Las señales de mayor presión sobre el dólar, de que ésta continuará en la segunda mitad del año y de que “sobran” pesos son cada vez más evidentes, al punto de hacerse inocultables.
Al respecto, un análisis subraya que en julio el Banco Central utilizó unos USD 410 millones de sus reservas para intervenir en los mercados financieros y controlar la brecha, el mayor registro mensual desde que se realiza esta operatoria, a un ritmo promedio de USD 30 millones de venta por día en la semana final del mes.
Esto recién empieza
Lo más preocupante es que la tendencia está apenas en sus inicios. “Estimamos que el Central deberá seguir interviniendo en los mercados paralelos a un ritmo similar al de la segunda mitad de julio (unos US$ 25 millones diarios) para que la brecha “intervenida” se mantenga por debajo de 75% y la brecha “libre” no supere el 90%. Esto implica desembolsos por US$ 2,130 millones en los próximos cinco meses, la mitad de las reservas netas que en BCRA lleva acumuladas en el año”, dice el informe semanal de la consultora Equilibra, de los economistas Lorena Giorgio, Martín Rapetti y Lorenzo Sigaut Gravina.
La tendencia así iniciada cortó una racha de 18 jornadas en la que el BCRA había tenido una posición compradora y al cabo de cuatro días terminó vendiendo USD 342 millones, algo que no le sucedía desde abril.
Pero además de intervenir en el mercado del dólar oficial, el Central volvió a vender bonos contra pesos y a recomprarlos con reservas, una maniobra que había estrenado en octubre de 2020, cuando el dólar amenazó con desbocarse.
Y a pesar de usar USD 410 millones en eso a lo largo de julio y a las nuevas regulaciones para controlar el contado con liqui que emitió en la tarde-noche en que la Argentina jugaba la final de la Copa América con Brasil, el resultado no fue el que el Gobierno esperaba. O, mejor dicho, lo fue solo por unos días pues, según el informe, si bien el BCRA pasó de destinar USD 19 millones diarios en la primera semana de julio a USD 8 millones en la semana posterior al endurecimiento del cepo, las mayores presiones cambiarias hicieron que el Central debiera destinar USD 20 millones diarios en la tercera semana de julio y a USD 30 millones en la última, producto de la creciente presión cambiaria.
Sangría
Esa sangría de divisas le alcanzó para contener la brecha entre el dólar oficial y el Contado con Liqui operado a través de bonos AL30 en 75%, pero no para domar la del CCL operado con otros instrumentos, que aumentó al 85 por ciento. Y sobre eso, en las últimas semanas se sumaron los pagos al Club de París (USD 226 millones) y al FMI (USD 365 millones).
Al cabo de tantas convulsiones, las reservas brutas cayeron en USD 559 millones (de USD 43.108 a USD 42.549 millones). Lo más importante, sin embargo, es que son los primeros escarceos de una temporada de escasez. Así, aunque hasta el jueves el BCRA había “recuperado” USD 115 millones netos en el mercado, las reservas brutas siguieron cayendo y Equilibra prevé que “la presión (sobre el dólar y las reservas) se incrementará en las próximas semanas”.
Los tiempos de la exportación
Ahí entra en juego la economía real. Por un lado, el ritmo de liquidación de exportaciones erá menor, porque pasó el “trimestre dorado” de liquidaciones de la agroexportación, que además tuvo el incentivo de buenos precios internacionales, que hizo “adelantar” algunas exportaciones, como porque en los próximos meses operaría el efecto contrario: la espera de un deslizamiento más rápido o directamente de una devaluación posterior a las elecciones.
Al respecto, el informe dice: “los privados seguirán dolarizando portafolios, como en cada previa electoral, en un contexto en el que el BCRA deberá emitir más de $700.000 millones para asistir al fisco y empezamos a ver ratios de rollover más bajos en el mercado de deuda local, liberando pesos en manos privadas no financieras”.
Más allá de algunas oscilaciones diarias, como la caída del dólar blue en las dos últimas jornadas de esta semana, no hay solución fácil al intríngulis. Si el dólar oficial más impuestos se mantiene por debajo del informal, los ahorristas seguirán apostarán cada vez más al “dólar solidario” (la cuota de USD 200 mensuales a través de los bancos), a la vez que el Central deberá seguir interviniendo y vendiendo dólares en los mercados paralelos.
De ahí que simplemente para evitar que las brechas se disparen más allá de los niveles actuales el Central deberá seguir interviniendo al menos como lo hizo en julio. Esto implica, calculó Equilibra, que deberá desembolsar de aquí a fin de año al menos USD 2.130 millones, la mitad de las reservas netas que el BCRA acumuló en el año.
La contracara de la escasez de dólares es la abundancia de pesos “no queridos” por el público. Esto es, pesos sobrantes, que presionarán más el mercado cambiario. “En el bimestre junio-julio, tanto la base monetaria como el resto de los agregados crecieron en términos reales, tras contraerse en los primeros meses del año. Si bien el exceso de pesos no parece ser un problema hoy, la tendencia preocupa: para cubrir parte del “push electoral fiscal” el gobierno deberá recurrir al financiamiento monetario por unos $ 700.000 millones en un contexto en que demandar pesos deja de ser atractivo, lo que podría poner en jaque la calma cambiaria”, dice al respecto el informe de Equilibra, que recuerda que en la primera licitación de deuda de agosto el Tesoro logró refinanciar solo dos tercios de los vencimientos, “liberando” así unos $80.000 millones que irán en busca del dólar.
El Gobierno contaba con depósitos por $73.727 millones al inicio de la semana y deberá acudir a asistencia de BCRA para enjugar la diferencia. “En agosto aún restan vencer $90.000 millones, y habrá dos licitaciones para intentar cerrar el mes con financiamiento neto positivo”, cierra el informe, usando la terminología que puso de moda Economía para referirse a lo que en otros tiempos llamaba endeudamiento.
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