La recesión económica y las estrictas medidas de aislamiento contra el COVID-19 -que redujeron al turismo emisor a su mínima expresión- hicieron que la demanda de dólares para atesoramiento disminuyera este año a mínimos históricos.
Antes del estricto control de cambios impuesto el 28 de octubre de 2019 (tope de USD 200 para la demanda privada), las ventas mensuales superaron los USD 4.000 millones. Pero en abril de este año tocaron un piso de solo 152 millones de dólares.
En los últimos meses, las expectativas de una mayor apertura de la economía empiezan a reanimar el atesoramiento de dólares. Un primer incentivo a la demanda de dólar “ahorro” es que éste se encareció a un ritmo que fue la mitad de la tasa de inflación y un segundo incentivo es que el dólar libre aceleró su alza y volvió a ser más caro que el dólar minorista.
Un tercer incentivo está en la tasa de interés en pesos: un plazo fijo tradicional rinde por debajo de la inflación y empieza a jugar la previsión de un tipo de cambio oficial que se va a encarecer a mayor ritmo que el resto de los precios una vez que se lleven a cabo las elecciones de medio término.
En su informe de recaudación tributaria de julio, la AFIP señaló que el Impuesto Para una Argentina Inclusiva y Solidaria (PAIS) contribuyó con $9.987 millones, un 45,6% más que los $6.857 millones captados en junio por este tributo del 30%, que se aplica a la demanda de dólares por parte de individuos para atesoramiento y consumos de bienes y servicios en el exterior.
Aunque es difícil cotejar los datos de la AFIP con los del Banco Central -pues en el primer caso se toma la demanda bruta que aplica al impuesto PAIS y en el segundo se puede conocer la demanda neta y por distintos conceptos-, un incremento de casi 46% en lo recaudado por dólar “ahorro” (que solo se encareció 1% mensual) permite una aproximación a las ventas netas en el mercado minorista durante el séptimo mes del año.
El último Balance Cambiario del BCRA indicó las “personas humanas” compraron en junio de forma neta USD 241 millones. Un crecimiento del 40% para este resultado en julio dejaría ventas netas por unos USD 340 millones, por encima del resultado de enero (USD 277 millones y máximo de 2021) y un monto comparable al registro de octubre (USD 339 millones) y noviembre (USD 320 millones) de 2020.
Se despierta la demanda de dólares
Según los últimos datos del BCRA, en junio creció la demanda de billetes para ahorro, los consumos en el exterior; y el número de personas que compraron divisas en los bancos subió a máximos desde enero último.
De acuerdo al Balance Cambiario de la entidad, las personas humanas compraron en junio de forma neta USD 241 millones, básicamente para gastos efectuados con tarjetas por consumos con proveedores no residentes, que ascendieron a unos USD 133 millones, con un aumento de 29% con respecto a igual mes del año anterior, en el marco de continuidad de la pandemia de Covid-19.
Las demanda de divisas con el pago del Impuesto Solidario por parte de individuos se recuperan desde los mínimos históricos de abril último
Mientras, para atesoramiento las compras de individuos sumaron unos USD 76 millones en billetes, con un incremento de 53% respecto al mes previo, pero aún con un descenso 88% interanual. Asimismo, los Inversores institucionales y otros, tanto residentes como no residentes, efectuaron compras netas en el mes por USD 41 millones, según consignó el Banco Central en su Balance Cambiario.
El Banco Central especificó que las “Personas humanas” compraron billetes por USD 82 millones, un 46% más que el mes anterior, “lo cual podría explicarse en parte por la mayor disponibilidad de fondos por el cobro del sueldo anual complementario de mitad de año”. En tanto, los individuos efectuaron ventas por USD 6 millones en el mes.
Estas operaciones se dieron en el marco de los cambios normativos introducidos que reforzaron las restricciones a mediados de septiembre de 2020 (a través de la Comunicación “A” 7105), cuando se incluyó el control y monitoreo respecto de la capacidad económica y de ingresos requeridos para la apertura de nuevas cajas de ahorro en moneda extranjera, y también se pusieron límites al acceso de cotitulares a la compra de moneda extranjera para formación de activos externos. Los mayores controles se aplicaron después de que en agosto de 2020 unos cuatro millones de individuos demandaron su cupo mensual de dólares en los bancos.
También en septiembre del año pasado, el BCRA estableció a través de la Comunicación “A” 7106 que los pagos realizados por los consumos en moneda extranjera con tarjetas de crédito y débito se tienen en cuenta en el cupo mensual de USD 200 por persona.
Además, la entidad monetaria especificó que en junio unos “443 mil individuos compraron billetes –unos 139 mil más que el mes previo-, mientras que unos 30 mil vendieron, resultando así compras y ventas per cápita de USD 185 y USD 206, respectivamente”.
Crece la demanda de divisas por consumos fuera del país
Un punto importante es el paulatino incremento de la demanda de dólares por turismo en el exterior o el pago de bienes y servicios a proveedores fuera del país.
La cuenta “Servicios” registró un déficit de USD 186 millones en junio, mostrando un aumento de 86% con respecto a mayo. Este resultado es explicado principalmente por los egresos netos por “Fletes y Seguros” y “Viajes, pasajes y otros pagos con tarjeta” por USD 294 millones y USD 212 millones, respectivamente.
Estos movimientos fueron compensados parcialmente por ingresos netos por “Servicios empresariales, profesionales y técnicos” por USD 170 millones.
El déficit neto de la cuenta de ‘Viajes, pasajes y otros pagos con tarjeta’ continúa en niveles mínimos
De todos modos, desde el Banco Central consideraron que “en el contexto de la continuidad de las restricciones migratorias, en el marco de la pandemia del Covid-19, el déficit neto de la cuenta de ‘Viajes, pasajes y otros pagos con tarjeta’ continúa en niveles mínimos”.
“Este comportamiento se muestra en línea con lo publicado en la última encuesta de turismo internacional. Se debe recodar que en los giros que se hacen al exterior para cancelar los saldos con las empresas emisoras de tarjetas internacionales, se incluyen tanto los consumos que se realizan por viajes al exterior como las compras no presenciales a proveedores del exterior. De forma recíproca, en los ingresos también se incluyen las compras no presenciales que hacen con el uso de tarjetas, a proveedores de nuestro país, quienes califican como ‘no residentes’”, describió el Balance Cambiario.
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