El 90% de la deuda neta de Argentina es dólares, otras monedas extranjeras o ajustable por la inflación

El pasivo con el FMI y el Club de París, que tanta atención concentra, representa solo 13,5% del endeudamiento total

Guardar
El ministro de Economía, Martín Guzmán: después de restructurar la deuda en bonos con acreedores privados intensificó la estrategia del "financiamiento neto positivo" y aumentó fuertemente la porción de deuda indexada
El ministro de Economía, Martín Guzmán: después de restructurar la deuda en bonos con acreedores privados intensificó la estrategia del "financiamiento neto positivo" y aumentó fuertemente la porción de deuda indexada

La deuda pública de la Argentina aumentó en USD 18.745 millones desde que Alberto Fernández asumió la presidencia de la Nación, de los cuales USD 7.021 millones fueron aumento de deuda “neta” del Tesoro nacional (esto es con acreedores diferentes de organismos del propio Estado). En los 20 meses de actual gestión gubernamental, la deuda “bruta” pasó de USD 323.065 millones a USD 341.810 millones y la “neta” de USD 226.434 millones a USD 233.454 millones.

Un resultado de la actual política y estructura de endeudamiento, subraya un informe de la consultora Quantum, del exviceministro de Economía Daniel Marx, es que 90% de la deuda neta está indexada de una forma u otra: 80% es en moneda extranjera, 8% es ajustable por inflación (CER) y 2% es ajustable por el valor del dólar (“dólar-linked”). Además, de la deuda “bruta”, la parte ajustable por inflación, que a fines de 2019 era 35%, ya es del 49 por ciento.

Pese a representar, sumadas, poco más de 1 de cada 8 dólares del total, las deudas con el FMI y el Club de París concentran el grueso de la atención. .

“La del Club de París es mínima pero llamó la atención porque la Argentina ya había superado el default y parecía que entraba en otro; después se supo que se podía resolver solo con un acuerdo con FMI. Y la del Fondo tiene una significación especial, porque los vencimientos se hacen notables de acá en adelante, es un acreedor que representa la voluntad de muchos países y la renegociación requiere un acuerdo sobre un programa económico. Un default tendría consecuencias mucho más sustanciales que no pagar un bono, que de por sí tiene costos, y todo está pendiente de solución”, explicó Marx a Infobae.

Castigador

El experto negociador de deuda se refirió también a la estructura de la deuda actual, en que 90% es en divisas, ajustable por inflación o por dólar. “La Argentina tiene una historia de castigar a los acreedores en pesos con inflación muy alta o reestructuración. Eso llevó a emitir deuda que proteja contra esas circunstancias. La deuda en moneda extranjera genera vulnerabilidad por fluctuaciones del tipo de cambio, que en Argentina suelen ser fuertes; por eso creció tanto la deuda ajustable por CER, que es una manera de dar protección a los acreedores. Pasó también en otros países latinoamericanos”, señaló.

Según el exviceministro de Economía, Daniel Marx. otros países latinoamericanos estuvieron en una situación similar a la Argentina y salieron "a lo largo de varios años"
Según el exviceministro de Economía, Daniel Marx. otros países latinoamericanos estuvieron en una situación similar a la Argentina y salieron "a lo largo de varios años"

Ese 90% de deuda neta “indexada” de una u otra manera no es una estructura favorable, aunque el ministro Guzmán la embellezca con expresiones como “financiamiento neto positivo” y “profundización del mercado de capitales”.

“Es lo que resulta cuando uno debe salir a financiar un déficit y tiene una inflación elevada. ¿Se puede mejorar? Probablemente, bajando el déficit fiscal y generando un clima de mejor acceso, más credibilidad. Eso te hace mejorar las condiciones, pero es algo que se resuelve de a poco” dijo Marx, y recordó que otros países latinoamericanos pudieron hacerlo “a lo largo de varios años”.

El informe de Quantum apunta al aumento de la deuda ajustable por CER y al hecho de que la deuda en dólares sigue siendo alta, lo que –subraya- “genera preocupación por su sostenibilidad y la forma en que se cumplirán los compromisos”. En ese contexto analiza la deuda y se detiene en 3 cuestiones: 1) la evolución del stock desde diciembre de 2019; 2) la dinámica de las colocaciones y vencimientos de 2021; y 3) el resultado de la licitación del martes pasado, en la que el Gobierno refinanció menos de dos tercios del monto que venció.

