Un incipiente proyecto fintech conocido en los últimos días reabrió el debate del encuadramiento sindical de los trabajadores de las fintech y el interés de la Asociación Bancaria que conduce Sergio Palazzo de quedarse con él. El empresario Matías Pérez Manghi anunció que pondrá en marcha una billetera electrónica que aspira a convertir en el futuro en un banco digital. Y su primer paso público en ese objetivo fue reunirse con Palazzo, quien tiene a los trabajadores de las fintech (entre ellos, los 10.000 empleados de Mercado Libre) en la mira para captarlos hacia su gremio.
“Es un puntapié inicial, un reseteo de esta actividad. El escenario para las fintech cambió. Busco que mi fintech sea un caso testigo para darle seguridad a los trabajadores. Por eso queremos armar con la Bancaria un acuerdo marco, para empresas de 30 a 50 trabajadores”, explicó Pérez Manghi a Infobae.
Según datos de la Cámara Argentina de Fintech, el sector llegará al final de 2021 dando trabajo a 20.000 trabajadores y con perspectivas de crecimiento. Mercado Libre, el principal jugador del sector, sumará 2.800 puestos de trabajo nuevos a lo largo de este año. Ayer se conoció que otra fintech clave del escenario local, Ualá, ya tiene 1.000 trabajadores y lleva solamente cuatro años de actividad en el mercado.
Esos 20.000 trabajadores de las fintech representan la quinta parte de los 100.000 que tienen los bancos. Están encuadrados gremialmente en sindicatos distintos de la Bancaria, bajo dos argumentos centrales: las fintech tienen prohibido hacer intermediación financiera, como sí lo hacen los bancos, y sus posiciones laborales difieren de las de las entidades financieras. En las fintech no hay cajeros o ejecutivos de cuenta, sino programadores y expertos en sistemas.
El crecimiento del sector fintech los vuelve un bocado apetecible para Palazzo, que alguna vez se autodenominó “el Hugo Moyano del sistema financiero”. Así como el camionero salió a pelearle trabajadores a empresas de otros gremios y considera que donde hay ruedas la representación es suya, Palazzo no oculta su interés en hacer lo propio y quedarse con cualquier empleado del sector financiero. Y los trabajadores de las fintech son su objetivo.
Pérez Manghi es el dueño de Siseg, una empresa de seguridad que presta servicios a empresas de primera línea, con bancos, industrias y grandes supermercados como principales clientes. Su familia fundó en 1992 la empresa de la que hoy es CEO y que tiene 2.700 empleados. “Soy un empresario raro, porque soy peronista y soy prosindical”, se presenta. Asegura que en la pandemia trabajó “para el Estado y para los bancos” y que pese a eso no despidió a un solo empleado. Y en ese “ecosistema de 2.700 familias” alrededor de su empresa, planea el comienzo de su fintech.
“Nuestra facturación ronda los $280 millones mensuales y el factoring en el sistema financiero local tiene tasas muy altas. Con el traslado de ese factoring a tasas internacionales, por fuera de la banca tradicional, puedo llegar a tener un fondeo de 25 o 30 millones por mes en ahorro de intereses”, explica.
Ese fondeo inicial no quita que esté armando algunos inversores para agrandar el proyecto y buscar inversores. Asegura haber conformado un equipo de trabajo integrado por ex ejecutivos bancarios y contar el asesoramiento del equipo del ex presidente del BCRA, Martín Redrado, a través de la Fundación Capital. Su idea es pedir al Banco Central la licencia de Proveedor de Servicios de Pago (PSP), estatus habitual de las fintech, para iniciar su proyecto creando una billetera digital con servicios básicos, que comenzará a funcionar entre sus empleados para luego “ofrecerla a empresas colegas” para comenzar construir una masa crítica. Ser PSP es un objetivo intermedio, según Pérez Manghi, para transformarse posteriormente en un banco digital.
“La idea es avanzar hacia un banco totalmente virtual que apunte fundamentalmente a llegar a las clases más humildes que, muchas veces, quedan imposibilitados de tomar un crédito por las malas políticas públicas de los gobiernos de turno”, señaló Pérez Manghi. Un paso posterior es comenzar a operar con criptomonedas, de ahí el nombre elegido para el proyecto: Crypto 1.
Jura que su acercamiento a Palazzo fue “algo casual”. Siseg es sponsor de Independiente, el club presidido por Hugo Moyano. Y que allí comenzó su vínculo con el líder de la Asociación Bancaria, a través de la misma simpatía futbolera. Pero no tan extendida en lo político: Palazzo es considerado el sindicalista de mayor cercanía al gobierno de Alberto Fernández mientras que Pérez Manghi se considera “peronista de Perón”, lejano al kirchnerismo. “Soy de la tercera posición: no soy de derecha y, menos, de izquierda. Soy de centro”, se autodefine.
Muestra cierta distancia con el gobierno actual y con “hablar todo el tiempo de los ‘70″. Prefiere hablar del futuro: “A este gobierno no lo veo peronista. Se dedicó a juntar dinero para pagarle al FMI en lugar de conseguir las vacunas para todos los argentinos. Hay incongruencias. Más allá de que el endeudamiento nefasto no es culpa de este gobierno sino del anterior, hay prioridades. Hay que desarrollar económicamente a la Argentina”.
“Este nuevo proyecto busca continuar con la senda de la inclusión y la tecnología, algo que es fundamental para el desarrollo nacional y necesario para poder salir adelante de una vez”, concluyó Pérez Manghi.
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