Los precios de la ropa y el calzado están entre los que más aumentaron en el último año, incluso por encima del índice general de inflación. De acuerdo a los números del Indec, mientras en junio la inflación interanual fue de 50,2%, en el caso del rubro indumentaria trepó 65%. Desde la industria, argumentan el efecto de la pandemia y los altos costos impositivos que genera la comercialización.
¿Cuáles son las razones que pueden explicar estas subas? Un bajo nivel de stock de productos para hacer frente a un aumento de la demanda, reducción en las importaciones, una posible anticipación a eventuales subas en el tipo de cambio y una alta presión impositiva son algunos de los argumentos que detallaron economistas y empresarios.
Cuando se recompuso la demanda, principalmente de la mano de la temporada de invierno, muchas empresas se encontraron con niveles inéditamente bajos de stock (Besmedrisnik)
“La vestimenta y el calzado fue la línea de consumo familiar que más incrementó sus precios en los últimos 12 meses. Ya en el 2020 el sector había incrementado sus precios por encima del promedio de la canasta total. Además de la caída obvia en los niveles de consumo, por efecto de la pandemia, se verificó un fuerte ajuste de la oferta de producción textil. Muchas empresas tuvieron que recortar sus turnos por cuestiones sanitarias en 2020 y en parte de 2021, y la reducción de los inventarios fue solo parcialmente compensada con la producción creciente de los últimos meses”, explicó Pablo Besmedrisnik, director de la consultora Invenómica.
“Cuando se recompuso la demanda, principalmente de la mano de la temporada de invierno, muchas empresas se encontraron con niveles inéditamente bajos de stock. Con una demanda con síntomas de recuperación y una oferta limitada, hubo presión en los precios. También hubo otra limitante por el lado de la oferta, que es la reducción en las importaciones de manufacturas textiles, que en el primer semestre se contrajeron casi un 40% frente al mismo período del ya alicaído año 2020″, indicó el economista.
Otro factor que empujó los precios fue cierta limitación en la oferta de insumos centrales para la industria, por motivos como la incertidumbre cambiaria, las dudas sobre la continuidad en el suministro de insumos importados y la gran movilidad de precios. “Ante la expectativa de la continuidad del aumento en el nivel general de precios y la percepción de que un eventual movimiento más brusco en el tipo de cambio oficial en los próximos seis meses, una política lógica de las empresas fabricantes y comercializadoras es anticiparse a posibles pérdidas de valor de sus activos. Y eso se realiza fundamentalmente de dos maneras, aumentando los precios de ventas sosteniendo así el valor de reposición de su mercadería, o restringiendo ventas”, señaló Besmedrisnik.
La semana pasada, durante la presentación del relanzamiento del programa Ahora 12, el presidente Alberto Fernández advirtió a los empresarios que el plan de compras en cuotas para estimular el consumo no tenía que ser una excusa para aumentar precios. Y apuntó directamente a los empresarios del sector textil. “Espero que los textiles que aumentaron sus precios fuertemente no aprovechen esto y que piensen en la posibilidad de que todos los argentinos accedan a una mejor indumentaria sin que eso signifique mayores precios”, dijo el presidente durante la presentación.
Hay una recomposición de margenes posibilitada por el cambio de política que después se transforma en una suba de precios por encima del nivel general de precios (Rajnerman)
Según el economista jefe de la consultora Ecolatina, Matías Rajnerman, el enojo del Presidente con el sector tiene que ver con que el Gobierno implementó una política comercial más favorable para el sector y pro-industria, con una disminución de las importaciones. “Entre 2016 y 2019 se abrieron bastante las importaciones textiles y entre 2020 y 2021 no. Hay una recomposición de márgenes, posibilitada por el cambio de política que después se transforma en una suba de precios por encima del nivel general”, destaó.