Cuánto aumentó la deuda

Desde la asunción del actual gobierno, la deuda aumentó USD 18.800 millones en términos “brutos” y USD 7.000 millones en términos “netos”. Más del 100% del aumento (hubo factores “contractivos”, como la restructuración de Letras del Tesoro, que achicó el pasivo en casi USD 8.000 millones) fue por emisión de nuevos títulos públicos: USD 28.700 millones, de los cuales 63% son ajustables por inflación.

Un cuadro del informe de Quantum sobre la evolución y composición de la deuda pública. ME quiere decir "Moneda Extranjera". ARS refiere a "pesos argentinos"
Un cuadro del informe de Quantum sobre la evolución y composición de la deuda pública. ME quiere decir "Moneda Extranjera". ARS refiere a "pesos argentinos"

Así, 65% de la deuda total actual es en forma de bonos y 21% con organismos internacionales (al FMI y el Club de París se agregan el Banco Mundial, el BID y un “resto”). Un 75% de la deuda bruta y 80% de la neta es en divisas. Y de la primera, casi la mitad es ajustable por inflación, contra un tercio a fin de 2019.

La vida promedio de la deuda actual es de 6,8% años, contra 6,9 de fines de 2019. Del “tiempo” que se había ganado con la restructuración de agosto 2020, un año ya pasó y al resto lo consumió la emisión de bonos de corto plazo. Y hay deudas “contingentes”, como el cupón del PBI, litigios en el Ciadi, el tribunal arbitral que funciona en el Banco Mundial, en otros foros, como el que se tramita en Nueva York contra la Nación por la estatización de YPF, y juicios de jubilados contra la Anses.

En relación al PBI es un endeudamiento “bruto” del 78% y “neto” del 53%, en línea con el promedio regional y bien por debajo de Brasil, cuya deuda equivale al 98% de su PBI, aunque solo 5% es en divisas.

Martín Pescador

En cuanto a la emisión de títulos por parte de la conducción económica que inició Guzmán en diciembre de 2019, el informe precisa que desde entonces y hasta el 3 de agosto pasado el Tesoro emitió títulos en pesos por $ 2,65 billones (esto es, $2.650.000.000.000), de los cuales el 49% son ajustables por inflación, 29% a tasa fija, 19% a tasas variables y 3,1% ajustables por dólar. Ergo, dice el informe, “71% de lo emitido fueron instrumentos indexados”. Esa emisión representó un “financiamiento neto positivo” de $880.000 millones por sobre los $1,77 billones refinanciados, de los cuales 63% eran ajustables. Así, en 20 meses la proporción de deuda ajustable aumentó en 8 puntos porcentuales.

El menguante entusiasmo del mercado por las colocaciones de Hacienda se refleja en la reducción de la vida promedio de los títulos (de 361 días para el total emitido a 322 el último martes) y en el aumento de la tasa, que para las letras a tasa fija en pesos pasó de 44,5% a mediados de julio a 45,7 por ciento en agosto.

El endeudamiento argentinos, por moneda y tipo de tasa. USD-L se refiere a la deuda atada a la evolución del valor del dólar (dollar-linked)
El endeudamiento argentinos, por moneda y tipo de tasa. USD-L se refiere a la deuda atada a la evolución del valor del dólar (dollar-linked)

La última licitación

Por último, Quantum destaca que en la última licitación Economía se resignó a la vuelta de los bonos ajustables por dólar, mecanismo que no usaba desde mayo y por el cual juntó $44.100 millones, reconociendo el apetito dolarizador del mercado. Hilando un poco más, el informe destaca que aunque 30% fue ajustable por dólar y 50 % por inflación, el Gobierno solo refinanció $146.000 millones de los $220.000 que pretendía y lejos de los $325.000 millones que vencen en agosto.

La conclusión es de fría lógica financiera: “En el contexto actual, refinanciar los vencimientos y evitar recurrir al BCRA para atenderlos, implica reevaluar la estrategia financiera en base a la manifestación de las actuales preferencias de los inversores -tipo de ajuste, reducción de plazo y/o aumento de tasa”.

SEGUIR LEYENDO:

Guardar