Una primera camada de cerca de 2.000 estudiantes terminarán este año el curso de programación que lanzó el Gobierno en noviembre del año último y tendrán la certificación para comenzar a trabajar en un rubro que en la actualidad es uno de los más demandantes de mano de obra y que, además, paga como sueldo de base un 30% más que el salario promedio -el Ripte (Remuneración Imponible para el Trabajador Estable) se ubicó al filo de $90.000 en junio-, con una instrucción técnica corta para aprender a dominar el lenguaje de las computadoras.
El Plan Argentina Programa tuvo en 2020 más de 165.000 inscriptos, de los cuales terminaron por ingresar unos 60.000. No hay límites de edad ni es necesario contar con estudios secundarios completos para aplicar. A grandes rasgos, el curso de capacitación oficial, gratis y financiado por el Estado, cuenta con dos módulos de entrenamiento, al que se accede luego de completar un test de comprensión de textos y consignas básicas que funcionan como un primer filtro.
Una vez superada esa instancia, el programa se estructura en dos etapas a lo largo de varios meses. Primero, un curso asincrónico -es decir, que puede ser realizado en cualquier horario a elección del o la estudiante- de dos meses sobre introducción a la programación con ejercicios de lógica y matemática. Más adelante, quienes lo aprueben comenzarán el curso propiamente dicho en que se enseñarán seis de los principales lenguajes de programación más utilizados en la disciplina.
No hay límites de edad ni es necesario contar con estudios secundarios completos para poder ingresar al Plan Argentina Programa
Para esta última etapa la modalidad es mixta, es decir se cursa principalmente de forma virtual pero se realizará una clase presencial por mes para evacuar dudas con los instructores. Por la elevada cantidad de aspirantes, el Ministerio de Desarrollo Productivo tuvo que poner en marcha una plataforma nueva de e-learning, que comenzará a funcionar para la próxima camada de estudiantes que lleguen al segundo paso.
El curso de capacitación, además, tendrá en esta segunda parte beneficios adicionales. Serán dirigidos a los certificados de la primera etapa del programa que sean desempleados o con ingresos menores a dos salarios vital y móvil o monotributistas cuyas categorías no superen el monto de facturación equivalente.
La Casa Rosada dispuso el otorgamiento de Aportes No Reembolsables (ANR), que será instrumentado a través del Banco Nación mediante el otorgamiento de una tarjeta de débito, que será emitida al efecto en favor de las personas beneficiarias. Se tratará de un subsidio que tendrá un tope máximo por beneficiario de $100.000 y deberá ser destinado a la adquisición de una computadora de los modelos y versiones que se pondrá a disposición de los beneficiarios a través de la tienda virtual de la entidad.
Acceso a la herramienta básica
El subsidio se podrá utilizar para la compra de equipos y/o componentes informáticos como notebooks, computadoras de escritorio, tablets, tabletas gráficas, componentes de hardware. Ese dinero, según la Resolución Conjunta, deberá ser distribuido de la siguiente manera:
- Hasta $90.000 a la adquisición de una computadora, debiendo ser utilizados en un plazo que no podrá exceder los seis meses desde su acreditación;
- Hasta $10.000 se desembolsará en tres aportes bimestrales consecutivos e iguales, debiendo cada uno de ellos ser destinados al pago de Servicios de Conectividad y/o a Servicio de Transporte Público en el Sistema Único de Boleto Electrónico (SUBE).
Según aseguraron fuentes oficiales, la próxima inscripción comenzará en los primeros días de septiembre para comenzar la cursada en 2022, y se realizará a través del sitio web de Argentina Programa.
El subsidio para quienes estudien programación en el curso oficial se podrá utilizar para la compra de equipos y/o componentes informáticos
Salida laboral
El sector de la tecnología de la información y la comunicación es uno de los pocos rubros que mantiene un tendencia creadora de puestos de trabajo registrados en los últimos cinco años, incluso en los últimos tres de crisis económica. Según datos recopilados por la Cámara de la Industria Argentina del Software (Cessi), hacia comienzos de 2015 el sector empleaba a 89.600 personas. Cinco años después esa cifra había escalado hasta 115.400, lo que implica un crecimiento de nada menos que el 28,7% en la cantidad de mano obra. Para este año la cámara proyectaba un aumento adicional de 13,8% de la dotación de personal.
El desempeño de esa porción del mercado laboral se entiende, necesariamente, de la mano del avance de la economía del conocimiento en los últimos años en la Argentina. Según la economista especializada en ese sector Romina Gayá, “los programadores, al igual que otros perfiles relacionados con informática, se encuentran entre los más demandados actualmente en todo el mundo”, mencionó en diálogo con Infobae.
Para este año la cámara sectorial proyecta un aumento de 13,8% de la dotación de personal del mercado laboral informático
“Si bien gran parte de los empleos se concentran en empresas dedicadas al desarrollo de software y servicios de informática, son cada vez más requeridos en otras actividades como servicios financieros, industria manufacturera, servicios profesionales, salud, comercio, educación, entre otros, e incluso se espera que profesionales de otras disciplinas también tengan algún tipo de formación en programación. La transformación digital de la economía se aceleró como consecuencia de la pandemia, lo cual amplió el abanico de oportunidades para los programadores”, explicó.