Sin embargo, desde la industria, atribuyen los aumentos a la presión tributaria que recae sobre el sector, especialmente en el momento de la comercialización de las prendas y a los costos de comercialización. “Precios es un tema complejo. No está exclusivamente relacionado con un aumento de la rentabilidad hay muchas variables en juego que los empresarios no podemos controlar como el tipo de cambio, las tasas de interés o los impuestos. La comercialización de un producto abarca costos como alquileres de locales, comisiones de tarjetas de crédito, de plataformas de e-commerce o de medios de pagos online”, contó a Infobae Luciano Galfione, secretario de la Fundación Protejer que agrupa a firmas del sector textil y de confecciones.
“Los costos de la comercialización en la Argentina son enormes. Las comisiones que cobran las tarjetas son más altas que en cualquier otro país. Y los impuestos se multiplican. Te pueden cobrar Ingresos Brutos de cualquier lugar. En la provincia de Buenos Aires si ahí está la empresa, en Ciudad de Buenos Aires si se usa Mercado Pago y en Santa Fe si está ahí el cliente. Son tres impuestos de tres jurisdicciones por una sola venta. A lo que se suma IVA y Ganancias. Un sistema arcaico, donde se superponen impuestos, que complica en vez de simplificar”, relató Galfione.
El empresario dijo que durante la pandemia contar con medios de pago y de venta a través de canales online se convirtió en un requisito indispensable para la venta, lo que encareció las operaciones. Pero advirtió que los aumentos de precios no son iguales para los distintos segmentos de público y de ventas.
Los costos de la comercialización en la Argentina son enormes. Las comisiones que cobran las tarjetas son más altas que en cualquier otro país. Y los impuestos se multiplican (Galfione)
“El segmento de aumento que habla el Presidente y el que ve la opinión pública es el mercado de las primeras marcas, que van a un público ABC1 a través de plataformas y de locales comerciales, que paga una cantidad de costos que no tiene que ver con el producto. Luego hay un mercado mayorista, que vende en cantidad y está concentrado por ejemplo en la avenida Avellaneda, en Flores. Al vender el cantidad, los costos se distribuyen más en el valor del productos y no tienen gastos en marketing”, subrayó. Según el empresario textil, la gran mayoría de los aumentos de precios no se dio en los mercados más masivos, que tienen menores costos en general y donde se manejan compras en efectivo, sin tarjetas ni financiación.
Con todo, hay un tercer segmento que está en la informalidad y donde la venta de prendas se realiza a través de la evasión de impuestos. “Abarca la venta y la confección. Es algo que no avalamos y nos hace daño. Pero cuando uno hace una lectura rápida de los aumentos de precios, faltan muchos elementos”, indicó Galfione.
A fines de julio, desde la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria (CIAI) estimaron que las prendas de las colecciones de verano 2021/2022 tendrán una suba del 44,9%, en promedio, en comparación entre los precios de la misma temporada del año anterior. El porcentaje surgió de una encuesta entre firmas del sector.
Según la cámara, la industria argentina de la confección de indumentaria comenzó a normalizar su nivel de producción. Luego de la interrupción de la actividad durante el segundo trimestre de 2020, la fabricación fue recuperando el terreno perdido, aunque con dificultades asociadas a la falta de capital de trabajo, acceso a la materia prima y la necesidad de cumplir con los protocolos sanitarios.
Desde la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria (CIAI) estimaron que las prendas de las colecciones de verano 2021/2022 tendrán una suba del 44,9%, en promedio, en comparación con la misma temporada del año anterior
“Dado que durante el segundo trimestre de 2020 gran parte de nuestras empresas no estuvieron habilitadas para trabajar y únicamente podían aquellas dedicadas a la confección de kits sanitarios, la comparación con mayo de ese año muestra un incremento en las cantidades fabricadas de 149,8%, según el Indec. En cambio, comparado con mayo de 2019, la producción muestra una disminución de 20,6%, explicada fundamentalmente por la la reducción del mercado debido a la caída del poder adquisitivo de la mayoría de la población”, detallaron.
De acuerdo al relevamiento mensual de la cámara, si se comparan el monto de las importaciones en dólares entre mayo de 2021 y mayo de 2019 la caída fue del 23,1%. En tanto, en cantidades, la baja fue de 11,2% para el mismo período.
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