En agosto volvió la emisión: el Banco Central ya giró $ 160.000 millones en el arranque del mes y presiona al dólar

Se trata de transferencias de utilidades al Tesoro para hacer frente al aumento del gasto electoral. Temor por presión sobre el dólar después de las elecciones

Guardar

Agosto arrancó con mucho trabajo para el Banco Central. El pasado 5 de este mes (último dato oficial disponible) emitió la cifra más alta del año vía transferencia de utilidades: $ 120.000 millones. Y en lo que va del mes ya acumula nada menos que $ 160.000 millones, acelerando notablemente la necesidad de emitir pesos para financiar el agujero del Tesoro.

Este salto está en línea con los pronósticos de las principales consultoras económicas, que estiman en un billón de pesos la emisión prevista para el segundo semestre. La base monetaria aumento todavía más: $189.000 millones en el arranque del mes, lo que genera dudas respecto al destino que tendrán estos pesos que circula en la economía sin que haya aumentado la demanda de dinero. El peligro es que esta expansión monetaria termine impactando en unos pocos meses sobre el tipo de cambio y la inflación. La apuesta del Gobierno, claro, es que nada de esto suceda al menos hasta las elecciones.

La aceleración en el ritmo de emisión monetaria contrasta con lo sucedido durante el primer semestre, cuando el déficit fiscal fue de apenas 0,5% del PBI y por lo tanto casi no se requirió del auxilio del Banco Central. Pero todo eso quedó atrás, a fuerza del aumento del gasto que el Gobierno ya puso en marcha para enfrentar las elecciones.

El salto en la emisión había sido anticipado por los pronósticos de las principales consultoras económicas, que estiman en un billón de pesos la emisión prevista para el segundo semestre

La emisión continuará en los próximos meses hasta diciembre, lo cual enfrenta a la economía argentina a una situación sumamente riesgosa. El BCRA llegará complicado a fin de año, con una gran masa de pesos adicional pero menos reservas, ya que precisa utilizar dólares para intervenir en el mercado y evitar cualquier sorpresa cambiaria en la previa electoral. Según estimaciones del economista Gabriel Rubinstein, el Central estaría utilizando U$S 25 millones diarios de sus reservas para contener al dólar, lo que implicaría unos USD 500 millones mensuales.

En lo que va del año, la base monetaria (es decir el dinero circulante más lo que encajan los bancos en el Central) ya aumentó $ 500.000 millones. Una parte puede estar justificada en el repunte de la actividad, pero posiblemente una porción significativa no tiene demanda, es decir es dinero que sobra.

La aceleración de la expansión monetaria es consecuencia del aumento del déficit fiscal. La política de aumentar el gasto electoral está pasando factura y amenaza con presionar sobre el tipo de cambio y la inflación tras las elecciones

Este panorama obligará al Gobierno a buscar una salida urgente luego de las elecciones. La lectura es que será inevitable apurar el acuerdo con el Fondo Monetario para evitar un nuevo salto del dólar, que tendría un significativo impacto en la inflación y los niveles de pobreza.

Para evitar que esos pesos salgan corriendo a comprar dólares es clave encauzar las expectativas y bajar los niveles de pesimismo. Por eso el verano será una vez más un período clave. Para evitar un nuevo cimbronazo cambiario habrá que dar señales claras sobre el rumbo de la política económica y sobre qué sucederá con la política fiscal y cambiaria.

Se da como un hecho que el Fondo Monetario exigirá para alcanzar un nuevo acuerdo que el Gobierno reduzca el rojo fiscal, pero que además sincere el tipo de cambio oficial. La suba del 1% mensual luce insostenible, lo que obligaría a acelerar de manera sustancial el aumento del dólar oficial y tratar de achicar la brecha después de fin de año.

Pero nada de esto será tema de debate en estos meses. El único objetivo oficial es impulsar el consumo como sea y llegar con la economía reactivada a noviembre, fecha de la elección legislativa. Mientras tanto siguen creciendo los desequilibrios en materia fiscal, monetaria y cambiaria, pero de eso habrá que ocuparse recién a fin de año.

SEGUIR LEYENDO:

Guardar