Según la definición oficial, la economía del conocimiento va desde la industria del software, producción o postproducción audiovisual, biotecnología, servicios geológicos y de prospección, servicios relacionados con la electrónica y las comunicaciones, servicios profesionales, nanotecnología y nanociencia, industria aeroespacial y satelital o tecnologías espaciales.
Para María Apólito, subsecretaria de Economía del Conocimiento que depende del Ministerio de Desarrollo Productivo, los programadores tienen salida laboral “claramente en todo lo que tiene que ver con desarollo de software y de videojuegos, además de la transformación digital y la industria 4.0. La demanda actual es de 9.000 personas que no están siendo cubiertas. De todas formas, por el progreso de aceleración digital cualquier empresa va a necesitar al menos un equipito mínimo de programadores”, mencionó ante Infobae.
La Subsecretaría de Economía del Conocimiento estimó que -de acuerdo a las proyecciones de las cámaras del sector de la economía del conocimiento- precisarán cubrir 10.000 puestos de trabajo por año para sectores como software, industria 4.0 y analítica de datos, principalmente. En términos generales, el Poder Ejecutivo estima que unos 16.000 nuevos empleos podrían ir a desarrollo de software, 5.600 en fintech, 5.000 en comercio electrónico y marketing y 2.000 en videojuegos.
En 2019, la economía del conocimiento fue el tercer sector exportador más importante de la Argentina detrás del complejo sojero y la industria automotriz. Actualmente emplea a unos 450 mil personas y cuenta con un piso potencial de exportaciones de USD 4.000 millones.
El Poder Ejecutivo estima que unos 16.000 nuevos empleos de programación podrían ir a desarrollo de software, 5.600 en fintech, 5.000 en comercio electrónico y marketing y 2.000 en videojuegos
Esta semana el ministro de Desarrollo Productivo Matías Kulfas aseguró que “formarse en programación significa prácticamente conseguir un puesto de trabajo”. Además de no necesitar estudios secundarios completos para acceder a Argentina Programa, el Gobierno detectó que los aspirantes no eran solo jóvenes, sino también personas de entre 45 y 50 años. “Muchas veces son personas que fueron expulsados del mercado laboral y una buena manera de reinsertarse es aprendiendo este tipo de habilidades”, agregó Apólito.
Otra ventaja de la programación es que su salario de base es considerablemente más elevado que en el promedio del mercado laboral. “Si bien los salarios son mucho más elevados que en otras disciplinas (la remuneración promedio en el sector quintuplica el salario mínimo según datos de la Cessi), las carreras vinculadas a informática siguen sin aparecer entre las más elegidas por los estudiantes universitarios”, explicó Romina Gayá.
“El déficit de formación en lógica y matemática en la escuela primaria y secundaria sin dudas influye en esto y también acota las posibilidades de aprovechar la amplia oferta de cursos cortos de programación que hay disponibles en el mercado. La pérdida de educación durante más de un año de escuelas cerradas y la deserción escolar acentuada por la pandemia solo agravaron el problema”, consideró la economista.
Según estimaciones oficiales, el salario inicial de un programador junior arranca en los 90 mil y 95 mil pesos, por lo que se encuentra un 30% por encima del salario promedio de entrada de la economía, afirman.
“Hoy existe una demanda insatisfecha de programadores y la tendencia en las organizaciones es seguir incorporando durante los próximos 5 años. Me parece muy bueno que sea una política de Estado desarrollar las habilidades digitales para trabajar con estas tecnologías disruptivas y brindar más oportunidades especialmente a los jóvenes”, dijo a Infobae el ingeniero Fredi Vivas, CEO de RockingData, que trabaja con empresas para mejorar su funcionamiento a través de la inteligencia artificial y el machine learning.
Un trabajo como la programación, que puede ser realizado de forma completamente remota, hace que muchos profesionales del sector decidan emigrar a otros países para trabajar o bien brindar sus servicios para clientes del extranjero. Esto representa una dificultad adicional tanto para empresas como para los propios trabajadores, porque cobrar en moneda extranjera en el marco de regulaciones cambiarias es muy engorroso.
Según estimaciones oficiales, el salario inicial de un programador junior arranca en los 90 mil y 95 mil pesos
“Si bien legalmente están obligado a ingresar y liquidar divisas, muchos freelancers optan por cobrar mediante billeteras virtuales, criptomonedas y otros mecanismos que les permiten obtener ingresos en dólares por fuera de las restricciones cambiarias. Así, pierden las empresas locales que están en desventaja para captar este talento y pierde el Estado porque no recauda impuestos ni ingresan las divisas por esas operaciones”, aseguró Gayá.
En el Gobierno toman nota de esta situación y aseguran que existe una mesa de trabajo integrada por la AFIP, el Banco Central y los ministerios de Desarrollo Productivo y Economía para buscar una solución a ese problema, que no es exclusiva de los programadores sino de cualquier otro profesional que exporte sus servicios.
“La problemática de quien recibe dólares pero no los ingresa la país, rozando la evasión, por lo que es una situación compleja. Tenemos una mesa de trabajo y estamos tratando de ponerles números a esta situación de ‘fuga’ digital y ver qué soluciones hay, si pueden provenir de una regulación más ajustada o una forma de liquidación distinta. No tenemos todavía en claro cuántas exportaciones estamos perdiendo”, concluyó por su parte Apólito.
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