“El viernes rompieron el mercado del dólar y si tienen que seguir rompiendo cosas, las van a romper. Ahora viene la época del “blue”. No permitieron cambiar, siquiera, a los que tenían saldos de cables en dólares por pesos, una operación que netamente favorece al Banco Central. No creo que cambien nada. Hay un descreimiento grande y no comprenden como la Comisión Nacional de Valores empeoró con sus directivas las medidas del Central. Hay demasiados puntos oscuros que traban las operaciones”.
El operador hacía catarsis y los números le daban la razón.
El contado con liquidación en el mercado que el Central maneja con el bono AL30C (cable) operó USD 390.000, una cifra insignificante ante los USD 15 millones diarios de las ruedas anteriores. La ironía fue que, al cierre, el contado con liquidación valía bastante menos que el dólar MEP: 165,31 contra 169,45 pesos.
El contado con liquidación, al eliminar al 90% de su demanda porque se les exige operar con dinero de cuentas del exterior, se derrumbó en la plaza oficial 3,5%. Este “dólar alternativo” quedó así al borde de la extinción oficial. En total, el viernes operó USD 11,3 millones, 40 millones menos que las ruedas anteriores. El MEP de negocios por USD 21 millones bajó a 7 millones.
En el SENEBI (Segmento de Negociación Bilateral), el mercado más libre y donde los precios no aparecen en las pantallas, las manos grandes pagaron $ 175 por el contado con liquidación. La respuesta del “blue” fue inmediata: saltó $ 4, a $ 182, y quedó comprador para el miércoles a $ 183. Este dólar se llevará todas las miradas a partir de ahora y su cotización puede saltar a niveles indeseables para las necesidades electorales del Gobierno. Con la abundancia de negocios, las “manos amigas” pueden ser insuficientes para moderarlos.
Racionalidad, con costos
Pero la medida cambiaria no nació de un acto impulsivo. Sino de la racionalidad. Con datos en series, la intervención del Banco Central en el mercado de dólares financieros a través de los bonos AL30 contra pesos bajó desde un promedio diario de USD 32 millones entre el 26 de julio y el 5 de agosto en línea con la operatoria AL30 del BYMA a 48 horas. Estas cifras estaban en línea con las operaciones de los últimos días que se redujeron a la mitad desde un pico de USD 130 millones el 3 de agosto a un promedio diario de USD 54 millones en las últimas 3 ruedas haciendo menos presión sobre el contado con liquidación.
El “blue” saltó de $ 178 a $ 182, quedó comprador para el miércoles, se llevará todas las miradas a partir de ahora y su cotización puede saltar a niveles indeseables para las necesidades electorales del Gobierno
Pero más allá de una menor intervención del Banco Central, en una hipótesis de mínima, a un ritmo de USD 20 millones diarios, el número es desafiante porque el saldo de compras en la plaza mayorista del dólar en las últimas ruedas fue cero, salvo el jueves y viernes que adquirió USD 61 millones con un nivel alto de liquidaciones de los exportadores que no durará mucho tiempo más. Las reservas netas, de las que pueden disponer libremente, bajaron de USD 7.400 millones a 5.900 millones.
Sensación de devaluación
Con escaso colchón en reservas netas y teniendo en cuenta que las expectativas sobre el dólar son de estrés, era imposible sostener el esquema de intervención del Central a futuro en el mercado de dólares financieros, porque este esquema se afirma en la posibilidad de poder comprar en el mercado mayorista más de lo que gastan en intervenir.
Hicieron los números y vieron que las reservas netas se agotarían antes de las elecciones y quedarían en un estado de absoluta vulnerabilidad. Por caso, el viernes en el Mercado Unico Libre de Cambios (MULC) compraron USD 51 millones y las reservas crecieron USD 17 millones a 41.987 millones.
A todo esto, el Central siguió en “modo anclaje” y el dólar subió 4 centavos a $ 97,12, pero hubo más presión sobre el mercado de futuros y creció la sensación de que la devaluación puede estar cerca del día después de las elecciones.
Las reglas del juego cambiaron, pero no significa que lograron que desaparezcan las operaciones de arbitraje entre dólares y bonos. El mercado siempre encuentra la respuesta a las regulaciones. Cuanto más elevadas son, más alto es el precio del dólar por los riesgos que se asumen.
Por ahora, los que tienen cuentas en el exterior y buscan sacar los fondos de la Argentina, agradecidos. No imaginaron que llevarse los dólares de la Argentina iba a tener un costo tan bajo.
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