anuales del club eran de USD 123 millones, contra más de USD 1.000 millones antes del inicio de la pandemia. Y cuando Messi debutó, en 2004, el valor del Club era de unos USD 400 millones, contra los USD 4.800 millones actuales.
Por eso, concluye Moritz, si a Messi le hubieran dado acciones u opciones del Barcelona por cerca del 10%, tendría cerca de USD 500 millones actualmente, y el club no estaría regando dinero para pagar el cementerio de deudas que creó.
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